Trillizos misioneros que nacieron por fecundación in vitro ya tienen 25 años

miércoles 30 de octubre de 2019 | 7:00hs.
Trillizos misioneros que nacieron por fecundación in vitro ya tienen 25 años
Trillizos misioneros que nacieron por fecundación in vitro ya tienen 25 años
María Elena Hipólito

Por María Elena Hipólito sociedad@elterritorio.com.ar

“No les dejes tener hambre para que no te lloren todos juntos”, fue uno de los consejos maternos más sabios que recibió Alejandra Yurkevich cuando 25 años atrás se convertía en madre de trillizos, los primeros bebés misioneros nacidos por fertilización in vitro.
Alejandra y Ernesto Rolón buscaron durante diez años ser padres, pero ni el método natural ni un gran número de tratamientos de fertilidad asistida les dieron resultados. Fue así que, cuando todas las demás opciones fallaron, la fertilización in vitro se presentaba como la única opción, la última. Se trata de una técnica por la cual la fecundación de los ovocitos (una célula germinal femenina que está en proceso de convertirse en un óvulo maduro) por los espermatozoides se realiza fuera del cuerpo de la madre; es el principal tratamiento para la esterilidad cuando otros procedimientos de reproducción asistida no han tenido éxito.
Estos tratamientos de fecundación están amparados por la Ley Nacional 26.862 aprobada en junio de 2013 que garantiza su gratuidad en el sector público y obliga a las obras sociales y prepagas a cubrirlos en los centros de salud privados. No obstante, en aquel tiempo, esta opción era costosa y, por ende, no accesible para todos.
Los trillizos fueron los primeros hijos de Alejandra y su marido, y ante los pronósticos desfavorables que decían que era imposible que pueda concebir nuevamente, el milagro sucedió y Alejandra quedó embarazada en tres ocasiones más. Hoy su numerosa familia está compuesta por seis hijos.

Los esperados
María Belén, Nicolás Emanuel y Juan Pablo Rolón nacieron el 19 de agosto de 1994 y actualmente tienen 25 años. Los dos varones estudian Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Misiones y trabajan en el estudio contable de sus padres. La joven, por su parte, vive en Córdoba y se graduó recientemente de la carrera de Comunicación Social.
“Para nosotros es súper natural porque siempre supimos la historia, pero también siempre hay gente alrededor que nos lo recuerda en algún evento familiar. Creo que llama más la atención que seamos trillizos que lo otro”, contó Belén a El Territorio sentada en el medio de sus hermanos, horas antes de que salga su avión hacia la capital cordobesa.
‘Los Trilli’, como los apodaron en el ámbito familiar, se reconocen con personalidades muy distintas y sostienen que es allí donde reside su complemento. Siempre fueron a la escuela juntos y hacían todo codo a codo; fue recién en la etapa universitaria en la que Belén decidió seguir otro camino.  
“Juan Pablo es muy inteligente, pero el más introvertido de todos. Nicolás al revés, va por la calle y saluda a todo el mundo y es muy constante”, describió Belén, a lo que Juan Pablo añadió, entre risas, sobre ella: “Es de decir lo que piensa y charlarlo todo y de mandar, sobre todo”.

No bajar los brazos
“Esto es de a dos porque hay que luchar juntos y es muy importante el apoyo. En esos diez años, cada vez que fracasaba el tratamiento veíamos la cuestión como algo lejano y decíamos ‘ya está’. Es mucho de hablarlo en pareja y proponernos no bajar los brazos, tratar de seguir”, contó Alejandra sobre aquellos años en que la desazón pesaba.
Hasta le había dicho al médico Juan Carlos Hobecker, especialista en fertilidad y el encargado de atenderlos en Posadas, que se tomaría un descanso para considerar si seguía intentando.
Cuando se llegó a un límite de lo que se podía hacer en Posadas, derivaron a la pareja a una clínica en Buenos Aires. Allí se detectó que Alejandra tenía unos quistes en el endometrio y una vez operada, se comenzó con el tratamiento in vitro, teniendo en cuenta que las otras formas no habían dado resultado.
“Hicimos tres in vitro hasta que pude quedar embarazada. Los dos anteriores, con todo el proceso previo que significa hacerlo, no dieron resultado”, señaló y agregó: “El último que lo hicimos en Corrientes donde fuimos acompañados por el doctor Hobecker, fue el que prendió y dio resultados. Sabíamos que iba a ser múltiple porque me habían colocado seis embriones, de todos modos había mucha expectativa porque veníamos de un montón de fracasos”.
La llegada de los Trilli a la familia fue toda una revolución porque eran muy esperados. Lo que sucedió cuatro años después fue prácticamente un milagro, porque fue una concepción de manera natural y sin complicaciones. Así nació Carlos Javier (20), el cuarto del clan, al que le siguieron Lucía Natacha (19) y José Antonio (17).
“Cuando quedé embarazada del cuarto, ellos ya tenían cuatro años, nos dijeron que fue algo extraordinario. En los otros casos hasta los doctores médicamente no entendían”, rememoró la mujer.
En esa misma línea, confesó: “Nosotros somos muy creyentes y creo que después de haber pedido tanto por los primeros hijos fuimos bendecidos con tres más, cuando en un 98% nos habían dicho que era imposible que quedara embarazada”.
Belén es la más charlatana de los tres, toma la palabra y no duda en dar su parecer, tal y como la habían descrito sus hermanos.
“Ahora que se habla tanto de la maternidad deseada, me parece que es muy importante hablar de todo esto y sobre todo hacer hincapié en las leyes, en que las oportunidades sean iguales para todos. Creo que es una lucha que maneja muchas frustraciones y sumarle una frustración económica se vuelve complicado. Por eso es importante que se hable, que si realmente es el deseo de alguien que vaya por ello”, cerró la flamante comunicadora social. 

Tratamientos en el Hospital Madariaga

En el Hospital Escuela Doctor Ramón Madariaga, de Posadas, funcionan de lunes a viernes los consultorios médicos para acceder a los tratamientos de fertilidad de forma gratuita como lo establece la ley nacional 26.862. Ésta fue sancionada el 5 de junio de 2013 y buscó garantizar el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico asistenciales de reproducción asistida. Desde entonces, obras sociales y prepagas comenzaron cubrir esos tratamientos de alto costo, que antes sólo eran accesibles para quienes pudieran pagarlos o consiguieran un amparo judicial. La iniciativa estuvo impulsada por la organización no gubernamental Sumate a Dar Vida, que reunió 280.500 firmas para reclamar su tratamiento, y por la ONG Concebir.