Represor misionero recibió su tercera prisión perpetua en San Juan

Jorge Antonio Olivera (72) fue condenado con otra máxima pena por los delitos de lesa humanidad en el marco del juicio por la Megacausa III. Cumplirá en su domicilio
lunes 10 de julio de 2023 | 5:00hs.
Represor misionero recibió su tercera prisión perpetua en San Juan
Represor misionero recibió su tercera prisión perpetua en San Juan

El represor misionero Jorge Antonio Olivera (72) recibió la última semana su tercera condena a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos en San Juan en el marco de la culminación del juicio por la denominada Megacausa III. Sin embargo, volverá a su vivienda para cumplir su pena en el marco de prisión domiciliaria. Tal como estaba previsto, el Tribunal Oral Federal (TOF) de dicha provincia se reunió en la tarde del pasado viernes para dictar sentencia.

En ese contexto, la audiencia comenzó minutos después de las 15, instancia en la cual Olivera tuvo la oportunidad de brindar sus últimas palabras antes de conocer el veredicto.

El misionero aceptó, aunque su exposición fue breve y sólo se limitó a agradecer a su defensa técnica.

Después, el tribunal dispuso un cuarto intermedio para deliberar y la audiencia se reanudó cerca de las 19.20 con la lectura del fallo.

En primer término, los magistrados resolvieron no hacer lugar a los planteos de prescripción realizados por la defensa de los 24 imputados entre policías, militares y exfuncionarios judiciales, al tiempo que declararon todos los hechos juzgados como crímenes de lesa humanidad y genocidio.

La parte resolutiva de la sentencia también dispuso condenar al represor misionero a la pena de prisión perpetua como coautor de los delitos de doble privación ilegítima de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas, doble tormentos agravados por condición de perseguidos políticos y cinco homicidios, doblemente agravado, todo en concurso real.

En tanto, Olivera oyó el fallo por videoconferencia desde una sala de la Unidad 34 – Instituto Penal Federal de Campo Mayo, donde se encuentra alojado desde marzo tras una revocación de su prisión domiciliaria dispuesta por el TOF de San Juan, al constatar que adulteró un certificado médico para gestionar salidas de su casa para realizar actividad física.

Sin embargo, los días de Olivera en prisión acabarán pronto, dado que un día antes de conocer el veredicto, la Cámara Federal de Casación Penal resolvió anular la revocación de la domiciliaria, dictada en marzo y restituir el beneficio al condenado, que de esta manera podrá regresar a su casa para continuar purgando en esas condiciones las tres condenas a prisión perpetua que registra en su contra.

Megacausa III, condenas y fugas

El debate comenzó el 25 de junio de 2019 y en el proceso se desarrollaron más de 100 jornadas, en las cuales se reconstruyeron las operaciones ilegales realizadas por Olivera y el resto de los imputados con anterioridad y posterioridad al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

En la denominada Megacausa III se acumularon seis expedientes con hechos padecidos por un total de 96 víctimas, de las cuales trece permanecen desaparecidas y cinco fueron ejecutadas. También se investigan secuestros, torturas y casos de violencia sexual.

Según consta en los registros oficiales, Olivera nació en Posadas el 10 de agosto de 1950 y en San Juan se desempeñaba bajo el rango de Teniente y operaba como jefe de Inteligencia del RIM 22 (Regimiento de Infantería de Montaña), en una de las esferas de mayor poder dentro de la estructura.

Las otras condenas a perpetuas contra el misionero fueron dictadas en julio de 2013 y octubre de 2018.

Entre las víctimas de las desapariciones, secuestros y torturas que se investigaron en las causas en las que Olivera fue imputado aparecen la francesa criada en Misiones, Marie Anne Erize, y el actual diputado y exgobernador de San Juan en tres oportunidades, José Luis Gioja.

El misionero además fue noticia en varias oportunidades por su historial de fugas y maniobras para evadir a la Justicia.

Ese tendal de antecedentes comienza ya en la década del 2000, cuando viajó a refugiarse a Italia pero fue detenido tras un pedido de la Justicia de Francia que investigaba la desaparición de la joven Marie Anne Erize, aunque sólo permaneció 43 días tras las rejas.

Es que sus defensores presentaron un documento que consignaba una supuesta fecha de fallecimiento de la joven francesa y los magistrados locales entonces entendieron que el delito estaba prescrito, aunque todo se trató de una maniobra fraudulenta y un certificado falso, dado que el paradero de Erize aún no fue revelado.

Posteriormente, llegó la primera condena en Argentina. Fue el 3 de julio de 2013 y tan sólo 22 días después Olivera logró escapar junto a Gustavo De Marchi -otro represor condenado- del hospital militar Cosme Argerich de Buenos Aires, donde habían sido trasladados desde el Penal de Chimbas (San Juan) por supuestas dolencias.

En esa instancia, el represor misionero permaneció en condición de prófugo de la Justicia y recién fue recapturado el 30 de enero de 2017, durante un allanamiento realizado en la casa de su esposa, Marta Ravasi, en la localidad bonaerense de San Isidro. El represor misionero estaba escondido en el baúl de un auto.

Tras su recaptura, Olivera regresó a San Juan, donde quedó detenido y en 2018 fue condenado por segunda vez. Luego obtuvo la domiciliaria y en esa condición afrontó las audiencias del tercer juicio oral en su contra hasta que en marzo volvió a la cárcel, pero actualmente está habilitado a regresar a su casa.

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