Una de las joyas misioneras de Boca: Ezequiel Vidal González en alza y con el desafío de escribir su historia

Introvertido y de hablar pausado, pero con sueños en grande. Por allí transita un adolescente de apenas 16 años, que vio cómo el 2023 fue vertiginoso; y en ese recorrido, crecen las expectativas, pero también los momentos en que hay poner la cabeza fría, saber que esto es paso a paso y que el gran objetivo todavía está en la mira. Claro, el protagonista carga con una historia heredada. Es que hablar de Vidal González en el fútbol es trazar un paralelo con el gol. Y sobre ese puente camina Ezequiel, hijo de Antonio, recordado delantero romperredes en Mitre, Guaraní, San Martín de Tucumán, Argentinos Juniors, Nacional (U), Colón y el fútbol boliviano, entre otros.

“Trato de hacer las cosas bien y jugar al fútbol, que es lo que me gusta. Jugando y escuchando lo me digan lo voy a corregir para que salga todo bien”, relató Ezequiel a El Territorio y quien el 2 de enero comenzó la pretemporada con la reserva de Boca, luego de que el año pasado sea cargado de buenas nuevas.

Es que el buen desempeño en séptima, divisional en la que se coronó campeón, lo llevó a la ser citado en quinta en el último tramo del año. Pero lo mejor llegó antes de retornar a Misiones: le comunicaron que esta temporada comenzaba a entrenar con la reserva xeneize dirigida por Mariano Herrón. Ezequiel juega de extremo por derecha, pero es zurdo. Tiene como modelo a Exequiel “Changuito” Ceballos porque “es un referente y me gusta mirarlo como juega”.

En simultáneo termina el secundario de forma online (pasó a cuarto año) y escucha a papá Antonio y técnicos para seguir con su crecimiento. “Hace seis años vemos todos los partidos, más allá de lo que uno puede enseñarle, el Chipi (Barijho, DT en séptima) fue fundamental” en 2023 y “me dijo que trabaje la derecha y el cabezazo, ‘laburale en ese y que entrene’”, subrayó Antonio sobre cuáles fueron las sugerencias y aclaró: “Por supuesto que le falta un montón de cosas”.

La familia se radicó en 2018 en Buenos Aires, después que Boca le diera el ok tras la prueba que realizó el juvenil, primero en Posadas y luego en Capital. Así, desde ese período hay sueños de potrero, de ir por la gloria para el chico misionero que ya firmó contrato con Nike, pero que en un fútbol tan competitivo tiene muy cerca a la familia, representantes y el club.

En el fútbol “hay competencia”, remarcó Antonio, quien puso énfasis en que bajan las revoluciones en los momentos indicados para ir de a poco: “Somos tres patas, él, nosotros como padre y madre y los representantes”. Así y todo, confió que “tiene unas condiciones tremendas más allá que sea mi hijo…”, recordó que “son otras épocas” respecto de cuando era jugador y que “ahora cambiaron un montón las cosas, él está en un equipo grande y son un montón de cosas que te toca vivir como padre y como ex jugador”.

Para Vidal González padre, “en quinta, (Ezequiel) iba a estar bien”, pero “para él es algo espectacular” llegar a reserva. “Es un niño y va a aprender muchísimo, va a madurar”. Ezequiel, junto al arquero Fernando Rodríguez, que ya se codea con los de primera, son dos joyas misioneras en el club de la ribera.