Primas murieron calcinadas al quedar atrapadas en el incendio de una casa

Un par de cuadernos escolares semiquemados junto a varios juguetes derretidos y ropas con diseños infantiles quedaron desparramados como vestigios de la tragedia que ayer a la mañana enlutó a una humilde familia y que en paralelo sumió en angustia a muchos vecinos del barrio Villa Cabello de Posadas.
Las primas Luzmila Ayelén Cáceres, de 7 años, y Tatiana Abigail Maciel, de 10, murieron calcinadas al quedar atrapadas en la casa de madera con techo de zinc que se incendió por completo minutos después de las 6 de ayer, cuando aún dormían.
Está ubicada en un asentamiento sobre la calle 151 y 74 de la chacra 146, a pocos metros de la avenida Costanera. Se supo que la niña más grande había ido a pasar el fin de semana en lo de sus tíos, Paola Johana Cáceres (29) y Ángel Jorge Ponce (32), quienes a la hora del siniestro no estaban puesto que habrían salido con destino a la localidad de Jardín América.
Por eso encargaron el cuidado de todos a su hija de 13 años, Selene, quien pudo salir a tiempo junto a sus hermanos Renzo (11) y Thiago (8). Los tres están fuera de peligro y fueron los encargados de alertar a los vecinos que buscaron rescatar a las nenas, pero fue imposible por el avance del fuego.
El titular del Juzgado de Instrucción Dos, César Yaya, ordenó la realización de autopsias para conocer la causa de muerte. También la intervención de reparticiones policiales y civiles que asistirán a las familias. 

Cortocircuito y muerte
Un cortocircuito en la rústica conexión eléctrica generó el chispazo que en minutos cubrió de fuego el inmueble de aproximadamente 40 metros cuadrados, según lo determinado preliminarmente por peritos de la Comisaría Séptima que intervinieron el área después de los Bomberos.
Los cuerpos calcinados estaban sobre lo que quedó de una de las camas y los vecinos aseguran que la niña más chica murió tratando de despertar a su prima, que no hacía caso a los gritos.
“Fue cuestión de minutos. Se escucharon los gritos desgarradores, salimos con mi marido pero el fuego había agarrado completamente la puerta y la ventana, que eran las únicas formas de entrar o salir. Muchos empezamos a tirar agua, otros trataban de romper la pared del costado pero nos hizo imposible cualquier intento”, contó Ana Esquivel, una de las vecinas que posteriormente se ocupó de contener a los tres sobrevivientes hasta la llegada de sus padres.
La testigo, al igual que otros, aseguró que la disposición de los espacios en la pequeña casa terminó siendo una trampa para las niñas porque la única puerta estaba en la parte frontal, donde se inició el fuego. La cama matrimonial estaba en ese punto exacto y más adentro, separada por un ropero, las cuchetas en las que  dormían los chicos. Las primas fallecidas dormían juntas.
“El fuego empezó en la puerta, agarró el colchón de la cama de los padres e inmediatamente pasó a la ventana, lo que anuló la única forma de escape”, detalló Ana. En ese contexto, recordó que “al ver ese panorama, otros vecinos se sumaron buscando la manera de aplacar el fuego, que avanzó rápido hasta el resto de la casa. Los chicos que pudieron salir sufrieron quemaduras pero las dos nenas murieron de una forma horrible”.
De acuerdo a su relato, los sobrevivientes narraron que lo último que vieron fue a Luzmila tratando de despertar a Tatiana. “Contaron que estaba por salir con ellos pero como la prima no se podía despertar, volvió unos pasos y empezó a sacudirla. Trató de salvarla pero no pudo. Los cuerpos estaban sobre lo que quedó de la cama. Pobrecita. Son dos angelitos más en el cielo”, aseveró con lágrimas en los ojos.    

Esfuerzo insuficiente
Rodrigo Olmedo también fue parte del frustrado intento de rescate. Recordó que dormía junto a su pareja, Teodocia Villalba, cuando los gritos lo despertaron. “El fuego había tomado todo el techo, la parte del frente y avanzaba hacia atrás. Con la manguera trataba de apagar porque sabía que las nenas dormían en ese sector y los hermanitos suplicaban que hagamos algo. Es desesperante ver que todo el esfuerzo no fue suficiente y el dolor en este momento es terrible”, manifestó el hombre mientras la mujer asentía con la mirada clavada en el suelo.
El fuego dañó parte del depósito de herramientas de su propiedad, pero aseguró que “es lo de menos, algo insignificante ante la irreparable pérdida de esos padres. El dolor por no haber podido hacer más es enorme y aunque teníamos poco diálogo, queremos que sepan que estamos dispuestos a colaborar en lo que sea para que puedan superar esta tragedia”.