Un sueño de larga distancia

El misionero Santiago Paiva emigró en 2007 a Canadá y desde Montreal recorrió más de 8 mil kilómetros hasta Río de Janeiro para ver a Boca en la final de la Copa Libertadores
viernes 03 de noviembre de 2023 | 4:30hs.
Un sueño de larga distancia
Un sueño de larga distancia

Mientras Lionel Messi armaba las valijas para su primera Copa América, en junio de 2007, Santiago Paiva hacía lo mismo en Posadas. Su destino no era Venezuela como el del crack argentino, sino Canadá. El misionero cambió el calor de la tierra colorada por el frío de Montreal. Dejó su vida en Argentina y emigró al norte del continente.

Su inteligencia para los números lo llevó a recorrer varios países y a trabajar hoy con sistemas informáticos. Cambió de todo, pero como dice Pablo Sandoval, el personaje de Guillermo Francella en la película El secreto de sus ojos, “el hombre no puede cambiar de pasión”.

Hoy Santiago está a horas de cumplir un gran sueño: ver a Boca. Su Boca querido, del que jamás se despegó pese a la distancia. Cuando el Xeneize clasificó a la final de la Copa Libertadores, el misionero no dudó. Sacó los pasajes y recorrió los más de 8 mil kilómetros que separan a Montreal de Río de Janeiro, epicentro del Mundo Boca en la previa de la final de la Libertadores.

“Heredé la pasión por Boca de la familia. Estando en el exterior le cuento a la gente que en Argentina se nace con un nombre, una nacionalidad y un equipo de fútbol que se hereda generalmente del padre”, comentó el misionero.

Santiago dejó Argentina en 2007, justo cuando Boca ganó su última Libertadores. En el Maracaná verá, por primera vez, al club de sus amores. “Boca siempre fue importante”, reconoce y lo define como “más que un club de fútbol”. “Es un estilo de vida”, aseguró.

Los primeros tiempos en Canadá fueron difíciles para seguir al Xeneize, pero nunca dejó de hacerlo. “Buscaba streams gratis, porque en el exterior era complicado ver los partidos, pero hace un tiempo encontré una plataforma para seguirlo”, explicó y agregó que “no hay nada como esperar toda la semana para ver a Boca”.

“Siempre soñé con ver a Boca. Cuando Argentina clasificó a la final en Qatar hice las cuentas, pero era una locura y ahora, cuando le ganamos a Palmeiras, nació la posibilidad y empecé a buscar la entrada”, contó en cuanto a lo que terminó siendo una tarea complicada, pero que llegó a buen puerto.

La entrada la consiguió junto a otro misionero, Exequiel Figueredo, con quien se encontrará en la Ciudad Maravillosa para ir a ver la final y con quien mantiene una amistad desde la secundaria, cuando Santiago dejó Argentina para irse a vivir a Canadá.

“Ojalá se dé poder ver a Boca levantar la copa en Brasil. Que sea por penales o como sea, pero que gane”, pidió Santiago que cuenta las horas para ver a su equipo, por primera vez en la cancha, y nada menos que en la final del torneo más importante que tiene el continente.

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