Siete años después de atropellar y matar, Werner Lutz será juzgado por homicidio simple

El lunes 9 de octubre el comerciante posadeño Julio Werner Lutz (30) comenzará a ser juzgado por haber provocado la muerte del playero Fernando Vázquez (24), en un siniestro vial que en la noche del 20 de agosto de 2016 lo tuvo como protagonista.

El debate oral al que llega imputado por el delito de homicidio simple -figura que prevé penas de prisión de entre 8 y 25 años de prisión- se ventilará durante cuatro jornadas en el Salón de Usos Múltiples del Palacio de Justicia, a cargo del Tribunal Penal Uno integrado por los jueces Ángel Dejesús Cardozo, Gustavo Bernie y Viviana Cukla.

La acusación va estará representada por el fiscal Martín Rau, en tanto que el defensor de Lutz es el abogado particular Pablo Luján. Fueron citados alrededor de 30 personas, entre testigos presenciales, peritos, efectivos policiales, vecinos y familiares tanto de la víctima como del acusado.

De atrás y a excesiva velocidad

El playero Vázquez perdió la vida el sábado 20 de agosto de 2016, cerca de las 21, sobre la avenida Alicia Moreau de Justo (ex 213), en inmediaciones al club Centro de Cazadores.

La reconstrucción indica que la víctima se dirigía en moto a su trabajo en una estación de servicio y aguardaba en el semáforo de la ex 213 y la calle Saavedra cuando fue atropellado y arrastrado desde atrás por un Ford Fiesta conducido por Werner Lutz, de 23 años en ese entonces.

Junto al acusado viajaban dos chicas que luego declararon que el implicado circulaba a una velocidad de entre 130 y 150 kilómetros por hora. Incluso aseguraron que le advirtieron sobre la presencia del motocilclista pero Lutz nunca aminoró la marcha, y luego se negó a someterse al test de alcoholemia.

Tras el atropellamiento Werner Lutz fue detenido y luego fue procesado con prisión preventiva, aunque 14 meses después fue excarcelado. El expediente fue instruido por la fiscal Amalia Spinnato y elevado a juicio por el titular del Juzgado de Instrucción Uno, Marcelo Cardozo.

Calificación confirmada por la Cámara

Las autoridades que llevaron adelante la investigación del caso consideraron que existían elementos como para suponer que el implicado actuó con o intención de matar. La figura de "homicidio simple" fue cuestionada por la defensa en varias oportunidades, pero en 2020 la Cámara de Apelaciones sostuvo la calificación.

Entre los puntos que tuvo en cuenta el juez Cardozo para formular la imputación se destaca que "el conductor del Ford Fiesta no desconocía la peligrosidad y los riesgos de las condiciones en las que circulaba por dicha zona" esa noche del 20 de agosto de 2016.

Incluso, consideró que Lutz "por la velocidad a la que iba, tenía intención de matar, es decir que sabiendo que podría desatar una tragedia eligió seguir acelerando en vez de sacar el pie del pedal".

Dicha hipótesis quedó ratificada a partir de los testimonios aportados por las chicas que viajaban como acompañantes, quienes ante el juez "declararon que el joven viajaba entre 130 y 150 kilómetros por hora y que además pasó al menos dos semáforos en rojo antes del impacto que terminó con la vida de Vázquez". Ambas testigos además "comentaron que le advirtieron a Lutz que había una moto en su carril, que debía desacelerar" pero el joven hizo caso omiso a las advertencias hasta que lo impactó de atrás.

Por otro lado, durante la investigación se detectaron algunas actitudes que tuvo el automovilista momentos posteriores de producido el trágico siniestro vial. Según voceros de la causa, el joven habría intentado ocultar pruebas e incluso se sospecha que obligó a las dos testigos a irse de la escena a bordo de otro auto que le hacía de apoyo. Por otro lado, existe presunción de que haya estado alcoholizado al momento de chocar al motociclista y, por ese motivo, se negó a practicarse el test de alcoholemia.

Incluso, algunos de los testigos circunstanciales que a esa hora pasaban por el lugar declararon que del Ford Fiesta siniestrado sacaron una conservadora con bebidas alcohólicas, que fue pasado a otro vehículo que huyó de la escena, dato que no pudo ser confirmado con evidencia.