Con la ayuda de un emprendedor
Buscan activar el turismo en la comunidad mbya de Perutí
Integrantes de la comunidad mbya guaraní de Perutí buscan reactivar el proyecto de turismo cultural que persiguen, dando a conocer su cultura, música, comidas típicas, su forma de vivir y su relación con la naturaleza.
La comunidad, ubicada en el municipio de Caraguatay cercano al arroyo Paranay, tiene más de 200 familias viviendo en una zona donde cuentan con casi todos los servicios. Otras cinco familias se suman a pocos metros del puente que divide a El Alcázar de Caraguatay.
Ya en 2022 hubo intenciones de comenzar a trabajar con el turismo, con la idea que puedan ingresar visitantes a la comunidad para conocer sus vivencias y también los integrantes de la comunidad pretendían poner algunos puestos de artesanías en el ingreso. Sin embargo el proyecto no prosperó.
Ahora, mediante el contacto con un emprendedor hotelero privado de Montecarlo, avanza la idea de reactivar el proyecto sumando paseos en kayak por el Paranay y el río Paraná y vivencias con los integrantes de la comunidad.
En esa línea, Cristian Cabrera, cacique de la comunidad relató: “Había quedado en el camino la idea de apostar al turismo porque la comunidad se dividió y ahora nos juntamos y estamos listos para empezar de nuevo”. “Además esto puede ser una ayuda económica más para nuestra gente en estos tiempos difíciles”, agregó.
Las familias prepararon un acceso con carteles hecho por ellos a escasos metros del puente Paranay, camino a Puerto Iguazú, allí el recorrido comienza con la vista a un pequeño vivero de orquídeas, bromelias y plantas nativas. Metros más adelante se puede observar una fogata hecha con leña seca, ideal para cocinar torta frita.
Siguiendo el recorrido construyeron un tótem que simboliza al indio y donde los visitantes pueden conocer algo de historia de la comunidad. Un trillo se adentro al monte con espacios de descanso y reflexión en bancos improvisados de madera junto a dos réplicas de las antiguas casas de los mbya hechas con piedras, barro, tacuara y otros elementos naturales.
En ese contexto preparan jugo de lindó en un mortero y el coro de niños ofrece su canto. De ahí hay dos circuitos, un recorrido largo por la selva hasta llegar a los árboles gigantes o un recorrido corto que llega hasta las orillas del Paranay con una vista increíble.
“Dependiendo el recorrido que la gente elija puede durar entre una hora o dos el circuito, nosotros queremos que se conozca nuestra cultura, queremos compartir nuestra música, religión y forma de vivir. En un futuro quizás podamos ofrecer que la gente acampe o se pueda quedar en una choza” manifestó el cacique.
Por otra parte dijo: “Para nosotros es importante poder tener esta oportunidad para el turismo y para eso es necesario hacer trabajo conjunto porque solos es muy difícil, pero con el apoyo de un privado por ahí tenemos más salida y le sumamos el paseo por el arroyo, pescar y disfrutar de la naturaleza. Podemos ofrecer nuestra gastronomía típica, vender nuestras artesanías y eso va a ser una ayuda económica también”.
El objetivo es poder trabajar durante todo el año y ofrecer una alternativa distinta en la zona para los amantes de la naturaleza y los que quieran disfrutar del verde que aún tiene la provincia.