“La frase ‘yo puedo’ es poderosa”

Su propia historia fue el puntapié inicial para ayudar a personas que sufren obesidad y sobrepeso. Marcelo Franco, coach del Costa Gym, fue hacedor de su propio cambio y hoy columna vertebral del camino saludable que llevan adelante sus alumnos.
“Cuando tenía 20 años tuve una patología con la obesidad y llegué a pesar 120 kilos; entonces para mí luchar con eso, salir adelante y estar hoy en día en un peso normal, fue muy sacrificado. De ahí viene que cuando alguien empieza a cambiar su estilo de vida, las emociones que siento son muy fuertes… me alegro cuando mejoran y quiero llorar con ellos cuando recaen. Estoy muy vinculado y empatizo con ellos”, explica el entrenador al que hoy los 78 kilos que marca la báscula, más el porcentaje de grasa bajo, son sinónimo de bienestar. Por eso quiere ayudar a las personas a conquistar metas que para algunos son básicas como levantarse de una silla, y a otros a motivarse y hasta llegar a correr ultramaratones.
“Recibimos a las personas con la autoestima muy baja, vienen ya con una idea preconcebida de la excusa y la negatividad, que van relacionadan con la obesidad. Entonces, lo primero que hacemos con ellos es explicarles que acá no hay lugar para el ‘no puedo’ y sí para frase “yo puedo y lo voy a hacer’, que es poderosa”.

La comida y las emociones
Para el coach siempre los kilos de más tienen un trasfondo. “Hablamos con ellos para saber qué los llevó al sobrepeso, en qué momento y cuál fue la situación que no pudieron resolver; y al identificar eso, vamos trabajando la autoestima de la persona. Es hacer un corte de lo que venían haciendo, no sólo con la comida, sino con las personas y situaciones que le provocan obesidad”.
Luego, agregó que “una emoción buena o mala está vinculada con el peso. Un cumpleaños u otro festejo siempre tiene comida desbordante y mismo cuando hay una situación negativa, como mesa de examen o ansiedad; ahí ya queremos comer. Uno confunde sensaciones y el cerebro lo primero que hace es liberar el hambre; si la porción de comida ya la comiste, resolvé qué te está pasando”.
Actualmente, Marcelo se encuentra en pleno proceso de ayuda de Manuel Báez y Alejandra Bogado, una pareja que le está dando batalla a la obesidad.
“Manu vino con 140 kilos y Ale con 104; él ya bajó 20 y ella 14. Con ellos tengo un ida y vuelta completamente y no tengo problemas en irme a caminar con ellos los fines de semana, porque sé en qué situaciones están ahora y es un momento muy susceptible de volver a recuperar el peso que tenían”, empatizó.
Es que para Marcelo es un desafío importante y clave para el futuro de dos personas jóvenes.
“Cuando Manu llegó estaba con obesidad mórbida y ahora tiene obesidad de 2 grado, es un logro. Le están pasando cosas muy fuertes y otras que para el común de la gente es básico como levantarse de una silla y ahora hasta pueden trotar. Despues vendrá otra parte que es el reconocimiento del cuerpo nuevo y cuestiones psicológicas”, añadió.
Y hasta contó una anécdota que lo pinta como persona comprometida con la salud. “A veces hasta hago actos de locura y pasa alguien con sobrepeso por la vereda y yo lo invito a que venga, le digo que no le voy a cobrar nada, pero que se comprometa; y bueno, algunos lo hicieron, pero es muy difícil”.
Para finalizar reflexionó sobre lo que siente al ayudar a otros: “Si puedo poner mi granito de arena para que una persona más baje de peso, ya me quedo contento. La satisfacción de ayudar con mis conocimientos y mi propia experiencia a alguien es más importante que el dinero o me vaya de vacaciones”.