Pinceladas de historias

Los pueblos jesuíticos en territorio correntino

domingo 25 de junio de 2023 | 6:00hs.

Como consecuencia de la irrupción de las bandeiras esclavistas, los pueblos jesuíticos fundados en las serranías del Tape (hoy estado de Río Grande do Sul) migraron hacia la margen occidental del río Uruguay. En lo que es hoy la provincia de Corrientes se fundaron cuatro pueblos: Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé y San Carlos. De ellos, el primero en fundarse fue Yapeyú, a partir de la iniciativa misionera del Padre Roque González de Santa Cruz, quien además había propiciado la fundación de varios pueblos de guaraníes en la región. Por orden del Padre Provincial Mastrilli Durán, los trabajos para la edificación del pueblo de Yapeyú comenzaron el 4 de febrero de 1627. El Provincial había quedado impresionado por la ubicación estratégica del sitio, sobre todo por la rápida comunicación fluvial con el resto de las Misiones y con Buenos Aires por el río Uruguay. El desmonte para la erección del poblado lo realizaban habitualmente los propios indígenas con hachas de piedra, lo que les demandaba un enorme esfuerzo. En este caso, el P. Mastrilli Durán les envió hachas de hierro. Tan eficaz fue la utilización de esta tecnología que en el mismo mes de febrero ya se habían edificado las casas para los padres y la Iglesia.

Cronológicamente, a la fundación de Yapeyú le siguió la del pueblo de La Cruz en 1629, como resultado de la acción misional del P. Pedro Romero. Este pueblo tuvo varias localizaciones. Fue fundado con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción del Acaraguá, Uruguay arriba. Como en sus cercanías se libró la decisiva batalla de Mbororé contra los bandeirantes, después de este hecho tomó el nombre de Nuestra Señora de Mbororé y finalmente fue trasladada hacia el sur, donde al principio sus habitantes convivieron con los de Yapeyú y luego fue refundada pocos kilómetros al norte, sobre el río Uruguay con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de la Cruz.

La radicación en la actual provincia de Corrientes del pueblo de San Carlos también fue resultado de la amenaza bandeirante. Fue fundado por el P. Pedro Mola en 1631, en el paraje de Caapí, sobre el río Uruguay. Su nombre está dedicado a San Carlos Borromeo. En los primeros tiempos se lo conoció por su topónimo, San Carlos del Caapí. Dadas las condiciones climáticas de su ubicación inicial, con fuertes vientos, en 1637 se decidió su traslado hacia donde hoy se ubica el pueblo, sobre las nacientes del río Aguapey.

Finalmente, el último pueblo en trasladarse a Corrientes fue Santo Tomé Apóstol, fundado en 1632 por los Padres Luis Ernot y Manuel Bertod, cerca del río Ibicuy. Fundado en un lugar estratégico, elevado, desde donde se dominaba una amplia extensión, tenía la mayor población de la región, con 1.200 familias en 1632. Los indios lo llamaban Tape, que quiere decir ciudad y por la grandeza de este pueblo, toda la provincia tomó esa denominación, conocida como Provincia del Tape. Al igual que las otras localizaciones, el riesgo de las bandeiras paulistas obligó a su éxodo hacia el otro lado del río Uruguay, en territorio actualmente correntino. Inicialmente sus pobladores se refugiaron, al igual que los cruceños, en Yapeyú y desde allí emprendieron camino hacia el sitio donde hoy se halla sobre la costa del Uruguay.

Como consecuencia de los permanentes traslados, hasta encontrar una ubicación definitiva, en los primeros tiempos las viviendas y las iglesias eran aún provisorias, de madera, paja y barro, pero a medida que se fueron consolidando en sus lugares, se fueron introduciendo materiales cocidos y piedras, más durables y seguras.

La primera Iglesia de Yapeyú fue reemplazada por otra de mayor capacidad con columnas y tirantes de madera. Fue inaugurada a inicios de la década de 1640. Ya entonces el pueblo contaba con 400 casas.

La utilización de la teja para los techos de viviendas y aún de Iglesias aparentemente se hizo esperar hasta los primeros años del siglo XVIII, época en que también se construyeron los edificios de gran porte, construidos con piedras y ladrillos.

Una actividad en la que se destacaron los pueblos del Uruguay fue la de la ganadería. Ella les proporcionaba alimentos, cueros y animales para el transporte. En las cercanías de Yapeyú también se criaban ovejas en la estancia de San Andrés, la primera de esa región. Un informe de aquellos tiempos infiere que “los indios se visten con ropa de lana de sus ovejas… y sus ponchos son de buen corte, tejido tupido y adornado con dibujos artísticos y variados”.

En San Carlos se destacaba la producción algodonera con la que de sus hilados se tejía ropa para los indios.

Durante la segunda mitad del siglo XVII la población general de estos pueblos aumentó considerablemente. En 1700, en Yapeyú había 2150 habitantes, en La Cruz, 4140, en San Carlos 3891 y en Santo Tomé, 5212, lo que hacía un total de 15.393 pobladores para las cuatro localidades. Ello a pesar de las graves calamidades que sufrieron estos poblados en diferentes momentos. En Santo Tomé, por ejemplo, en 1661 una grave epidemia de sarampión produjo la muerte de centenares de niños. Lo mismo en La Cruz, donde la viruela, entre 1637 y 1639 “…arrebató en poco tiempo la tercera parte de sus moradores”.

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