Pinceladas de historia

Pablo Areguatí, primer comandante militar de Malvinas

domingo 20 de diciembre de 2020 | 6:04hs.

El 18 de diciembre de 1823, casi dos siglos atrás, Pablo Areguatí, un guaraní nacido en las Misiones y de importante trayectoria comercial y política en Mandisoví, era nombrado por el gobierno porteño como Comandante Militar de las Islas Malvinas, en momentos en que Buenos Aires buscaba reivindicar derechos soberanos en las islas. Era Pablo Areguatí un indio guaraní nacido en San Miguel, en las Misiones Orientales en la década de 1770, en el seno de una familia aristocrática de esa población. Su padre, don Pascual Areguatí oficiaba como Comandante Militar de ese otrora pueblo jesuítico al momento de su nacimiento. Como buen ejemplo del valor que le daban a la educación las familias guaraníes ilustres, don Pascual había mandado a sus dos hijos a estudiar al Real Convictorio de San Carlos, el establecimiento educacional de mayor jerarquía de Buenos Aires, fundado por el Virrey Vértiz. Seguramente se habrá cruzado allí muchas veces con futuros próceres como Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Manuel Dorrego, que habían pasado por esas aulas en esos tiempos.

Mandisoví había sido fundado por don Juan de San Martín, padre del Libertador , en 1777, cuando cumplía funciones de Teniente de Gobernador de Yapeyú. A principios del siglo XIX, mientras los antiguos pueblos jesuíticos se desmoronaban en irremediable decadencia poblacional y económica la Capilla y Estancia de Mandisoví había multiplicado varias veces su inicial dotación de una docena de familias. Se poblaban rápidamente sus ricas áreas ganaderas, pero era deficiente y lento el ordenamiento administrativo y la organización jurídico-policial de ese territorio en formación. Hacia 1806 varios comerciantes, españoles en su mayoría, se habían asentado en Mandisoví. Pero uno de los principales comerciantes tenía pura sangre guaraní y, recién llegado de Buenos Aires se había transformado en un líder indiscutido entre la mayoritaria población guaraní y mestiza del lugar. Nos referimos a Pablo Areguatí quien había contraído matrimonio con la hija de otro importante comerciante venido de Montevideo, don Fermín Tadeo Pasalagua.

El siglo XIX había introducido la economía dineraria en la región. La rápida desaparición del régimen de comunidad en las áreas misioneras, con su sistema de trueque en bienes y servicios, obligó a la introducción de la moneda como medio de cambio, aún entre los propios guaraníes. Y esto era una verdadera novedad, puesto que en Corrientes y Paraguay a principios del siglo aún se utilizaba la moneda del país, o moneda de la tierra, es decir, el lienzo de algodón medido en varas, como medio habitual de pago.

El incremento de la población y de sus actividades obligó a designar autoridades más estables y activas, radicadas en el propio pueblo. En 1808 se había nombrado un Juez Comisionado. Mandisoví se hallaba trazado y poblado con arreglo a todas las formalidades legales vigentes, lo que desestima la muy extendida versión de la historia tradicional que lo da a Belgrano como fundador de ese pueblo. Lo que hizo el prócer, en su Expedición al Paraguay en 1811 fue legalizar su existencia conforme a los nuevos tiempos revolucionarios. De regreso del Paraguay, el 9 de abril de ese año, Belgrano permaneció unos días en Mandisoví donde perfeccionó el ordenamiento institucional designando como Alcalde a don Pablo Areguatí. Esa función de Alcalde venía a llenar el vacío de Mandisoví que no poseía un mínimo sistema judicial, ya que el Juez Comisionado no era sino simple autoridad de Instrucción

A partir de abril de 1812 las dos autoridades del pueblo y su distrito habrían de simbolizar la nueva era que se iniciaba después de siglos de separación funcional y jurídica entre unos y otros. Por una parte, quedaba como Comandante Militar don Francisco González, español peninsular, activo productor y mercader de las campañas; por la otra, el Alcalde Pablo Areguatí, de autóctona raza americana, elevado al cargo por sus cualidades perfeccionadas con sus estudios en el máximo centro educacional capitalino.

En ocasión de la invasión y luego toma de Mandisoví por fuerzas luso brasileñas, el 17 de junio de 1812, Areguatí fue nombrado por aclamación de sus vecinos como Capitán de Milicias de Mandisoví. Rivalizando con él, se alzaría la figura del capitán de las milicias guaraníes de San Antonio del Salto Chico, hoy Concordia, don Domingo Manduré, líder en la introducción del artiguismo en la Mesopotamia.

A principios de 1813, roto el vínculo entre Artigas y Buenos Aires, el líder oriental ordena a Manduré que incite a los pueblos de la costa del Uruguay para abrazar su causa. Así, don Pablo Areguatí, que respondía a las autoridades porteñas fue desalojado de su Comandancia y Manduré puso sus parciales al frente de Mandisoví.

Con su familia, don Pablo primero se dirigió a Santa Fe y luego a Buenos Aires, en donde se radicó definitivamente insertándose en el mundo comercial porteño.

En 1823 el gobernador Martín Rodríguez, con el afán de fortalecer los derechos soberanos de Buenos Aires sobre las Islas Malvinas, le otorgó derechos de explotación sobre 30 leguas de esas islas a un tal Jorge Pacheco, comerciante porteño. Éste fue autorizado a criar ganado y cazar lobos marinos, pero a cambio debía reparar las instalaciones de Puerto Soledad, la población fundada por los españoles a fines del siglo XVIII. Pacheco se asoció para la empresa con Luis María Vernet. Antes de partir, anunciaron al gobernador de Buenos Aires, que como autoridad política y militar serían acompañados por el Capitán de Milicias don Pablo Areguatí, quien, según reza su decreto de nombramiento, “piensa formar de los mismos peones una Compañía de Cívicos con sus cabos y sargentos, para darle a esta operación toda la representación posible en obsequio de una propiedad de la Patria”. Figura en ese mismo documento que la función de Areguatí no sería arancelada.

Apenas seis meses estuvo Areguatí en el archipiélago austral. En agosto de 1824 regresó a Buenos Aires frustrado por las dificultades para emprender un desarrollo comercial en la zona y la crudeza del invierno.

¿Que opinión tenés sobre esta nota?