Entrevista al médico y escritor Hugo Mitoire

Mitoire: “Desfinanciar bibliotecas es trasladarnos a 1950”

El autor de los ‘Cuentos de Terror para Franco’ cuestionó el plan de ajuste de la Nación: “Es un avasallamiento que no deja títere con cabeza”. Calificó al presidente como “psiquiátrico”
miércoles 20 de marzo de 2024 | 6:05hs.
Mitoire: “Desfinanciar bibliotecas es trasladarnos a 1950”
Mitoire: “Desfinanciar bibliotecas es trasladarnos a 1950”

Las primeras 40 páginas -de la 11 a la 51- de Cuentos de Terror para Franco IX están compuestas por mails, mensajes y cartitas llenas de cariño, mimos y admiración hacia el autor, Hugo Mitoire, un médico que casi por casualidad se convirtió en escritor y en los últimos 20 años editó 28 libros.

Los más famosos, claro, son los nueve tomos de sus cuentos de terror, saga que nació por la amorosa inspiración de un papá que inventó una historia para contarle a su hijo Franco.

También lleva escritas ocho novelas: cinco infantojuveniles y tres para adultos. Entre sus últimos proyectos, como cerrando un círculo fraternal, se inscribe Curiosa vida animal, obra creada para mimar a su nieta, Ana Caterina.

A esta altura, el trabajo del escritor nacido en Chaco y obereño por adopción trascendió el papel y se convirtió en una serie animada difundida por la pantalla del canal Paka Paka.

El trabajo fue declarado de interés provincial y es la primera serie animada realizada por trabajadores del sector audiovisual de la Tierra Colorada.

Por otra parte, recientemente la obra fue presentada en Ventana Sur, el mercado audiovisual más importante de Iberoamérica. En ese marco, Mitoire se mostró entusiasmado porque ya se firmó un convenio con una productora de Irlanda para ofrecer al mercado internacional la serie de los cuentos de terror.

“Lo bueno de este evento Ventana Sur es la posibilidad de hacer contactos para una coproducción, porque ahora con Milei el panorama es más que sombrío”, opinó el autor, anticipando su crítica visión sobre el actual presidente de la Nación.

“Yo viví el 76 en facultad, pero a pesar de las balas y de que fue el gobierno más criminal de la historia, creo que ni en esa época hubo tanta infamia contra los más pobres”, subrayó en diálogo con El Territorio.

Lamentó los ajustes al sector cultural y los efectos de la inflación: “Acá ni siquiera al contado te hacen los libros, porque hoy pagás por mil libros, pero cuando la imprenta empieza a laburar el papel ya subió y pierden plata”.

Antes de entrar en el ámbito social y político, te pregunto si estás conforme en cómo quedó la serie animada, porque en realidad es una adaptación de tus cuentos. ¿Te gustó lo que se vio por Paka Paka?

Los que leyeron los cuentos se dan cuenta de que la serie quedó media apichonada, digamos. Pero fue por las exigencias que ponía el Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales). Por ejemplo, no podía haber muertos ni sangre. Tampoco podía nombrarse la palabra desaparecido. La verdad es que primero me pichó bastante. Pero después la vi con otra mirada, como algo nuevo, y al final me terminó gustando. Aparte, firmé un convenio de adaptación libre. Entonces después no les puedo estar diciendo no, esto no o esto sí.

Y en este contexto nacional de recorte, ¿cómo ves la posibilidad de hacer una segunda entrega de la serie?

Acá está todo frito. La verdad no hay ninguna posibilidad de nada, salvo que vengan recursos afuera o buscar alguna coproducción. O sea, con Milei estamos complicados. Este no le perdonó a nadie, nos jodió a todos. Porque lo que se hizo, la serie que está al aire, se hizo a través del Incaa que puso 25 millones de pesos y terminaron de pagar, no sé, al año por ahí. Por supuesto no alcanzó la plata, pero ahí entró la Provincia y puso lo que faltaba. Pero bueno, si los irlandeses nos compran la primera entrega, por ahí con esos fondos se hace la segunda.

¿Estás pensando en alguna historia, en alguna novela con el personaje del presidente?

Mirá que desde hace años estoy escribiendo una novela, que dejo y retomo cada tanto, sobre Tito Rindfleisch (exintendente de Oberá) y Armando Avancini (exgerente de la Celo). Todo empezó porque me cortaron la luz por una supuesta deuda que tenía por un bar que había cerrado hacía tres años, pero me cortaron la luz en mi casa. O sea, ¿qué tiene que ver? Después se comprobó que no se debía nada. Pero era una represalia porque esos dos se habían peleado con un socio mío por cuestiones políticas. Entonces empecé a escribir una historia absurda y la fui ampliando a nivel provincial y nacional. Pero este hdp de Milei me complicó la vida porque lo que hace se pasa de lo absurdo, es de ciencia ficción. El tipo anticipó que el ajuste sería duro. El tema es que el costo no lo está pagando la famosa casta, porque no vimos que se achican los sueldos, que se achican los asesores. El costo lo pagamos nosotros, los laburantes.

Ya veníamos complicados con el gobierno anterior, no se puede negar, pero al lado de esto lo anterior era un vergel. Entiendo que los jóvenes están totalmente decepcionados con la política, y creo que el principal artífice de que haya subido Milei fue Alberto Fernández, porque no hizo nada. Antes del balotaje yo pensaba si llegaba a quedar Milei y la Bullrich, con todo el asco la iba a votar a ella, porque el otro es loco. Para mí es psiquiátrico.

Por lo que decís, está claro que sos muy escéptico respecto a los próximos cuatro años…

Yo pienso que estamos mucho peor que en el 2001. Sobre todo por el desquicio que se observa en el primer mandatario. Cosas que hace Milei no se vieron nunca, ni con los peores gobiernos. Yo viví el 76 en facultad, pero a pesar de las balas y de que fue el gobierno más criminal de la historia, creo que ni en esa época hubo tanta infamia contra los más pobres. Contra los más necesitados. Ahora en realidad no se salvó nadie de la clase media o baja. Es un paquete de avasallamiento que no deja títere con cabeza.

El tipo hace cosas totalmente incoherentes, descabelladas, desproporcionadas, como dejar sin medicación a pacientes oncológicos, o querer dejar sin subsidio a la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares). Porque desfinanciar a las bibliotecas es trasladarnos a 1950, más o menos. O como cuando Bradbury escribió Fahrenheit 451, donde la función del gobierno era incendiar bibliotecas. Más o menos a ese nivel está la cosa.

En este contexto, además de aguzar el ingenio para seguir creando, ¿cuál es el rol del artista?

Cualquier manifestación del arte, de la cultura, es lo que primero se cercena. Es lo más fácil porque si no leés no te vas a morir de hambre, es la realidad. Tampoco si no vas al teatro o no escuchás música. Esa es la excusa de los fascistas. Al margen de eso, en las crisis es donde uno tal vez más piensa y crea. Después se va buscando la forma de difundir o publicitar.

Yo creo que el artista es como el ave solitaria y con su cantar se consuela, como decía Martín Fierro. Y más de allá que uno pueda editar sus libros, venderlos y que les puedan gustar a alguien, el hecho de escribir es gratificante y liberador. Alguien dijo algo así como que el arte es el único camino de salvación, porque si vos tenés que vivir sólo la vida real, con todas las calamidades que hay, te vas a meter un tiro. Y el escritor hace catarsis. Fijate que el cuento El Espejo (de Cuentos de Terror Para Franco IX) lo escribí por la muerte de mi papá y en realidad es una venganza literaria contra el que lo mató, un tipo que iba en moto y lo atropelló. Un borrachín de ahí del pueblo. Bueno, fue un accidente, pero el odio y la bronca no te lo saca nadie. Por suerte uno es literato y lo liquidé así. Peor sería que sea una bestia y vaya con un cuchillo.

¿Cuesta mucho editar un libro?

Hoy, varios de mis libros están sin stock porque se fueron vendiendo y para reimprimir es complicado. Mi editor, por ejemplo, se estableció en Paraguay y está haciendo negocios allá para exportar. Porque acá es imposible. Acá ni siquiera al contado te hacen los libros, porque hoy pagás por mil libros, pero cuando la imprenta empieza a laburar el papel ya subió y pierden plata. Entonces no te quieren agarrar trabajo.

Bueno, entonces menos mal que seguís haciendo cosas en medicina…

Soy auditor de facturación y perito de la Justicia provincial y federal. Pero soy independiente, me designa el juez y me tengo que ocupar del caso. Soy el único en la zona porque nadie quiere hacer pericias porque es complicado. Tenés que ser semi abogado y tener paciencia china, aparte de ser médico. Cuando todavía era cirujano hacía pericias, pero no le daba mucha pelota. En cambio, cuando me empecé a dedicar exclusivamente a esto entendí la cosa. Tenés que trabajar casi como un abogado, pero en la parte médica. Y encima, a veces, tenés que contratar a un abogado para cobrar.

Pero en un momento de tu vida dejaste la medicina y te dedicaste sólo a escribir…

Fue muy fuerte decidir eso porque yo venía bien con la medicina. Pero en un momento tuve como una crisis existencial y me puse a pensar un montón de cosas. Desde que tengo uso de razón siempre me gustaron las historias, que me cuenten historias y leer, y nunca me desprendí de la literatura. Y ahí ocurrió, alrededor del año 2000, que Franco empezó a pedirme que le cuente cuentos, pero por mi cabeza jamás pasó la idea de un futuro literario. Le contaba cuentos a él, pero después quiso llevar esos cuentos a la escuela para leerles a sus compañeros. Así empecé a escribir… y explotó todo. Dejé la medicina y vivía de la literatura. Los mejores años fueron entre el 2010 y el 2014. Publiqué por primera vez en 2004 y en 2008 se hizo masivo, digamos. Y de ahí hasta el 2014 hubo buenísimas ventas y toda la difusión. También en ese interín me empecé a interesar más por la medicina legal. Es decir, empecé con la medicina, después me fui por la literatura y después volví a entrar a la medicina, pero por otro camino, por la medicina legal. Porque nunca más cirugía, que era mi especialidad.

Porque para ser cirujano hay que tener cierta gimnasia diaria, ¿no?

No sólo gimnasia. Hay que tener nervios de acero y buena vista. Tener que estar dispuesto a que te llamen un domingo al mediodía, cuando estás por comer un asado; a la madrugada o la siesta. Pasaron 20 años de mi última operación y no sería lógico que mañana vaya a operar. Yo nunca más entré a un quirófano, nunca más hice una sutura. Veo sangre y salgo a correr.

Pensando en el Covid y ahora el dengue, ¿qué pensás de quienes cuestionan las vacunas? Porque incluso hay médicos dicen que no hay que vacunarse.

Estoy a favor de las vacunas, y lo voy a estar siempre, porque las vacunas salvaron al mundo. De eso no hay ninguna duda. Para estar en contra de las vacunas hay que ser ignorante. Con eso alcanza. De hecho, el Covid se bajó por las vacunas. Ahora, que después la vacuna tenga esto, lo otro, y no sabemos. Tampoco podemos poner la mano en el fuego por los fabricantes de vacunas. O sea, te fabrican una enfermedad y después te fabrican la vacuna. Todo ese tipo de cosas que sobrevuelan este mundo cruel, algunas de las cuales incluso se publican, son posibles.

¿Te animás a contar si fue con la medicina o con la literatura que tuviste más satisfacciones? ¿Se pueden comparar o son alegrías que van por distintos carriles?

Son cosas muy diferentes. La medicina te da, por ahí, la gratitud del paciente o de los familiares. Pero la literatura es amplísima. Y te cuento algo que lo demuestra. Cuando vivía en Corrientes me fui a trabajar a mi pueblo, La Leonesa, en Chaco, a 100 kilómetros de Corrientes. Estuve yendo nueve años como cirujano y operé a mil y pico de pacientes. Ninguno se murió, todos vivieron. Yo era muy conocido ahí porque mi papá fue intendente del pueblo. En el 1993 vine a Oberá y pasaron once años hasta que me hice escritor. Un día el intendente me invitó para hacerme una distinción y podés creer que me declararon ciudadano ilustre. Eso fue en el 2006, dos años después de que empecé a escribir. Por supuesto que estaba re agrandado. Pero después de la euforia y la alegría me puse a pensar y dije: esto es una hijaputez, porque estuve yendo nueve años para operar y aliviar enfermedades o salvar vidas y nunca fueron a llevarme ni una gaseosa como agradecimiento. Pero escribí un librito, porque hasta ese momento tenía escrito un librito, y ya me declararon ciudadano ilustre. Es una cruel diferencia. Por suerte soy la misma persona -el médico y el escritor-, porque si era sólo el médico injustamente no reconocido y hubiese seguido yendo a operar, tal vez iba y lo corría al escritor. O sea, desde lo científico y objetivo, es injusto. Pero eso fue gracias al poder que tiene la cultura y la imaginación en los chicos, y cómo se expande con un librito que llega a producir este tipo de cosas.

Hugo Mitoire

Escritor
Nació en Margarita Belén, Chaco, pero se crió en La Leonesa, de la misma provincia. Es médico especialista en cirugía general, legal y laboral; máster en medicina forense; exprofesor de química. Actualmente se desempeña como perito médico de la Justicia Provincial y Federal, y médico forense

de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT). Desde 2009 es presidente de la Biblioteca Sarmiento de Oberá. Varios de sus cuentos y libros integran diversas antologías, planes de lectura y catálogos, como el Plan Nacional de Lectura. En 2014 fue incorporado a los manuales Santillana para 5° y 6° grado, entre otros reconocimientos.

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