Los productores salieron a defender su derecho a producir alimentos
Crece el malestar de agricultores europeos contra regulaciones sobre sus actividades
Columnas de tractores entraron el lunes en Berlín mientras los agricultores se congregaban para el acto final de una semana de manifestaciones contra un plan de eliminar las exenciones fiscales al combustible diésel que utilizan, una protesta que ha canalizado un descontento más general con el gobierno alemán.
Pero más allá del mediático caso alemán, agricultores de varios países europeos han venido manifestando su descontento con la falta de apoyo a sus actividades. Y además la amenaza de que más regulaciones medioambientales reduzcan o vuelvan cada vez más costosas sus producciones de alimentos. La situación está poniendo en aprietos a varias naciones que ven muy difícil armonizar el mayor cuidado del medio ambiente, con el apoyo a la agricultura y ganadería en sus territorios.
Marchas evidentes
En el caso alemán, durante las últimas semanas, los agricultores han bloqueado los acceso a autopistas y complicado el tráfico en toda Alemania con sus protestas, en un intento de forzar al gobierno del canciller Olaf Scholz a abandonar por completo el plan de recortes.
No están satisfechos con las concesiones que ya ha hecho el gobierno. El gobierno suavizó el 4 de enero su propuesta original, al indicar que mantendría la exención fiscal a vehículos agrícolas y la retirada de las exenciones fiscales al diésel se haría de forma gradual durante tres años.
En un mensaje en video el sábado, Scholz dijo que “atendimos los argumentos de los agricultores” e insistió en que el gobierno había ofrecido “un buen compromiso”. También dijo que las autoridades comentarían “qué más podemos hacer para que la agricultura tenga un buen futuro”.
Los líderes de los tres grupos parlamentarios en la coalición del gobierno tenían previsto reunirse con representantes de los agricultores, aunque las autoridades han rebajado las expectativas de que se eliminen los recortes de subsidios.
La propuesta forma parte de un paquete para cubrir un agujero de 17.000 millones de euros (18.600 millones de dólares) en el presupuesto de 2024. Por su parte, las protestas de los agricultores se han producido en un momento de descontento generalizado hacia el gobierno de centroizquierda de Scholz, que ha tenido frecuentes disputas públicas y prolongadas discordias en torno a decisiones en ocasiones mal comunicadas.
Scholz admitió que las preocupaciones van más allá de los subsidios agrícolas y dijo que los conflictos y la preocupación sobre el futuro están molestando a la gente.
En Alemania, según datos del instituto de opinión pública Infratest dimap, el Gobierno federal vive sus peores momentos de popularidad desde que se formó la coalición, en diciembre de 2021. Apenas el 17% de los alemanes está contento con su trabajo. Todos sus ministros han empeorado su valoración, llegando a niveles por debajo del 30% de aprobación. Y es el canciller, Olaf Scholz (SPD), el que peor valorado se encuentra, con apenas el 19% de satisfacción con su trabajo.
Estas encuestas contrastan con los altos niveles de apoyo que reciben las protestas de los campesinos. En efecto, más del 80% considera justos los reclamos, según una medición de la consultora Forsa. Datos que, si se desagregan por simpatías partidarias, dan cuenta de que no solo aquellos cercanos a la oposición, sino también la mayoría de los votantes de los partidos de gobierno apoyan a los campesinos.
En Francia crece la bronca
Varios grupos de trabajadores del sector de la agricultura han participado en protestas desde la tarde del pasado jueves, bloqueando la autopista A64 entre Toulouse y Tarbes, y las carreteras RN124 y RN20, ambas en el sur del país, y esta última muy cerca de la frontera con Andorra y España.
Los agricultores franceses se suman así a las protestas de sus compañeros de varios otros países, como Alemania, Países Bajos, Polonia y Rumania, donde el sector ya había comenzado a manifestar su indignación. Más allá de los bloqueos en carreteras, el sindicato agrícola mayoritario del país (FNESA) está barajando la opción de convocar una protesta a nivel nacional durante las próximas semanas. Uno de los participantes en las protestas ha asegurado que los agricultores tienen “reivindicaciones pero por ahora las cosas no se mueven” y ha insistido en que los bloqueos continuaran hasta que la situación cambie. “Queremos que nos escuchen”, ha añadido el agricultor.
El retraso en la entrega de algunas ayudas públicas, el final previsto de la subvención al diesel agrícola, la implantación de nuevas normas medioambientales o los precios que les imponen las industrias agroalimentarias son las principales quejas de los productores franceses. Ante las manifestaciones el Gobierno está comenzando a reaccionar. El presidente Emmanuel Macron pidió el viernes a los prefectos (delegados del Gobierno en cada departamento) que se reúnan desde este fin de semana con agricultores y ganaderos para escuchar sus reivindicaciones. El objetivo del Gobierno es evitar las imágenes de los tractores bloqueando calles y carreteras como ocurre desde hace más de una semana, y que la oposición saque réditos políticos de una posible crisis. Más aún porque el candidato de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella, cabeza de lista de la formación para las elecciones europeas del 9 de junio, para las que encabeza los sondeos, también visitará una explotación agrícola y se reunirá con representantes de agricultores en el departamento de Gironda (oeste), en un intento de aprovechar la cólera del sector en su beneficio.
En noviembre decenas de agricultores acudieron al Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia, para protestar contra las nuevas normas de la Unión Europea destinadas a restaurar áreas naturales y reducir las emisiones que contribuyen al cambio climático. También han protestado agricultores en Bélgica, Italia y España.
El descontento ha puesto de relieve una división cada vez mayor en un continente que, por un lado, está comprometido a actuar en materia del cambio climático, pero por el otro a menudo está profundamente dividido sobre cómo hacerlo y quién debería pagarlo.
Hartos de que les suban los impuestos
El sector rural alemán ha sido de los primeros en reaccionar tras los anuncios en 2023 de eliminación del subsidio al diesel y de un impuesto a los vehículos agrícolas, que hasta ahora estaban exentos. Hacia mediados de diciembre pasado surgían las primeras protestas en Schweinfurt, en el norte de la región de Baviera. Días después eran cientos los tractores en varias ciudades con una improvisada bandera con el lema: “Wir haben die Schnauze voll”(“estamos hartos”). El ministro de Agricultura, Cem Özdemir, anticipó que las medidas del Gobierno “superaban el umbral de dolor” del sector agropecuario. El alza de las protestas llevó a revisar parte de sus medidas, pero ya era tarde. Las exigencias de los campesinos son intransigentes e incluso van más allá de este conflicto en particular: el grito parece haberse convertido en una protesta contra el Gobierno en su conjunto.