El riesgo oculto tras la exposición solar
La médica dermatóloga Rosana Yaluk puso el foco en que "es importante saber que las exposiciones al sol pueden desencadenar enfermedades que han estado ocultas, como el lupus, entre las que habitualmente uno debe cuidarse muchísimo porque a lo mejor no tiene la manifestación y la exposición al sol hace que esto se produzca".
Sobre esta línea, enfatizó que "la radiación ultravioleta presenta efectos beneficiosos y nocivos, y del equilibrio entre ambos resulta un buen estado de salud. Y el abuso de la radiación ultravioleta es la principal causa de envejecimiento y de cáncer cutáneo".
"La fotoprotección tiene por objeto prevenir el daño biológico inducido por la radiación solar y otras fuentes lumínicas. La protección puede ser física, biológica o química. De la combinación de ellas se puede derivar una protección adecuada que debe adaptarse a los distintos tipos de piel y a la existencia de enfermedades fotosensibles", aclaró.
"Tenemos fotoprotección física, que es todo aquello que actúa como barrera entre la fuente de radiación y las personas. Es decir, la capa de ozono, las nubes, la polución, la ropa, los sombreros y las gafas, ya que los ojos también son afectados por la luz ultravioleta. Después, tenemos la fotoprotección biológica, que son las defensas originadas por la propia persona frente al sol, y la fotoprotección química, que son todos los productos que aplicamos sobre la piel y la protegen de los efectos perjudiciales de la radiación ultravioleta", diferenció.
Respecto a los filtros químicos, la especialista remarcó que "hay algunos que pueden ser muy buenos, pero hay gente que es sensible y puede presentar reacciones en la piel a causa de los mismos; esto solamente se puede definir utilizando los protectores y viendo la reacción en la piel".
"Tenemos que tener en cuenta, en la época del verano sobre todo, las condiciones adecuadas para exponernos al sol. Insistimos en que es importante evitar la exposición entre las 10 de la mañana y las 16, que es el horario en el que el sol está más fuerte. Hay un axioma que siempre explicamos que es sombra corta/riesgo alto, sombra larga/riesgo bajo", explicó.
Igualmente, puntualizó que "los fotoprotectores tienen que ser renovados cada dos horas indefectiblemente para cumplir su función. Debemos aplicarlos 20 minutos antes de la exposición al sol y luego los renovamos cada dos horas como una regla, tratando de cubrir toda la superficie corporal y no dejar descubierta ni una zona". Entre las recomendaciones de la fotoprotección, ahondó que la ropa es un factor importante de protección, como también la elección de cremas fotoprotectoras de amplio espectro, superior a 50 según el tipo de piel.
"Es necesario tener en cuenta que más del 85% del producto puede ser removido mediante el secado con la toalla. Por esto, debería reaplicarse luego de cada baño o en situaciones de sudoración. La elección adecuada del vehículo de aplicación es muy importante por su gran influencia en la adherencia al tratamiento. Para ello, debemos considerar la calidad del producto, si se trata de una piel grasa o seca, si la persona es de piel muy clara, trigueña, u oscura, y varios factores, si tiene alguna patología preexistente o antecedentes de cáncer de piel en la familia", concluyó.
