María Esther Rolón y una ambiciosa tarea

La historia de Puerto Iguazú, tras los pasos de sus pioneros

Recibió el legado de su primo, el médico y escritor -entre otros- Luis Rolón, y aceptó el reto. Comenzó reuniendo recuerdos e involucró a sus alumnos para luego aventurarse en la reconstrucción de la historia con la creación de la Dirección de Patrimonio Histórico y Cultural
domingo 25 de julio de 2021 | 6:05hs.
La historia de Puerto Iguazú, tras los pasos de sus pioneros
La historia de Puerto Iguazú, tras los pasos de sus pioneros

La ciudad de Puerto Iguazú es un lugar lleno de historias. Sin embargo, no todas están asentadas en libros preservando estos recuerdos para las generaciones venideras.

Ante esta situación, Luis Honorio Rolón, médico de profesión que se destacó como conservacionista, indigenista, político y escritor; cuando supo que estaba enfermo en el año 1992 encomendó la tarea de recopilar la historia de la ciudad a su prima hermana María Esther Rolón (de 71 años), quien en ese momento era directora de la escuela Provincial N° 642 Manuel Belgrano.

Desde la muerte de su primo, María Esther trabaja en el rescate de la historia, escribiendo libros, y actualmente tiene a su cargo la dirección de Patrimonio Histórico municipal y junto a su equipo de trabajo llevan adelante acciones para rescatar la historia.

“Nosotros éramos primos hermanos, muy unidos desde muy pequeños, cuando yo estudiaba en Posadas él era el único que me visitaba todos los domingos y cada vez que hablamos me decía ‘tenemos que volver a Iguazú a trabajar, involucrarnos’.

Él siempre pensaba en la política pero yo sin embargo nunca quise eso para mi vida, yo creo que el peor momento de mi vida fue cuando estuve dentro de la política y fui concejal”, contó.

Debido a los lazos de amor y afinidad que la unían con su primo hermano,aceptó el reto y hasta el día de hoy trabaja en el rescate de la historia.

“Cuando él falleció yo empecé a escribir los libros que publiqué en 2016, no obstante mi experiencia más importante con la historia fue en el año 1996, cuando con los alumnos de 6° y 7° grado de la escuela N° 462 llevamos adelante el proyecto institucional “Niño Historiador”, un trabajo hermoso en el que los niños de la escuela lograron descubrir que las fechas de nacimiento de Iguazú no coinciden con las que conocemos y se remontan a muchos años atrás” explicó.

El proyecto institucional “Niño Historiador”, declarado de interés municipal mediante la resolución 537/96 firmado por el entonces intendente Timoteo Llera, se enmarcó en un concurso de un programa social que entregaba útiles y materia escolar a los alumnos. Ellos lanzaron la competencia que consistió en que los alumnos de la escuela contaran una historia del lugar, y el premio era la impresión de la historia de tres ejemplares en formato libro.

El libro se llama “Cataratas de historias” y tiene 245 páginas. “Fue una de las mejores experiencias, los niños tenían la tarea de entrevistar a sus abuelos, quienes contaban la historia de Iguazú desde la experiencia de cada familia. Recorrimos las instituciones, como la administración de Parques Nacionales, el cuartel de Bomberos Voluntarios, entrevistaron al intendente y muchos de ellos escribieron poemas, porque todos los niños querían aportar y quizás ya no tenían a sus abuelos o eran tímidos para hacer las entrevistas; sin embargo tenían habilidad para las letras. En ese libro se recopiló gran parte de la historia”, recordó.

La impresión del libro también fue una odisea, ya que “había que viajar a Posadas a la imprenta y eso era un problema, porque teníamos que viajar nosotros o algún padre con los chicos, entonces decidimos que el libro se imprima en Iguazú en la única gráfica que tenemos; no quiero mentir pero me parece que fue el primer libro que se imprimió acá”.

Luego de la publicación del libro María Esther cumplió 30 años de servicio en la escuela y decidió jubilarse, sin embargo nunca dejó de trabajar y tiempo después fue concejal sin querer serlo.

“Tenía 48 años cuando me jubilé, desde los 18 trabajé en la escuela, fui maestra de grado por algunos años, después pasé a ser vicedirectora y luego directora. También soy la madrina de una escuela de gestión privada y cuando me jubilé me dediqué a escribir, sin embargo al tiempo que me jubilé un día me enteré que era candidata a concejal, pero a mí nunca me consultaron”. A modo de anécdota María Esther contó que un día se dirigía al aeropuerto y vio un pasacalle en el que decía su nombre candidata a concejal: “Volví del aeropuerto y fui a discutir con el intendente Llera, quien me respondió que ‘si vos no querés ser decime a quién ponemos en la lista, y después de una discusión acepté. Fue la peor época de mi vida, fui concejal del 1999 al 2003, el concejal debe legislar y no tiene la capacidad para resolver los problemas del pueblo; eso es lo que más me dolió”, lamentó.

En este sentido, agregó que “me tocó la época del 2001, había mucha hambre y no podíamos resolver la situación. Entonces el intendente convocó a los empresarios para reunir alimentos y las dos mujeres que estábamos en el concejo fuimos las que enfrentamos al pueblo. Después de ser concejal me enfermé, me costó años recuperarme del estrés de esos años”.

Mientras María Esther se recuperaba, seguía trabajando en la escritura de los libros con la historia de Iguazú, fue directora de Cultura Municipal y luego del cambio de gobierno finalizó sus libros y los presentó, uno de ellos se llama “De puro Vasco nomas”, que relata la historia del Vasco de la Carretilla, don Guillermo Isidoro Larregui Ugarte, también denominado “El Quijote de una sola rueda”.

Recorrió más de 22.300 kilómetros a pie empujando una carretilla de 130 kg y al llegar a Iguazú construyó una casa en Cataratas y eligió finalizar su vida en estas tierras.

El segundo libro se llamó “Historia de Iguazú”, y en las páginas cuenta detalles de la historia de Iguazú, explayándose en los hitos más importantes del crecimiento de la ciudad que hoy es conocida mundialmente por albergar una de las siete maravillas naturales del mundo. Tiempo después recibió la propuesta de trabajar de forma institucional en el municipio y propuso el rescate de la historia y fue allí que se creó la dirección de Patrimonio Histórico Municipal.

“Yo pensé mucho antes de trabajar, porque no quería quitarle el trabajo a la directora de Cultura, entonces trabajé en el proyecto de rescatar la historia y así empezó un nuevo capítulo de la historia”.

El proyecto de la Dirección de Patrimonio Histórico y Cultural (DPHC) comenzó a diseñarse en el año 2017. Se conformó un equipo técnico integrado por profesionales del campo de la museología, la historia y con experiencia en la gestión pública, que formuló un proyecto y plan de trabajo de cinco años.

El objetivo era rescatar y preservar el patrimonio histórico y cultural material e inmaterial de Puerto Iguazú y la Región.

Tenía como objetivo generar un espacio para el diseño y desarrollar políticas de salvaguarda del patrimonio material e inmaterial de Puerto Iguazú y la región, promover la creación de un Museo de la Ciudad y un Archivo Histórico Municipal, promover la recuperación y registro de la memoria colectiva de la Comunidad de Iguazú.

Actualmente estos archivos están organizados y se han realizado muestras pictóricas y exposiciones de la historia local, abierta al público y al turismo.

“Muchos objetivos hemos alcanzado, recuperamos uno de los dos museos de Iguazú y aún estoy intentando recuperar el museo Luis Honorio Rolón y sus libros, sin embargo no consigo aún el permiso de los familiares directos (esposa e hija de Luis Honorio Rolón), que actualmente viven en Europa”, explicó.

Desde el inicio de la Dirección de Patrimonio histórico, el equipo comenzó a trabajar en un registro actualizado de pioneros, realizando entrevistas para guardar sus memorias en videos y luego transcribirlos, organizaron el archivo Municipal donde se nutrieron en un principio y hasta lo ampliaron en lo que a historia se refiere.

Además, en las visitas a los pioneros, trataron de reunir un acervo de elementos que fueron utilizados por los primeros pobladores, como una lámpara a kerosene y una máquina de coser, entre otros elementos que en un futuro estarían en un museo, que es uno de los objetivos de la dirección.

“La idea es que no solamente los jóvenes de nuestra ciudad conozcan cómo nació y cómo creció nuestra ciudad, sino que el turista que nos visita no solamente disfrute de las Cataratas sino que se lleve un poco de la cultura local”, recalcó Rolón.

 

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