San Pedro: Jóvenes compartieron actividades solidarias en Irrazabal

Durante la semana última, el barrio Irrazabal de San Pedro fue lugar de encuentro para un grupo de jóvenes que llevaron delante de forma voluntaria varias actividades destinadas a los niños de uno de los sectores más carenciados de la capital de la Araucaria y mejoraron el aspecto de espacios verdes del lugar, a modo de enseñar a la comunidad la importancia de dedicar tiempo para los demás inculcando la solidaridad.
 
Se trata del proyecto Caleb que es un programa realizado por el Departamento de jóvenes de la Iglesia Adventista del 7° día. El nombre del proyecto proviene de un joven hebreo que demostró su fe y valentía en un momento muy importante para el pueblo de Israel por lo que es el ejemplo que siguen quienes lo llevan adelante donde tienen como objetivos, capacitar sobre principios morales y cristianos en la comunidad, fortalecer la vida espiritual de mediante un escuelita de verano dónde  enseñan, a través de actividades prácticas la importancia del cuidado del cuerpo, la  limpieza y mantenimiento del boulevard del barrio y un merendero. Además tienen como meta gestar un grupo de Conquistadores en el mencionado barrio.
 
Mediante la creatividad dividieron al grupo en dos franjas etarias, de 6 a 9 y de 10 a 15, lograron captar la atención de varios niños y niñas que durante 5 días tuvieron la posibilidad de aprender aspectos relacionados a la salud, alimentación saludable y revalorización de valores. “Así como Caleb en su juventud demostró  no sólo en palabra sino en  acciones concretas su fe,  nosotros lo hacemos por medio de acciones voluntarias, por la mañana hicimos actividades comunitarias donde limpiamos, pintamos y plantamos nuevas especies nativas en el boulevard del barrio y por la tarde colonia cristiana de vacaciones donde cerramos con una merienda”, indicaron los jóvenes a El Territorio.
 
Para los integrantes del grupo, tener la posibilidad de realizar este tipo de actividades y generar una semilla de amor por el prójimo les aporta en varios sentidos tanto en lo que respecta a lo espiritual como así también en crecimiento profesional. Para llevar adelante las actividades y reunir los elementos necesarios contaron con el aporte económico de la Iglesia Adventista del 7° día, la intendencia, el centro vecinal y la colaboración por parte de los jóvenes.