Reciben hasta 30 consultas al mes entre casos benignos y patológicos

Más consultas de adultos jóvenes que sufren olvidos

Especialistas indicaron que no son casos relacionados al alzheimer y mayormente se deben a cuadros de ansiedad y depresión. Son pacientes menores de 60 años
miércoles 06 de septiembre de 2023 | 6:05hs.
Más consultas de adultos jóvenes que sufren olvidos
Más consultas de adultos jóvenes que sufren olvidos

Cada vez más adultos jóvenes consultan a los neurólogos debido a la pérdida de memoria. En este sentido, especialistas consultados por El Territorio comentaron que anteriormente esto ocurría solamente en mayores de 60 años.

Según detallaron, el síntoma es habitual en personas con ansiedad o depresivas, que consultan preocupados por  temor de que sea el inicio de una demencia.

En diálogo con El Territorio, el neurólogo Pablo Barissi dijo que los olvidos están entre las consultas más frecuentes en su consultorio. Precisamente, atiende unas 30 por mes divididas entre olvidos benignos y patológicos. Es decir, olvidos que se deben a falta de atención y signos de deterioro cognitivo.

“Hay varios jóvenes y adultos que consultan, pero generalmente las personas menores de 60 años deben sus olvidos a fallas en la atención, es decir por el multitasking (hacer y pensar varias cosas a la vez), por desorganización en sus actividades, por trastornos de la glándula tiroides y otras patologías no relacionadas con la demencia”, indicó el especialista.

Asimismo, sostuvo que el alzheimer sigue siendo una enfermedad muy frecuente pero aparece después de los 60 años. Generalmente los olvidos están ligados a cuadros de estrés, tanto laboral como familiar y social. Esto se produce por hacer varias cosas a la vez y por la falta de atención.

En segundo lugar, Barissi detalló que los olvidos pueden estar relacionados con la depresión y ansiedad, que se incrementó luego de la pandemia. Además, puede tratarse de hipotiroidismo, que es la disminución de la función de la glándula tiroides, y luego, los componentes constitucionales, como el bajo nivel de escolaridad de la persona, el sedentarismo o los factores de riesgo cardiovasculares.

Por su parte, desde el Servicio de Neurología del Hospital Madariaga, el neurólogo Carlos Barros Martínez dijo que los olvidos son la segunda consulta más frecuente y recibe alrededor de 15 pacientes al mes con esa inquietud. En sintonía, también notó una gran demanda de consultas de este tipo en pacientes más jóvenes, que transitan algún cuadro relacionado al estrés o la depresión.

“Es bastante común en personas jóvenes que no tienen nada para tener un cuadro neurodegenerativo como el alzheimer. Consultan por olvidos más atencionales, donde no guardan información por falta de atención adecuada y uno va indagando y empieza a notar rasgos de depresión o de un trastorno de ansiedad severo”, explicó Barros Martínez.

Tipos de olvidos

De la misma forma, el neurólogo mencionó que muchas veces esos olvidos mejoran al incorporar un tratamiento antidepresivo. Si una persona tiene una depresión bastante marcada puede realizarse un tratamiento antidepresivo aparte de una terapia psicológica y así mejorar su calidad de vida. 

“El olvido en sí es un síntoma que hay que estudiarlo adecuadamente, porque existen olvidos menores y otros que los llamamos graves, que pueden  poner en riesgo a la persona o a terceros. Dejar la hornalla encendida con la comida o agua hirviendo, dejar la canilla abierta, olvidarse las llaves del lado afuera de la puerta o puestas en el auto, ir a un lugar conocido en la ciudad y no poder orientarse. Esos serían los olvidos que tenemos que hacer unos estudios más exhaustivos si ocurren con frecuencia”, puntualizó el especialista.

En la misma línea, dijo que hay olvidos frecuentes que se deben estudiar factores de riesgo como hipertrofia, diabetes o una enfermedad cardiovascular. Eso repercute en forma crónica en lo que es la circulación del cerebro y por lo tanto, también se van afectando las áreas de la memoria en forma crónica.

Ante esto,el neuropsicólogo realiza una evaluación cognitiva adecuada que no sólo evalúe la memoria, sino también funciones ejecutivas y praxias, que son conductas aprendidas previamente. Según aseveró el neurólogo del Madariaga, dependiendo de ese resultado, se procede a una resonancia del cerebro para ver si no ha perdido volumen sobre todo en áreas que tienen que ver con la memoria.

 “Hay signos indirectos que nos indican si tiene pequeñas secuelas de la parte vascular. El paciente que es hipertenso, diabético, muchas veces tiene como unas manchitas blancas que se dan en el cerebro que indican cambios de la microcirculación.  Después también se solicita un laboratorio de rutina, para ver el déficit vitamínico, análisis de la tiroides, entre otras cosas”.

 En base a esos estudios y la evaluación cognitiva, los neurólogos pueden determinar si hay un deterioro cognitivo leve, moderado o severo. Actualmente no hay una forma hoy de saber con precisión si el paciente tiene alzheimer, sino que se diagnostica por el patrón del tipo de afección que tiene la memoria.

“No hay una sola forma de memoria. Esta la memoria de corto plazo, de largo plazo, la memoria de trabajo y demás. En base a eso uno puede tener la sospecha de que se trata de un alzheimer si la pérdida de memoria va progresando”, enumeró Barros Martínez.

 A su vez el profesional dijo que los mayores de 80 años tienen mayor chance de desarrollar alzheimer que una persona de 60 años. Para cultivar la buena memoria, recomiendan profundizar en todos los cuidados cardiovasculares, detectar si hay hipertensión o diabetes, tratar de no tener obesidad, hacer actividad física y  mantener activo el cerebro. La interacción social es muy importante también.

En tanto, Barissi agregó que el deterioro cognitivo así como los olvidos por desatención se pueden combatir mediante cambios en los hábitos diarios. “Realizar ejercicios 45 minutos por día tres veces por semana o más, lectura de libros o de lo que gusten. Aprendizaje de cosas nuevas como idiomas, instrumentos y sociabilizar más. La desatención de trata mediante organización de la rutina”, concluyó.


Hasta el  viernes es la Semana de la Epilepsia

Del 4 al 8 de septiembre  se celebra la Semana Nacional de la Epilepsia. Precisamnete se trata de una patología que la padecen aproximadamente 50 millones de personas en el mundo.

Es una enfermedad del cerebro donde el síntoma cardinal son las crisis epilépticas, lo cual conlleva consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicosociales, entre otras.

En este sentido, el neurólogo Cristian Hardaman del Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga resaltó:

“Es una enfermedad que conlleva muchos problemas interpersonales en el paciente: le cuestan mucho la relaciones interpersonales, conseguir trabajo, la independencia. Está relacionada con otra patología que es el síndrome depresivo, y tiene una alta tasa de suicidios”.

La Semana Nacional de la Epilepsia pretende visibilizar esta patología a nivel mundial, y se representa con el color púrpura, el color de la lavanda, una planta con flor que crece sola; hace referencia a la soledad. Con ese color se busca concientizar a la sociedad de que el paciente no está solo.

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