El Club de la Gurisada: un espacio de arte, lectura y diversión en la naturaleza

Evangelina Mancuso comenzó con actividades para los chicos de Loreto hace dos meses. Lejos de las pantallas, es una alternativa inclusiva de aprendizaje y contención
lunes 07 de agosto de 2023 | 4:30hs.
El Club de la Gurisada: un espacio de arte, lectura y diversión en la naturaleza
El Club de la Gurisada: un espacio de arte, lectura y diversión en la naturaleza

El Club de la Gurisada es un espacio artístico, inclusivo y de lectura. Lejos de las pantallas, es la única alternativa de contención, aprendizaje y juegos para los más pequeños de la localidad de Loreto.

La propuesta se desarrolla todos los sábados por la tarde desde hace dos meses. La creadora e impulsora de la actividad es Evangelina Mancuso, una docente y agricultora ecológica que detectó la falta de un espacio para que los chicos puedan aprender y divertirse fuera de lo académico. De esta forma surgió el club, que reúne a unos 25 chicos en la plaza para leer, desarrollar el arte y jugar en un ambiente libre y cooperativo.

Precisamente, el horario de inicio varía entre las 15 y 16 dependiendo del tiempo y las temperaturas. Algunos llegan varios minutos antes y otros llegan a horario con ansias de disfrutar de las actividades que trae la maestra.

Las tardes bajo los erguidos árboles de la plaza, comienzan con la ronda de gurisada bajo la atenta escucha a la lectura de Evangelina. Desde hace unos encuentros, avanzan con un libro de María Elena Walsh. Luego, se pasa a una lectura individual, algunos se toman un tiempo para apreciar y observar los coloridos dibujos, las historietas y luego cada libro es devuelto con mucho cuidado para que la maestra los guarde.

Después de los minutos dedicados a leer y escuchar, la docente expone alguna de las actividades que con mucho esmero preparó durante la semana. Este sábado, a través de semillas conocieron y aprendieron sobre la bondad de la naturaleza al brindar alimentos.

“Una semilla de maíz es la que se transforma en polenta y otros derivados, la cúrcuma se transforma en condimento o té. Aunque se vean diferentes luego de pasar por diversos procesos en las fábricas, la mayoría de los alimentos que consumimos a diario provienen de alguna semilla”, explicó  la agricultora en cuanto a las comidas y medicina provenientes de la pachamama.

Los chicos observaron y escucharon atentamente y algunos se guardaron la semilla. La reflexión siguió con el origen de la leche, de las computadoras creadas a base de algún mineral propiciado por la tierra, entre otros.

Al concluir la actividad, los chicos juegan en pequeños grupos. Con ajedrez, dados, rompecabezas, dibujo libre, tizas y otros elementos que fueron donados al Club de la Gurisada por la propia maestra o por solidarios que quisieron aportar.

Las propuestas de juegos varían, pero los minutos dedicados a la lectura se mantienen al principio de cada encuentro. En ocasiones anteriores, tuvieron taller de cocina, cerámica y próximamente planean tener una clase de astronomía, teatro y otras propuestas que para acceder deben viajar a otra localidad.

Como recibieron donaciones de leche, harina y otras mercaderías de una fundación, al finalizar el último sábado, los niños compartieron una chocolatada y torta frita, realizados por el papá y la mamá de uno de los participantes. Si bien, la idea es seguir con la merienda en algunos días, Evangelina dijo que el foco seguirá en el espacio libre y de lectura, por encima de las otras tareas que pueden ir variando.

Testimonios

En cada jornada, algunos padres acompañan a sus hijos y de paso, ayudan con el cuidado del grupo. En este sentido, Lorena Chamorro, mamá de dos niñas que asisten al Club de la Gurisada, contó que está muy agradecida porque no había actividades para los chicos en la localidad.

Los padres de la comunidad se enteraron por flyers y redes sociales y desde entonces mandan o acompañan a sus hijos. “Ellos también tienen el bastón de la palabra, para cuando quieren hablar. Entonces también aprenden a respetar los turnos y al compañero. Piden la palabra para compartir ideas, para contar cómo les fue durante la semana. Es lindo porque aprenden a esperar. También aprenden a leer, que es algo muy importante. La lectura les ayuda muchísimo, ya sea tanto en lo que es el vocabulario de ellos, les amplía mucho conocimiento”, sostuvo la mamá.

Asimismo contó que los chicos se adaptaron rápido y les gusta participar. Aprenden rápido contenidos que les sirven para la escuela porque desde lo más pequeños van comenzando a leer y en la escuela algunos momentos son más alborotados, mientras que en la plaza mantienen la calma.

“Aprenden comprensión de texto, y ahora con la merienda tienen más ganas de venir, van pensando en traer la taza o un mantel. Aparte de ser algo sano, a la vez los chicos aprenden y juegan. Más un fin de semana que no tienen escuela y es complicado tener que viajar a otra localidad para participar de algo”, mencionó Chamorro.

Antes de sacar todos los juegos de la bolsa, Evangelina explica detalladamente que los juguetes pertenecen al club y si pierden o rompen, ese juego ya no podrá ser utilizado. Con mucha atención cada uno agarra el objeto con extremo cuidado y cuando terminan de jugar lo devuelven con todas las piezas.

Algunos se sientan en las sillas y mesas de cemento de la plaza, otros en la alfombra de la ronda de lecturas y otros dibujan con tizas en el cemento y asfalto.

La idea del Club de la Gurisada

“Veía la necesidad de los chicos de tener un espacio de contención aparte de la escuela, porque la escuela es más intelectual. Los niños necesitan un espacio artístico que no sea tan riguroso como la escuela. La idea es que esto sea inclusivo, que el alma sea inclusiva. Que los niños no tengan que pagar para acceder porque yo lo podría hacer en forma privada en mi casa y cobrar una cuota como se hace en cualquier lugar de un centro de juego, pero la mayoría no podría pagar”, expresó la creadora del club.

La docente comentó la idea a otras mamás cuando llevó a su hijo a la escuela y luego, a través de las plataformas y el boca en boca, la noticia fue llegando a toda la comunidad.

En el mismo marco, dijo que la idea es que alguna empresa, institución o el Estado pueda patrocinar. Necesitan materiales para trabajar y jugar, un reconocimiento económico a las horas de trabajo de planificación, gestión  y desarrollo de actividades que lleva adelante la docente. Por otra parte, buscan un predio para poder instalarse los sábados y también, guardar todos los materiales y juegos. Por el momento, Evangelina puede trasladar algunos elementos en su motocicleta, pero le gustaría poder tener un espacio en donde guardar todas las herramientas.

 “El objetivo de esto es el desarrollo del ser a través de lo artístico. A través del arte todas las personas, sean grandes o chicos manifestamos nuestro espíritu, nuestro ser. Entonces desde una mirada pedagógica alternativa -porque también soy autodidacta en la pedagogía de Waldorf- trato de traer eso a los chicos. Hay casos que están acostumbrados a la escuela, lo que tenés que hacer, cómo tenés que mirar y eso trato de que sea más abierto”, dijo la educadora.

En detalle, resaltó que cada chico tiene su esencia, algunos logran concentrarse más tiempo en la lectura, otros buscan realizar arte y otros son más inquietos. En el transcurso, arman grupos para un tarea y no prima el individualismo.

“Busco darles espacio personal para que vean las imágenes, mientras uno lee el que está al lado puede ir mirando la ilustración aunque no sepa leer. Los libros algunos son de mi casa así como los juegos, otros, fueron donados por el Hospital de Juguetes y otros donantes”.

En la misma línea, invitó a quienes tengan material de lectura, juegos de mesa y juguetes que ya no usen, a que se animen a donar. Pueden ser juegos en general que quedarán en propiedad del club o alimentos para realizar meriendas.

“Hay gente en su casa que debe tener tantos materiales que nosotros necesitamos pero, a la vez, si recibimos más donativos, tenemos que tener un espacio. Si hay interesados en impartir una clase o taller de música, arte, cocina o cualquier propuesta que enriquezca, también podemos coordinar”, agregó la docente.

Hace poco aprendieron a moldear la arcilla y realizaron cuencos. La profesora que donó la clase los llevó para secarles y en otra oportunidad los traerá para que los chicos puedan pintar. Otra de las clases, consistió en utilizar temperas donadas y a la vez, utilizaron plantas que sirven como colorantes naturales, específicamente el urucum. En cuanto al taller de fideos, pudieron teñirlo con remolacha como para aprender sobre ingredientes naturales que no son dañinos.

Durante el último sábado, una madre se ofreció a prestar su servicio de fiesta para realizar el Día del Niño. Con peloteros, cama elástica, las propuestas se van sumando a esta iniciativa para los más chicos que arrancó hace dos meses. 

 “Quiero que ellos vean  y que tengan la posibilidad que tienen un chico que vive en un Posadas u otra ciudad. La misma posibilidad que tuve yo en mi infancia. Hay muchas familias que tienen la posibilidad de salir a otros lugares o se van de vacaciones pero la mayoría de los chicos que están acá no salieron de Loreto. Entonces llegó un momento personal en el que quiero  devolver todo lo que la vida me dio”, cerró Evangelina.

Para colaborar con alimentos para meriendas, juegos y materiales, pueden contactarse a las redes sociales de  El Club de la Gurisada o al celular de Evangelina 3764-764014. 

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