Destacan la transparencia del sistema electoral argentino

“Desde la recuperación de la democracia, el camino del voto se da en un sistema que funciona y lo hace en forma justa, limpia y transparente”. Así presentó el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) la guía que acompaña este artículo para que los argentinos conozcan el recorrido del voto desde el conteo de los sobres en las distintas mesas hasta que se conoce quién es el presidente electo de la Nación.

El sistema electoral argentino establece un sistema de escrutinio provisorio y otro definitivo para el recuento de los votos de las elecciones.

Las diferencias entre los resultados que arroja uno y otro escrutinio han sido y son mínimas a lo largo de nuestra historia electoral. Excepto en elecciones muy reñidas, con una distancia en cantidad de votos muy ajustada entre una y otra fuerza política, no cambian los resultados finales.

El escrutinio provisorio se hace con los telegramas que envía el día de la elección la autoridad de mesa al Correo y la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior los publica. El escrutinio definitivo lo hace la Justicia Electoral con las actas de cada mesa.

“El camino de tu voto comienza el día de la elección. Una vez que termina la votación, el presidente de cada mesa abre la urna, saca los sobres, los abre y verifica su contenido, saca las boletas con los votos, califica y cuenta cada voto en presencia de los fiscales de los partidos. Luego, vuelca los resultados de ese conteo en el acta de escrutinio y los transcribe a dos documentos: telegrama y certificado de escrutinio”, explica el Cippec.

En 40 años

En 40 años desde la recuperación de la democracia, ningún sector presentó una denuncia formal sobre irregularidades en una elección presidencial.

Sin embargo, embarcado en una tendencia mundial, un sector político intentó plantear tal duda.

Justamente, apenas finalizadas las elecciones generales, la  Cámara Nacional Electoral (CNE) tuvo que salir  contestar a las versiones sobre supuestas irregularidades o fraude cometidos durante la elección general de octubre, difundidas por algunos periodistas y simpatizantes del candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei.

Desde la Cámara salieron a plantear que en el marco de los 40 años de la recuperación del voto, tuvieron lugar 33 procesos electorales nacionales íntegros, de diversas características; todos con resultados aceptados y reconocida e indiscutida legitimidad.

“Las elecciones no son un servicio público a cargo de una autoridad estatal, sino un acto de soberanía, de amplia participación y con controles recíprocos, en el que intervienen ciudadanas y ciudadanos sorteados como autoridades de mesa y fiscales designados por las agrupaciones políticas”, según planteó entonces la Cámara Electoral.

“El alto nivel de garantías que aseguran el respeto de la genuina expresión de la voluntad popular en la República Argentina, con mecanismos imparciales para resolver reclamos e incidencias, es un elemento reconocido no sólo en el ámbito nacional sino también por la comunidad internacional”,  añadió por entonces la Cámara.

Sin embargo, como un mecanismo utilizado de parte de candidatos como Donald Trump o Jair Bolsonaro, se volvió a lanzar sin fundamentos presuntos fraudes que había también planteado de manera pública el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, en varias apariciones públicas.

Incluso el jueves pasado, LLA hizo una presentación informativa ante la jueza federal María Servini cuestionando la transparencia del proceso electoral.

Ante tal situación, el viernes, tras ser convocados por la Justicia para explicar estas acusaciones, los libertarios no presentaron pruebas y se tuvieron que desdecir.

Finalmente, según los apoderados de LLA se trató de una presentación para que se extremen los recaudos en el traslado de urnas.

La Cámara Nacional Electoral (CNE) de Argentina sostuvo ayer que “son versiones absolutamente infundadas”.