Wim Wenders y su glorioso regreso al cine de ficción

sábado 03 de junio de 2023 | 6:00hs.
Wim Wenders y su glorioso regreso al cine de ficción
Wim Wenders y su glorioso regreso al cine de ficción

Próximo a cumplir 78 años, el director Wim Wenders tuvo en la 76ª edición de Cannes que finalizó el último martes su regreso a lo grande en el universo de la ficción con Perfect Days, una película aclamada, premiada y vendida a todo el mundo.

¿Por qué lo de regreso si nunca ha dejado de filmar cortos, medios y largometrajes para cine, televisión o streaming? Porque, según Télam, para buena parte de la crítica y la industria, el mítico realizador nunca había logrado recuperar al nivel de sus primeras películas, aquellas que formaron parte e impulsaron el movimiento conocido como Nuevo Cine Alemán entre las décadas de 1960 y 1980.

En las últimas décadas Wenders tuvo mucha mejor repercusión como documentalista (sumó tres nominaciones al Oscar con Buena Vista Social Club, La sal de la tierra y Pina) que como realizador de ficción, pero Perfect Days, que narra la historia de un hombre maduro y solitario que se dedica a limpiar cada día los baños públicos de Tokio (el filme es un claro homenaje en varios sentidos a su admirado Yasujiro Ozu), le generó un respaldo casi unánime: premio a Mejor Actor para el extraordinario Koji Yakusho, sold out en las ventas internacionales (para América Latina fue adquirida para cine y streaming por Mubi) y críticas laudatorias.

La cinta es una mirada bella, sensible y poética a la rutina de un hombre que es feliz y riguroso con lo que hace (aunque limpiar baños contenga una carga negativa desde el prejuicio social), tiene -según indicó el propio Wenders- algo entre catártico y de reivindicación de la nobleza: “Al entrar en la vida del protagonista Hirayama, nos sumergimos lentamente en su forma de ver. Pero muy en serio: cada película nos enseña su propia percepción. Algunas películas nos enseñan a ver con descuido, otras nos enseñan a ver con una mirada amorosa”.

Pero Perfect Days no fue lo único que Wenders llevó este año a Cannes, ya que también estrenó -en este caso fuera de competencia- Anselm, otro de sus documentales en 3D (sigue siendo un acérrimo defensor del formato) sobre el arte moderno, en este caso sobre Anselm Kiefer, uno de los más innovadores e influyentes pintores y escultores germanos (actualmente, a los 78 años, radicado en Francia), al que filmó durante un período de dos años.

Y el cineasta alemán también formó parte de Room 999, filme de Lubna Playoust que es una suerte de secuela de Room 666, dirigida por el propio Wenders y cuya historia conviene rescatar.

Cuatro décadas más tarde, Playoust retoma la posta de aquel largometraje y en la introducción va en busca de un enorme árbol que por entonces había filmado Wenders y que hoy luce caído. Más allá de ese preámbulo simbólico y de algunas reflexiones al respecto por parte de la propia directora, el eje de Room 999 es el mismo que el de Room 666: planos fijos de realizadores y realizadoras reflexionando a partir de la siguiente pregunta/premisa: ¿Es el cine un lenguaje a punto de perderse, un arte a punto de morir?

Quien empieza hablando, claro, es Wenders (se dirige con amor a los futuros cineastas) y luego se le sumarán otras figuras como Audrey Diwan, David Cronenberg, Joachim Trier, Shannon Murphy, James Gray, Arnaud Desplechin, Lynne Ramsay, Asghar Farhadi, Nadav Lapid, Claire Denis, Davy Chou, Baz Luhrmann, Alice Winocour, Ayo Akingbade, Olivier Assayas, Paolo Sorrentino, Agnes Jaoui, Kirill Serebrennikov, Cristian Mungiu, Kleber Mendonça Filho, Albert Serra, Monia Chokri, Ninja Thyberg, Pietro Marcello, Rebecca Zlotowski, Ali Cherri, Ruben Östlund, Clément Cogitore y Alice Rohrwacher.

De esta manera, con el largometraje de ficción Perfect Days, el documental en 3D Anselm, y la presencia estelar en una película inspirada en un trabajo suyo que es Room 999, Wenders regresa al paño con toda la gloria y ofrenda a las nuevas generaciones el buen arte de hacer cine.

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