Va por sus segundos Juegos Paralímpicos
“Me siento un privilegiado dentro del deporte”
Hace tres meses que el paisaje de Ariel Atamañuk es el mismo. Se entrena en República Checa a la espera del gran objetivo del 2024: los Juegos Paralímpicos de París.
El misionero participará en kayak KL2 y en canoa VL3. Por segunda vez en su vida estará en la máxima cita del deporte, luego de lo que fue su participación en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, que se realizaron en 2021.
Desde el 14 de marzo de 2015 la vida de Ariel Atamañuk no es la misma. Ese día sufrió un grave accidente tras el cual perdió las dos piernas. Estuvo un mes internado y tuvo que aprender a hacer todo de nuevo en su vida.
Su esposa Viviana Cabrera fue clave en ese proceso. Porque fue eso, un proceso. Primero Ariel tuvo que volver a tomar dimensión de su cuerpo y a volver de a poco a retomar su vida. Pero le faltaba algo más. Lo encontró en el deporte. Primero fue una bicicleta, hasta que apareció el canotaje en su vida.
Desde ese momento, Ariel empezó una carrera que fue rápidamente en ascenso. De no haber hecho nunca canotaje a ser parte de un selectivo, de una selección, de un Mundial y hasta de un Juego Paralímpico. En Tokio, en 2021, el de la tierra colorada tuvo su primera gran experiencia. No se conformó y se puso en la cabeza estar nuevamente en la máxima cita del deporte.
Ariel Atamañuk logró el año pasado su clasificación a los Juegos Paralímpicos de París y desde mayo está en República Checa preparándose para el gran evento.
“Creo que en los primeros Juegos me faltó un poco de experiencia y creo que para estos Juegos, al lograr la plaza el año pasado, nos dejó planificar lo que quedaba el año pasado y este año. Me siento muy bien, ya tengo más experiencia”, analizó el palista misionero. Desde el Ariel que participó en Tokio 2020 hubo un cambio, sobre todo de mentalidad para el misionero. “Cambió la mentalidad, estamos más firmes, más seguros. Esa experiencia nos puso en otro lugar mentalmente y eso nos va a dar un resultado distinto. Una mejor manera de encarar los Juegos. El poder tener una madurez distinta para enfrentar los Juegos, que son algo muy grande. Confiamos en lo que hacemos”, aseguró Atamañuk.
La vara no es una medalla. Es un anhelo, sí, pero no es la meta principal del deportista misionero. “Para mí un buen resultado es poder plasmar todo lo que se hace en los entrenamientos en la competencia. La medalla es una circunstancia, todos entrenamos para eso, pero solamente hay tres y somos 15 o 17 peleando por eso”, expresó.
“Terminar una carrera sin haberme guardado nada ahí me vuelvo tranquilo. Si se logra la medalla será bienvenida y sino nos plantearemos ver qué hay que corregir”, se sinceró.
En los Juegos Olímpicos que terminarán hoy en París quedó, una vez más, en evidencia que el deporte argentino no recibe, en líneas generales, el apoyo necesario. Que el talento está y que muchas veces es casi un milagro llevar para un equipo o un deportista a lo más alto del podio.
¿Qué pasa en el deporte adaptado? La situación de Ariel en ese sentido es un poco mejor: “Estoy en un sistema de becas del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y tengo ayuda para los viajes, porque todos los años tengo mundiales”.
“El año pasado confiaron en nosotros y el resultado fue muy bueno. Este año viajé al Mundial en mayo y desde ahí me vine a República Checa a prepararme para los Juegos. En líneas generales el apoyo siempre está. Me siento un privilegiado dentro del deporte”, aseguró Atamañuk.
El misionero está en los últimos días de su preparación, quizás una de las etapas más difíciles para un deportista porque la competencia está cerca de la competencia, pero a la vez tiene que ajustar todos los detalles para no dejar nada librado al azar.
Los Juegos Paralímpicos empezarán el miércoles 28 de agosto. Un día antes Ariel y su equipo viajarán rumbo a París y competirá sobre el final del gran evento. Entre el 6 y el 8 de septiembre (último día de los Juegos Paralímpicos), el misionero buscará su mejor versión en la competencia, que tendrá un condimento especial porque a diferencia de los Juegos de Tokio habrá público y Ariel estará acompañado de su familia.
Desde aquél duro marzo de 2015 a este agosto de 2024 pasaron muchas cosas en la vida de Ariel Atamañuk, quien renació y encontró en el deporte la manera de seguir adelante. Halló nuevos objetivos, nuevos sueños y los cumplió, pero adelante hay una nueva gran meta: ser olímpico con la bandera argentina en el pecho.