Hormiga negra y su bicicleta

domingo 18 de febrero de 2024 | 6:00hs.
Hormiga negra y su bicicleta
Hormiga negra y su bicicleta

Superación, euforia, libertad. Son algunas de las sensaciones positivas que se siente al andar en bicicleta. No es fácil describirlo con palabras a alguien que no lo haya experimentado en primera persona.

Un medio de transporte, una salida terapéutica, ejercicio y un compañero amigable con el medioambiente. Esta era la manera en que se trasladaba Julián Aguirre hasta su trabajo. Apodado como “Hormiga negra”, partía desde su domicilio cercano a la rotonda, en avenidas Cocomarola y Domínguez, hasta la fábrica de terciados Heller Hermanos, de Kurt y Román Heller, situada en la laguna San José, en la década del 40.

La planta industrial destinada a la fabricación de madera terciada, usina y aserradero, cubría más de 10.000 metros cuadrados de superficie. Disponía de un muelle y puerto propio y una espléndida ensenada. Tenía la particularidad de sonar la sirena cuatro veces al día, y cuentan los vecinos que se escuchaba a varias cuadras. Sonaba a las 6 de la mañana, a las 11, 14 y 18. Cambio de turno o final de jornada, ese sonido era referencia para la ciudad.

Ahí, Don Julián “Hormiga negra” Aguirre, trabajó durante 30 años, y para recordarlo su pareja restauró la bicicleta que lo supo transportar por la ciudad en una época de pocos semáforos, calles de tierra y mucho polvo. Hoy esa bicicleta se mantiene siempre con flores en el jardín de la casa. La familia acudió a un artista plástico para que realice una hormiga negra en masilla epoxi, y así recordarlo siempre.

Este pequeño homenaje se encuentra en el Barrio Terrazas de Itaembé Miní de la ciudad de Posadas, en el jardín delantero de la casa. Las fotos y los datos de la historia fueron mandadas por su nieto.

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