Ricardo Hohenstatt (81) fue ultimado a golpes y de un disparo hace dos meses en Paraje Isla

Crimen en Montecarlo: Estudios de ADN y testimoniales podrían definir la situación procesal de los implicados

La pesquisa por el asesinato del agricultor tiene tres detenidos hasta el momento. La figura del ensañamiento podría sumarse como agravante a la calificación legal teniendo en cuenta las severas lesiones con las que fue encontrada la víctima.
lunes 26 de febrero de 2024 | 18:21hs.
Crimen en Montecarlo: Estudios de ADN y testimoniales podrían definir la situación procesal de los implicados
Crimen en Montecarlo: Estudios de ADN y testimoniales podrían definir la situación procesal de los implicados

Luego de que la autopsia descartara la hipótesis de un supuesto suicidio y diera los primeros elementos de prueba para implicar a tres sospechosos en el caso, la investigación por el asesinato de Ricardo Gustavo Hohenstatt (81), el dueño de un campo en la zona rural de Montecarlo que murió de un disparo en la cabeza dentro de su propiedad el pasado 29 de diciembre, aguarda una serie de medidas probatorias para definir la responsabilidad penal de los implicados que tiene hasta ahora el expediente.

Carlos C.D.S (62), cuidador de un terreno de la víctima, junto a Juan Carlos R. (25) y Mario R. (50), estos dos últimos padre e hijo y quienes trabajaban como peones para Hotenstatt, son por estas horas los detenidos en el caso. Los tres ya prestaron declaración indagatoria ante el juez Manuel Balanda Gómez, titular del Juzgado de Instrucción Uno de Puerto Rico y se espera que en las próximas semanas se resuelva la situación procesal de los tres. Es decir, la prisión preventiva o la falta de mérito.

Pero para que esto se cristalice aun resta que se reciban en sede judicial los estudios de ADN que se hicieron en la pesquisa y que entre otros aspectos busca determinar quiénes intervinieron en el disparo y en el brutal ataque con el mango de un hacha que sufrió la víctima. Otro punto importante para el caso representa el aporte testimonial de varios vecinos que intervinieron posterior al crimen. Entre ellos se destaca un cacique de una aldea mbya guaraní que tuvo contacto con el menor de los implicados en el momento en el que el joven salió a pedir ayuda tras el disparo contra el agricultor.

Posible agravante

Otra cuestión que es muy seguida de cerca por los investigadores tiene que ver con las características del ataque que sufrió el octogenario. A partir de lo que relevaron los peritos al momento de encontrar el cuerpo, se sospecha que en un primer momento habría recibido el impacto de bala y que con las fuerzas que le quedaba alcanzó a llegar hasta el interior de su camioneta.

Esto último se desprende de las manchas de sangre que fueron encontradas en parte del torpedo del vehículo como en otros sectores cercanos a la puerta del conductor, lo que arroja la teoría de que sus agresores volvieron contra èl y lo bajaron a golpes de la camioneta con algún objeto contundente. Incluso los daños en un espejo de la camioneta podrían confirmar esta especulación.

Lo que si se sabe es que la víctima terminó con el rostro desfigurado y que se condice con uno de los resultados preliminares de la autopsia y que indica que Hotenstatt murió por los golpes y no por el disparo. Esto, en caso de encontrar los elementos suficientes para sostener la hipotesis, apuntaría a un homicidio con un enseñamiento, un agravante que podría surgir una vez que se completen las diligencias dispuestas por el juez instructor.

El móvil del crimen

Más allá de los distintos aportes que se fueron incorporando en el expediente, por el momento los voceros consultados en el caso indicaron que hasta el momento no es posible identificar un móvil claro en este crimen.
Una hipótesis indica que del interior de la camioneta de la víctima habrían desaparecido 30.000 pesos que el agricultor guardaba. Misma cantidad de dinero que luego fue secuestrada en poder de Carlos C.D.S. (62) y que alegó tener de sus propios ahorros. Aunque por el momento esta versión no logró tener sustento suficiente.
Por otro lado, la posibilidad de una mala relación entre el mayor de los implicados con Hotenstatt también fue deslizada por algunos allegados al fallecido. Cuestión que por el momento no fue corroborada en sede judicial por testigos.

Indagatoria

Semanas atrás, se conoció de la ampliación indagatoria hecha por Carlos C.D.S (62), uno de los tres detenidos que tiene el caso, aporte que se caracterizó por coincidir en un aspecto que podría ser clave para el expediente y que tiene que ver con la coartada que dio en primera instancia otro de los implicados que tiene el caso: Juan Carlos R. (25).

El muchacho fue el único que habló en la primera audiencia indagatoria ante el Juzgado de Instrucción Uno de Puerto Rico, pocos días después de los respectivos arrestos. Tanto el mayor de los acusados como el joven coincidieron en parte en sus respectivos relatos acerca del día del hecho y en que ambos estaban acostados en distintas viviendas ubicadas a 25 metros de distancia del campamento cuando se produjo el disparo que acabó con la vida del dueño de la propiedad.

Es decir, que el ataque se produjo en horas de la siesta y luego de que los cuatro implicados compartieran un almuerzo en la chacra de la víctima, ubicada en la zona rural conocida como Paraje Isla sobre la ruta provincial 15. Allí, los presentes habrían compartido también una ronda de vinos.

Los voceros indicaron que tanto Carlos C.D.S. (62) como Juan Carlos (25) reconocieron haber dejado en soledad al patrón de la chacra y a Mario R. (50) en la sobremesa. Aunque a la hora de hallar datos importantes para el caso, fue el primero quien fue más allá y dijo que tras escuchar el disparo que venía desde afuera, al salir de la habitación, se topó con Hohenstatt tendido en el suelo y gravemente herido.

Dijo que únicamente escuchó el estruendo del rifle calibre 22 que tanto él como su expatrón usaban para cazar animales, no así ninguna pelea entre la víctima y Mario R. También sostuvo que hasta ese entonces la víctima seguía con vida y que cuando subió a un caballo con la intención de pedir ayuda a un paisano que vive a unos 3 kilómetros del lugar, fue amenazado por el propio Mario. “Me iba a matar si llegaba a contar algo de lo ocurrido a la Policía”, declaró el sexagenario en su ampliación de indagatoria.

Incluso, narró que tras salir cabalgando rumbo a la aldea mbya fue seguido también a caballo por el mayor de los peones de la víctima, aunque finalmente esto fue solamente durante unos 100 metros y que luego el presunto homicida regresó al lugar donde estaba Hohenstatt. Luego, añadió que al regresar a eso de las 20 a la chacra, notó que el dueño de la propiedad estaba muerto y que su rostro tenía signos de haber recibido golpes.

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