Fuerza de voluntad

domingo 27 de octubre de 2019 | 6:00hs.
Sebastián tiene 25 kilos menos, hoy corre ultramaratones y se anima a ir por más.
Sebastián tiene 25 kilos menos, hoy corre ultramaratones y se anima a ir por más.
Roxana Ramrez

Por Roxana Ramírezdeportes@elterritorio.com.ar

Al entrar al box de crossfit del Costa Gym todos en algún punto dieron el primer paso en busca de ayuda para mejorar su calidad de vida y lo consiguieron con esfuerzo y sobre todo acompañamiento, un punto clave para seguir motivados día a día.
“Cuando veo mis fotos, digo ‘no quiero volver a estar así”, señaló Sebastián Leiva (38) quien lleva bajados 25 kilos, hoy tiene en su haber tres participaciones en la Ultra Maratón Yaboty y el próximo mes encarará un nuevo desafío en una competencia de crossfit, algo impensado para él en 2017 en el que “apenas corría 300 metros y me cansaba”.
Así como él, Gustavo Vento (25) y Marcelo Metzger (52), 25 y 26 kilos menos, respectivamente, lograron paso a paso amigar su vínculo con la comida, apasionarse por la actividad y ser ejemplos de que con voluntad y en “familia”- como ellos llaman a esta comunidad en crossfit-, se puede primero cambiar lo que refleja el espejo, pero lo más importante ganar habilidades y confianza que decantan en objetivos deportivos.
La clásica excusa con los años es decir “yo eso no voy a poder hacer” y Marcelo a sus 52 años logró en 9 meses adquirir un estado físico impactante, claramente con cambios que al comienzo fueron difíciles, pero con recompensas enormes.
“Mi trabajo es de oficina y estaba muy sedentario, me sentía muy pesado; y justamente tengo unas compañeras de trabajo que vienen acá y ellas me incentivaron a venir. Y comencé sin ganas, pensando que no me iba a salir nada de los ejercicios, pero acá hay un grupo de gente muy lindo y te incentivan a confiar en vos y día a día me fui enganchando”, explicó este padre de familia que se animó a romper ese vínculo excesivo con la comida y hoy ya tiene en su haber una medalla de su primera competencia de 15 kilómetros en Yaboty.
“Y seguimos por más, ahora ya estamos anotados para 1 de diciembre a correr una prueba en Ituzaingó y ya hay otras más para el año que viene. Nunca me imaginé compitiendo y menos corriendo porque hice otras cosas cuando era más joven, pero nunca corrí y es la primera vez en mi vida que corro”, señaló contento.
Sobre lo que recuerda de aquel primer día y esta realidad totalmente distinta en la que se encuentra, rememora que “ése primer día me dolió todo (risas) y después me fui enganchando, tuve que cambiar la alimentación, comer más sano, incorporar frutas y suspender gaseosas y pan. En definitiva, en mi vida todo cambió… físicamente y anímicamente, ahora tengo ganas y fuerza para encarar nuevos proyectos, es volver a vivir”.
Por su parte, Sebastián y Gustavo comenzaron prácticamente en la misma fecha hace tres años y sin darse cuenta la rutina cambió en un aspecto positivo. “Antes no podía juntarme sin que hubiera comida y cerveza de por medio, no me daba cuenta, pero era así. Hoy puedo juntarme, salir a correr y comer un asado, pero no hace falta tomar y comer hasta el hartazgo”, explicó Sebastián.

Invertir en salud
En tanto, Gustavo recuerda que todo “mi sueldo lo gastaba en salir y tomar alcohol”, y hoy sus fines de semana son más activos y saludables “es un antes y un después, es tener otra conducta”, se sinceró. Y vaya si es otra conducta, ya que compite en la categoría ‘advance’ en crossfit, corre pruebas de aventura y “hasta me dan la llave del gimnasio para entrenar a las 4, antes de ir a trabajar, y después vuelvo al gimnasio a la siesta”, explicó.
“Anteriormente a eso no hacía nada, vivía saliendo los fines de semana, fumaba mucho y no tenía casi metas; era una rutina constante. El primer día que vine no sabía de qué se trataba, no era el gimnasio convencional, no había maquinas dije ‘voy a probar un mes’ y no paré más”, agregó Gustavo.
Sobre los cambios que le generó la actividad física explicó que “me vi de otra manera y esa imagen me empezó a gustar y partir de eso cambié mentalmente también, fue superarme y querer algo más que cambios físicos, algo más personal. Antes era muy tímido y me cambió la autoestima y también las relaciones con las otras personas”.
“La clave está en Marcelo (Franco), nuestro coach, él está muy pendiente y te motiva, sino es muy difícil mantenerse y solamente el que pasa por esto se puede dar cuenta. Cuando veo mis fotos, digo ‘no quiero volver a estar así, tan pasado de peso, y no por algo estético, por algo interno y de salud”, afirmó Sebastián, que junto a su esposa María, ya corrieron 65 kilómetros en Yaboty.
También resaltó que no hay que ‘criminalizar’ a la obesidad, que es una enfermedad de la que cuesta muchísimo esfuerzo sanar. “Hay que decir que es difícil, aquel que no adelgaza no es porque no quiere, hay que ver cómo viven… porque hoy en día es difícil para muchos comer sano por la situación económica y las harinas generan adicción, pero hay que intentarlo. Hoy en el hospital hay planes gratuitos y hay que invertir en un gimnasio o salir a caminar; en definitiva, es no invertir en medicamentos y si en salud. Además, te quita años de encima”.
Asimismo, Lorena Ibarra (38) bajó 12 kilos y para ella el ‘click’ se dio en que “nuestras emociones están muy vinculadas a la comida, acá te hacen cambiar el chip de eso, de tu relación con lo que comés. A veces te pasa algo y querés comer algo específico y eso no es hambre. Ahora aprendí a elegir los alimentos desde otro lugar, es comer con un fin, ‘si cómo tal cosa voy a tener más fuerza para entrenar’”.
Para Lorena, que además es instructora de taekwondo, la actividad física “te resetea la cabeza, hay un efecto dominó y si no estás convencida te terminás de convencer porque los cambios son notorios, tanto físicos, como de habilidades que no sabías que tenías”.