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Discusión democrática, aunque no se pongan de acuerdo

miércoles 11 de octubre de 2023 | 6:00hs.

Los candidatos a la presidencia de la República Argentina discuten democráticamente por televisión de sus proyectos de cómo sacar a nuestro país en decadencia tras cuarenta años de gobiernos democráticos que la dejaron maltrecha. Pues, tras esos años, el 40% de la población vive en la miseria, el índice de pobreza alcanzó a millones de compatriotas y a otros tantos no les alcanza para comer todos los días con lo que ganan. Para colmo, el 56% de los menores de 14 años son pobres y se agravará por la altísima inflación que será más crítica al término del año. Que Dios los ilumine, ya que quien llegue a la presidencia tendrá que aplicar políticas de austeridad y de rápida recuperación para evitar que más jóvenes emigren del país por falta de oportunidades, ya son más de un millón de chicas y muchachos. Sin embargo, hay otros argentinos que se fueron mucho antes, muertos por la represión más brutal que hubo en nuestra Argentina a partir de marzo de 1976. Entre estos se cuentan los compañeros de la otrora juventud militante: Juan Figueredo, Juan Zaremba, Luis Arturo Franzen y Mario Higinio Álvarez, quien murió asesinado por los esbirros de Stroessner. Tragedias que describo en el ensayo ‘Mártires del Desatino’.

Desde un punto de vista conceptual, bien puede interpretarse que, si la historia es el resultado de las acciones de los hombres y estos desaparecen, a partir de sus ausencias es otra la historia, pero no los ideales que sustentaron.

Y la historia versa no sobre las cosas o personas en sí mismas, sino sobre sus acciones y los resultados de éstas. Describe los hechos, los sucesos y los acontecimientos en un contexto y época determinada. Y si estamos involucrados, como decía Ortega y Gasset, somos nosotros y nuestras circunstancias.

Siguiendo este razonamiento, los argentinos deberíamos hacer un acto de contrición y preguntarnos ¿qué opinión tendrían nuestros mártires de ayer con la presente situación de nuestro país en lo concerniente a su realidad política, económica y principalmente en la aplicación de la Justicia Social dirigida a contener y proteger a los más humildes, a los parias y carenciados? ¿Estarían de acuerdo con la falta total de identidad e ideologías que exponen sin ningún tipo de escrúpulos políticos del momento que se muestran hoy en un partido, mañana allá y pasado acullá?

Son hombres sin principios, oportunistas de la política. Y bien se sabe que los oportunistas, igual que los fenicios, no tienen principios, sólo intereses. Es como socarronamente Groucho Marx se autodefiniera mimetizándose con ellos: “Estos son mis principios, si no le gusta tengo otros”. Conceptos que le cae como sayo a conspicuos diputados, concejales y variopintos personajes de la fauna política nacional, donde algunos descaradamente se animan a consideran como una nueva forma de hacer política

Para cerrar este introito una disquisición. Si la ucronía es la imaginación contraria a la realidad de los hechos concretos, es decir, si en un punto de partida la historia hubiera tomado otro sendero, ¿en qué condiciones estaría nuestro país de tener actualmente en la actividad cotidiana a tanta gente pensante que fueron aniquiladas, precisamente, por ser pensantes?

Y un pensante, Zygmunt Bauman, que murió hace unos años a los 91 años de edad, planteó en un libro la idea de la “modernidad líquida”, etapa en la cual todo era sólido y se ha licuado en acuerdos temporales, pasajeros, válidos hasta nuevo aviso. Por su denuncia de la desigualdad creciente y su análisis sobre el descrédito de la política, lo ha convertido en faro para el movimiento global de los indignados.

Este polaco era un niño cuando su familia judía escapó del nazismo a la URSS. Luego, desposeído de su puesto de profesor y expulsado del Partido Comunista en una purga marcada por el antisemitismo emigró a Tel Aviv, donde recaló en la Universidad local y pudo escribir libremente su obra, mediante la cual fue reconocido mundialmente.

Su libro ‘¿La Riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?’ alerta la pérdida del sentido de comunidad en un mundo individualista. Puntualiza que lo que pasa ahora, es la crisis de la democracia que lleva a desigualdades sociales.

Para él, las sociedades basadas en la injusticia terminan normalizando el desempleo, los salarios de hambre, la pobreza y transforman los derechos en privilegios, incluso, la naturalidad con que se pactan negocios turbios entre agentes privados y la administración pública, sean estas construcciones de carreteras, compras de bienes y servicios o privilegios fiscales.

La mayoría de estos ítem descriptos, sacados del libro de Bauman, fueron discutidos por los cinco candidatos a la presidencia de la república. Por eso, repito, quiera Dios que si uno de ellos llega a la presidencia de la Nación, lo ilumine para que saque a nuestra Argentina de su decadencia.

Para terminar, como me referí a la obra de un judío, nuestra solidaridad argentina con el pueblo de Israel que ha sufrido el ataque cobarde y artero de la guerrilla de Hamás, dejando el tendal de muertos y heridos, entre ellos a varios compatriotas argentinos. Los de Hamás son fanáticos terroristas que desean la desaparición total de Israel, apoyados por Irán, el Estado más misógino del mundo, donde la mujer por no usar el chador, por su orientación sexual o por querer usar una pollera es condenada a muerte.

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