“Esta fiesta pone en valor nuestra diversidad e historia, todo lo que somos”
Como embajadora del país que acunó a tantos miles de inmigrantes a lo largo de la historia, Sol Vegas, paisana argentina de esta edición 43° de la Fiesta Nacional del Inmigrante, representa con orgullo y alegría al pabellón nacional. Y aunque, por cuestiones reglamentarias, no participa de manera competitiva en el certamen que corona a la soberana de la fiesta, su rol es fundamental, ya que constituye la amalgama de raíces y tradiciones que conforman nuestra rica nación.
“Esta fiesta pone en valor nuestra diversidad e historia, todo lo que somos. Todos somos la fiesta. Ya sea por sentirnos identificados con alguna colectividad que representa nuestra ascendencia o porque estamos familiarizados con algunas costumbres o prácticas culturales que aquí se manifiestan; la fiesta nos identifica y ser parte de ella es un gran orgullo. Es un honor representar a este crisol”, señaló la abanderada argentina.
Sol representa al Pabellón Argentino desde noviembre del año pasado, ya que la elección de la paisana nacional se elige en una ceremonia especial celebrada el Día de la Tradición (10 de noviembre). Desde entonces, ha participado junto a las paisanas provincial y municipal de una larga agenda de actividades que se desarrollan al margen de la FNI.
“Representa una enorme responsabilidad. Además del orgullo que sentimos por ser abanderadas, el rol que cumplimos conlleva también esfuerzo y predisposición, preparación y trabajo. Pero quienes tenemos el honor de ocupar este lugar, llevamos adelante esta tarea con mucho amor y alegría, ponemos lo mejor de nosotras”, se sinceró la joven que compagina su agenda con el estudio del profesorado de Inglés y las clases que ya dicta.
Como anfitriona de la fiesta, Sol participa de toda la agenda y grilla junto a las candidatas de las diferentes colectividades. Desde las presentaciones de té hasta los actos o cursos de preparación, elección de vestuario, ensayo de presentación, entre otras.
“Creo que mi rol es muy importante en el grupo. No compito, pero estoy presente en todas las actividades y me encargo también de ayudar a las chicas, incentivarlas y darles ánimo. Para mí es un honor acompañarlas en esta gran tarea”, explicó.
La joven se integró al Centro Cultural Argentino el año pasado y se mantuvo muy activa desde entonces.
“Siempre participé de la fiesta pero como espectadora. Y el año pasado decidí unirme. Es enorme todo el trabajo y esfuerzo que hay detrás de escena”, explicó.
Y agregó: La preparación de comidas, la cantina, la puesta a punto y mantención de los espacios, los ensayos de ballets, de música, la planificación de peñas y actividades para recaudar fondos. Hay un enorme trabajo detrás y todo es con el fin de hacer lo mejor posible para que esta fiesta siga siendo tan maravillosa”.