Símbolos del pasado

domingo 21 de enero de 2024 | 1:00hs.
Símbolos del pasado
Símbolos del pasado

Las particularidades de cada casa se definen, sobre todo, con su fachada. Cuando Posadas arrancó como capital de la provincia, el centro posadeño era muy diferente a lo que es hoy. Algunas casas conservan casi en su totalidad esa muestra del tiempo congelado en ventanas, puertas, marcos, mampostería o como vemos en la foto, iniciales junto a la representación de lo que sería una plancha.

Las ciudades en general experimentaron un cambio hacia lo moderno, así como también los artefactos eléctricos, sobre todo aquellos que son de uso cotidiano del hogar, como lo fue (y sigue siendo pero en menor medida quizás) la plancha.

Ya en el siglo IV a.C., los antiguos griegos consideraban como signo externo de refinamiento e importancia social vestir ropa sin arrugas, pero no les resultaba nada fácil conseguirlo, ni mucho menos. Las planchas de aquel tiempo empleaban la presión: sólo unos pocos conocían y utilizaban el calor.

Esta herramienta de la ropa fue evolucionando, se destacan las que se calentaban mediante agua hirviendo, gas e incluso alcohol. También aparecieron las planchas de carbón y en el en el siglo XIX apareció la plancha a gas.

La gran revolución fue la aparición de la primera plancha eléctrica en 1882, de la mano del neoyorquino Hemy W. Weely. En 1906 se fabrican en serie y en 1926 aparecen las planchas de vapor.

Esas iniciales, según datos recopilados, son de Bienvenida Celsa Pianetti, la mamá de Celsa (única hija) era planchadora y su papá carpintero, en aquel Posadas del ayer.

Esta joyita, perlita urbana de la ciudad capital misionera, se encuentra por la calle 3 de Febrero entre La Rioja y Entre Ríos, microcentro posadeño. La casa se destaca en el avance de la modernidad urbana, conservando no solamente estos símbolos en su fachada, sino también las estructuras de puertas y ventanas  de madera de doble hoja y de gran altura, como también aparenta tener el techo.

La escalinata de acceso principal y las rejas en su ventanal principal, también denotan ese stop del tiempo. A Celsa y a sus padres se los  recuerda con cariño.

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