El debate continúa hoy a partir de las 8.30 en el Tribunal Penal Dos de Posadas
Olvidos y contradicciones en otra jornada del juicio por Carmen
Más de diez años pasaron desde que Carmen Mirta Rosa (47) fuera hallada sin vida en una cancha del barrio Los Potrillos de Garupá. Una década de luchas por parte de la familia para llegar a la verdad, de incertidumbre, de puntos oscuros y suspicacias por la implicancia de efectivos de la Policía de Misiones.
Ayer, en la tercera jornada del juicio en el Tribunal Penal Dos, ese lodo se espesó aún más con la comparecencia de efectivos que conformaban la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional I.
Dos de los tres uniformados que conformaron esa patrulla el 14 de febrero del 2013 se sentaron en el banquillo como testigos e incurrieron en contradicciones y refirieron olvidos. Se trata de José María Bernal y Emilio Broemser, a quienes se los notó muy nerviosos y a veces hasta en una postura defensiva.
El principal punto de conflicto fueron las salidas de esa jornada, que además - quedó confirmado - no estaban reflejadas en los libros de guardia. Lo que llamó la atención es que en el registro asentaron que cerca de las 15.30 habían salido hacia el barrio Madariaga, pero en realidad estuvieron en Los Potrillos.
Bernal fue el primero que juró decir la verdad ante los jueces y confirmó que lo que decía el libro de guardia no reflejaba lo sucedido ese día. Se había dejado asentado que salieron a las 9.30 a cargar combustible y volvieron a las 11.30, pero señaló que durante esa mañana, entre las 7.30 y 8, fueron hasta la Comisaría Quinta a buscar a un detenido y que luego se dirigieron a Los Potrillos a recuperar elementos robados y al parecer estaban escondidos. El detenido es conocido como Chinito, quien está convocado a declarar para la jornada de hoy.
Como Bernal desarrollaba su relato a cuentagotas, el fiscal Glinka inició una serie de consultas. En la instrucción del caso el efectivo había dicho que le llevaron al detenido a que le tomen las huellas en la Jefatura, pero al ser consultado en esta oportunidad aseguró que no recordaba.
También recordó el fiscal que hubo un careo entre (el imputado) Villalba y él, debido a que el imputado expresó que oyó cómo un compañero de patrulla, Borda -también declara hoy-, le dijo “Viste chiquito, le asustaste demasiado feo a la señora”. Bernal volvió a decir que no recordaba y cuando el fiscal se disponía a mostrarle las actas, el presidente del Tribunal, Gregorio Busse, le advirtió que con el interrogatorio lo estaba empujando a declarar contra sí mismo y que simplemente era un testigo.
“No sabía que estaba sospechado de algún delito, sólo quería saber qué hicieron ese día”, replicó Glinka con un dejo de ironía. En sus alegatos de apertura, durante el primer día del juicio, el fiscal había dicho que seguramente la defensa iba a querer apuntar las responsabilidades a la Brigada de Investigaciones, aunque creía que esto no era lo que sucedió.
Luego de negar lo que había declarado en la Instrucción, el testigo expresó que fueron al barrio Los Potrillos en horas de la tarde, “cuando nos llamaron”, siempre orientado por las preguntas de la parte acusatoria. Cuando le preguntó a qué fueron dijo “no recuerdo porque yo no bajé del móvil, me quedé en el auto”. Expresó que tampoco vio una persona muerta, ni a los acusados.
Luego fue el turno de Broemser, quien con su relató también confirmó que los libros de guardia no reflejaban lo ocurrido ese día.
Relató que esa mañana fueron a buscar a un detenido a la Quinta y luego recuperaron objetos robados. Agregó otro actor a la secuencia: dijo que un detenido de apellido Núñez llegó con ellos a la comisaría.
Broemser contó que fueron entre las 14 y las 15 a Los Potrillos y en esa instancia Borda aseguró haber visto a una señora de similares características a la mujer que luego fue hallada muerta. En ese momento, añadió, no le dieron importancia y se fueron del lugar.
Pero en el libro de guardia estaba asentado que fueron al barrio Madariaga. “Ese asiento en el libro está mal”, confirmó el fiscal. También figura que volvieron a las 21.30 con dos detenidos y los objetos robados, pero el testigo aseguró que habían dejado eso antes.
Luego detalló que cuando fueron a la escena, convocados porque había fallecido Carmen, habló con un secretario judicial y con Villalba. Al primero le dijo que habían visto una mujer similar antes y a Villalba le preguntó si había algo que informar, aunque el imputado le dijo que no. El judicial le dijo que lo iban a tener en cuenta su relato, pero que primero había que saber los resultados de la autopsia.
Ambos testimonios fueron engorrosos, lentos, trabados. Se preguntaron por horarios específicos, algo que luego de 10 años parece muy difícil de recordar. Y mientras sus colegas hablaban Villalba miraba fijo, mientras que Rotela -el otro efectivo juzgado- se mostraba tranquilo y en muchos momentos con la cabeza gacha.
