El aislamiento social en otros países, con mirada misionera

domingo 26 de abril de 2020 | 6:00hs.

“Ojalá que todo esto se transforme en algo positivo”

Camila vive en Barcelona hace un año
Camila vive en Barcelona hace un año.
Camila Bueno (30) es posadeña y vive hace un año en España, el país europeo que lleva más de 40 días de cuarentena para detener el avance del coronavirus.
Hasta antes de todo el estallido sanitario, Camila estudiaba actuación y trabajaba en un restaurante. Había cruzado al viejo continente con la intención de viajar por el país de Don Quijote y se terminó quedando. Actualmente vive en el barrio de Gracia de Barcelona y comparte departamento con dos españoles, Eloy y Joan.
“Al estar en otro continente y en un país que está tan afectado como España es profundo porque empezás a preguntarte cosas y pensás que hace semanas atrás estabas con un montón de planes y de repente nos tenemos que quedar en nuestras casas”, contó Camila a El Territorio.
España comenzó la cuarentena el 14 de marzo y contabiliza más de 20.000 muertes en todo su territorio. Tantos días de aislamiento y restricciones para salir a caminar o hacer las compras de a poco van sumando ansiedad en la joven misionera y sus compañeros de piso. Según contó, hay estrictos controles por las calles y las multas llegan hasta los 600 euros.
Pese a toda esta situación de incertidumbre, trata de sacar algo bueno, una enseñanza para la posteridad.
“Lo que se percibe de la gente es que está en esa sintonía de parar un poco, detenernos a ver qué está pasando. Es duro pero la realidad es que entro a mi casa y estoy bien. Es re loco poder hacer lo que uno le gusta y ojalá que esto que es duro ahora se transforme en un futuro en algo positivo”, sostuvo.
La comunicación con su familia y amigos que se encuentran en la tierra colorada es constante porque los afectos son esenciales para sentirse acompañada.
“Creo que todos estamos esperando el momento para poder salir, pero mientras tanto hay que vivirlo de esta forma, lo mejor que podamos”, destacó Camila.


“Está complicada la mano, sobre todo para los artistas”

Gonzalo Gudiño y su familia afrontan la cuarentena en Rennes, Francia.
Gonzalo Gudiño y su familia afrontan la cuarentena en Rennes, Francia.
El músico misionero, Gonzalo Gudiño, vive junto a su familia en Rennes, Francia. Partió de la tierra colorada en busca de su destino musical a fines del año 2010 y hoy, junto con su compañera Melodie, tiene dos hijos, un niño de 9 años y una niña que el martes festejará su cumple número 2.
Entre los cuatro se encuentran pasando la cuarentena en uno de los países más castigados por la pandemia del coronavirus en cuanto a muertes y contagios, pero a ellos los afecta más en la parte laboral.
“Acá está todo parado. Como está todo muy conectado, los artistas solemos movernos para trabajar por todo el país. Yo trabajo con compañías en París, en Besanzón​​, Estrasburgo y está complicada la mano, sobre todo para los artistas. A lo largo de esta etapa de confinamiento se me cancelaron doce conciertos. No quiero decir que es desesperante, pero es un contexto bastante complicado”, aseguró a El Territorio.
Sin embargo, más allá de las complicaciones con el trabajo, él y sus familiares rescatan el hecho de poder estar tranquilos en su hogar y se las ingenian para pasarla bien durante la cuarentena.
Por otra parte, enfatizó sobre una de las cosas que lo incomoda por estos días y es que el gobierno francés anuló todo los eventos artísticos hasta mediados de julio, pero que anunció que los niños deberán volver a las aulas el 11 de mayo. “Nos parece absurda esa medida de exponer a los chicos. Acá está todo enfocado para que no se pare la producción, pero la parte cultural y social la dejan de lado”, cerró.


“La mayoría de las personas no toma conciencia de la situación”

Ángela es profesora de inglés en Brasil.
Ángela es profesora de inglés en Brasil.
Brasil es el país más golpeado en Latinoamérica por el coronavirus pero además se sumó a la pandemia la crisis política, que tiene al presidente Jair Bolsonaro en el centro de las críticas. En ese marco, San Pablo es la región más afectada por la pandemia del Covid-19.
A escasos 60 kilómetros del centro productivo más importante de Brasil está San Roque, y allí vive hace más de dos años la misionera Ángela Dornelles, quien enseña inglés y tuvo que cambiar sus hábitos, tanto de trabajo como profesionales, para afrontar esta crisis de salud que afecta al mundo.
“La situación actual me recuerda mucho a la Argentina dividida por kirchneristas y no kirchneristas. La gente está dividida entre pro y contra Bolsonaro. Entre pensar solamente por la economía del país para evitar la recesión o salvar vidas. El Covid-19 no sacó nada bueno”, se lamentó. “Los gobernadores están completamente en contra del presidente y constantemente atacándose. El presidente pidiendo a la población salir a las calles, dejar de hacer cuarentena por que la economía es lo que importa y el gobernador de estado pidiendo que sigamos manteniendo el distanciamiento”, explicó.
En Brasil, a diferencia de Argentina, el aislamiento no es obligatorio y todo queda en manos de las personas. “Podríamos decir que no hay cuarentena para respetar. Acá se habla de un distanciamiento voluntario. Se invita a las personas a estar en sus casas. La mayoría de las personas no toma conciencia de la situación y continúa saliendo a las calles, juntándose en casas, haciendo fiestas, yendo al supermercado sin mantener distancia”, contó Dornelles.
Respecto a su trabajo, tuvo que cambiar de la modalidad presencial a la online, aunque no le resultó complicado.


“Como la cuarentena no es obligatoria, la gente sale a caminar a la calle y a la playa”

Juan trabaja en un bar de Ipanema.
Juan trabaja en un bar de Ipanema.
Dada la cantidad de muertes y contagios en Río de Janeiro, Brasil, la cuarentena seguirá allí por lo menos hasta el 30 de abril. Si bien se está analizando la apertura de los comercios, la incertidumbre persiste.
En este contexto se encuentra hoy Juan Aires (29), joven oriundo de San Javier que se instaló allí en octubre del 2017. Trabaja en un bar muy conocido de Ipanema que en la actualidad permanece cerrado y realiza el confinamiento en un departamento que comparte con otros tres argentinos.
“Acá estamos en cuarentena, pero no tan obligatoria como en Argentina, depende más de la persona. Si no estás trabajando tenés que hacer tu parte desde tu casa, pero aún así hay que gente que sale a la calle, va a la playa a caminar, trotar o hacer actividad física. No se puede estar en la playa, porque si no llega la Policía”, describió.
Detalló que jueves empezó a ser obligatorio el uso de barbijos, aunque notó un cuidado mucho mayor de la población desde que el ex ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, fuera despedido por el presidente Jair Bolsonaro.
“Hay momentos que quisiera estar con mis padres, pero por suerte la tecnología avanzó y podemos estar en contacto con ellos y mis amigos para llevarle la tranquilidad de que estoy bien”, confesó.
Sobre su situación laboral, contó: “A través de un convenio el Estado me va a pagar una parte del salario y la empresa otro”.