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Villa Cabello, vecinos entre el cuidado y el temor al DEN-4

domingo 12 de mayo de 2019 | 15:15hs.
Villa Cabello, vecinos entre el cuidado y el temor al DEN-4
Villa Cabello, vecinos entre el cuidado y el temor al DEN-4
Esteban Bueseck

Por Esteban Bueseck interior@elterritorio.com.ar

En Villa Cabello casi no hay vecino que no diga “yo tuve dengue en 2016”.  
“En mi cuadra todos caímos. Volé de fiebre, me dejó por el suelo, la pasé feo. Mi hija también tuvo y de ahí quedé con miedo. Siento que nunca terminé de recuperarme, no volví a tener fuerzas. Por eso ahora me fijo que esté todo limpio, le pongo repelente a toda la casa, limpio  con citronella”. El relato de doña Máxima Vergara, de la chacra 153, se repite con quien uno hable.
Y el temor aumenta al saber los vecinos que en esa zona de la ciudad se detectó esta semana el primer caso importado de dengue del serotipo DEN-4. ¿Por qué? Porque de volver a enfermarse con otro serotipo de la enfermedad, el paciente podría terminar con un cuadro grave que conduzca a hemorragias e incluso la muerte.
Ese 2016 Salud Pública notificó 13.700 casos de dengue del serotipo DEN-1 en Misiones. La mayoría en Posadas e Iguazú, por eso se instaló el miedo en los vecinos del populoso barrio del oeste posadeño, que ya tuvieron la enfermedad y ahora ruegan no volver a enfermarse con este serogrupo que causa estragos en Paraguay y en la provincia ya se confirmaron ocho casos, todos importados.
En ese contexto, El Territorio recorrió el amplio conglomerado de casas y departamentos para hablar con los vecinos. Las opiniones son dispares, hay quienes piden más presencia de los organismos del Estado para luchar contra el mosquito Aedes aegypti y los potenciales criaderos de larvas y otros que reconocen una falta de compromiso vecinal para mantener limpios los patios y veredas.
“A mi casa siempre vienen los de la municipalidad por el Liraa (Levantamiento de Índices Rápido de Aedes aegypti) y revisan y controlan el patio”, dice don Carlos Villalba sentado en la vereda de su vivienda en la chacra 152. Y comenta que tiene unas botellas que con las lluvias juntaron agua y las va a descartar, para que no críen larvas. “Pero está bravo el tema”, agrega.
Cerca de la Costanera Oeste, Sandro Pacheco señala que está anoticiado del caso de DEN-4 y se preocupa por tener siempre “desinfectantes y flit para limpiar la casa. Pero ahora que hay humedad se ven muchos mosquitos”.

Entre vecinos
Escoba en mano, Nilda Valdez aprovechó ayer el cese de las precipitaciones y salió a limpiar la vereda y eliminar la hojarasca acumulada. “Acá la mayoría de los vecinos colabora con la limpieza, pero este año no hubo fumigación como otros años, por eso nos cuidamos con repelentes, porque se ven mosquitos y con la lluvia empeora todo”.
Molesta por la falta de mantenimiento de los espacios verdes, Florentina Ríos advierte: “Acá nadie viene. Hay monte por todos lados, yo no dejo nada que junte agua en el patio de casa ni suciedad, pero acá cerquita hay un monte y los vecinos tampoco ayudan mucho”.
Y sigue: “Mi miedo es porque mi marido y mi hijo tuvieron dengue, estuvieron mal, no podían ni levantarse y con lo que está pasando ahora uno se asusta”.
La fuerte epidemia de hace tres años atrás generó una alfombra de casos de dengue DEN-1 en toda Posadas. Por eso, para las autoridades sanitarias es solo cuestión de tiempo para que un caso grave aparezca en la ciudad. Insisten en no ir al Paraguay si no es necesario. Frente a Posadas, el departamento de Itapúa ya tiene 248 casos informados, la mayoría en barrios de Encarnación. Hay otros 1.500 en el Alto Paraná paraguayo, en la zona límite con el Norte misionero. En total, el vecino país suma 3.493 infectados en lo que va del año.
“Todavía tenemos unas cuantas semanas para que sigan apareciendo nuevos casos”, afirmó Jorge Gutiérrez, jefe de Vigilancia Epidemiológica de Salud Pública provincial, en referencia a que los cuadros seguirán hasta la llegada de los frentes polares, en junio. Allí, generalmente, la población de mosquitos adultos muere cuando arriban las temperaturas de un dígito y sólo quedan los huevos en los recipientes esperando nuevos calores para eclosionar, por eso la época invernal será clave para tirar todo tipo de recipientes o cacharros que junten agua. Es que la fumigación mata sólo al mosquito adulto y quedan los huevos y las larvas, por eso el compromiso de toda la sociedad es clave.
Mientras tanto, la recomendación es que la gente use ropa de manga larga, repelentes y no conserve ningún tipo de elemento que pueda servir de criadero.