La mejor terapia

Un grupo de excombatientes encontró en el deporte un gran aliado para seguir adelante. A lo largo de los años combinaron pasado y presente en las Olimpíadas de veteranos de Malvinas
sábado 15 de abril de 2023 | 5:30hs.
La mejor terapia
La mejor terapia

El 2 de abril de 1982 cambió la historia de la Argentina. La Guerra de Malvinas marcó un antes y un después, no solamente para quienes pelearon en las islas, sino también para las generaciones que vinieron después.

A los pibes de Malvinas nadie les contó cómo sería el día después de le rendición. Llegó la maldita desmalvinización, que también produjo una herida muy grande para quienes participaron del conflicto bélico contra Gran Bretaña. Llegaron años muy duros, de abandono por parte del Estado y de una negación por parte de la sociedad, a la que muchos soldados no pudieron reponerse.

Pero también hubo otros muchos excombatientes que se refugiaron en el deporte. Ese fue un gran aliado para mantenerse en pie, para buscar una vida mejor y para intentar dejar atrás los horrores vividos durante los días en el Atlántico Sur.

“A mí el fútbol me salvó. Yo iba los viernes y sábados a la cancha de mi barrio y aparecían los amigos. Sino no sé qué hubiese hecho, porque la vuelta fue muy dura”. El relato es de Carlos Rivarola, quien con 18 años desembarcó en las islas y con 19 regresó a su casa, cuando le dieron la baja.

Hoy, a sus 60 años, Carlos revive esos años duros en la plaza Teniente Estévez de Posadas junto a Carlos López Meza, Carlos Ruiz Díaz y Carlos Ernesto Martínez, parte del grupo de excombatientes que año a año compite en las Olimpíadas de Veteranos de Malvinas.

“Esta es la mejor terapia”, resumió Carlos Ruiz Díaz. “Nos encontramos, nos preparamos para la competencia y nos mantenemos activos y ocupados”, agregó.

“Si bien vamos a competir y todos queremos ganar, lo más importante es reencontrarse con los camaradas. Revivimos historias y también nos acompañan nuestras familias. Se crea un clima muy especial”, contó el excombatiente a El Territorio.

“Ahora hay algunos que ya no van, otros que ya no están. Ya cada vez tenemos más años, pero siempre que podemos decimos presente”, acotó Carlos Martínez, quien supo ganarse varias medallas en pesa en los distintos años que participó en las Olimpíadas.

Lejos de quedarse con el recuerdo del resultado y de valorar la medalla como premio, lo que más atesora este grupo de excombatientes son las fotos. San Juan, Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Bahía Blanca y Villa Carlos Paz (Córdoba) son algunos de los tantos lugares que recorrieron juntos. Detrás de cada imagen hay una historia, que los lleva a ese pasado casi inmediato y también a algún recuerdo de las frías noches en las Malvinas.

“Cuando se define el lugar empezamos a armar la logística. Tenemos nuestro cocinero, buscamos un lugar para pasar esos días y cada compañero se prepara para la competencia”, contó Ruiz Díaz, al tiempo que valoró que “para participar tenemos que presentar exámenes médicos para acreditar un buen estado de salud”. “Eso hace que muchos compañeros se ocupen de su cuerpo y eso es muy importante”, recalcó.

Un regreso al sur
Cuando comenzó la Guerra de Malvinas, Carlos López Meza tenía 27 años, dos hijos y uno más en camino. Estaba en el ejército y su vuelta al continente también fue muy dura. “¿Quién iba a querer seguir en la fuerza después de perder una guerra?”.

López Meza prepara las flechas y el arco y sueña con un nuevo viaje. Foto: Marcelo Rodríguez

“Te preguntás qué hago. Yo tenía una carrera en el Ejército, pero era como una palabra prohibida. A mis 27 años tenía que seguir o buscar otra carrera, pero en ese tiempo decir que eras ex combatiente no era fácil. A veces te hacían la cruz”, recordó.

“Decidí seguir, me perfeccioné en tiro e hice mi carrera dentro de la fuerza”, agregó quien hoy se destaca justamente en tiro y también en tiro con arco, una modalidad de la que participa en las Olimpíadas de Veteranos.

En 2017 Carlos tuvo la chance de volver a las Malvinas. Junto a un grupo de excombatientes viajó de Posadas a Buenos Aires, luego a Río Gallegos y de ahí a las Malvinas.

“Conocí Puerto Argentino, porque durante la guerra yo estuve destinado a Puerto Darwin y conocí otras zonas de la isla”, rememoró y agregó que “fue un viaje muy emotivo, de muchos recuerdos, pero que tenía ganas de hacer”.

De todas maneras, López Meza sintió un primer sinsabor antes de viajar: “Me pidieron un pasaporte. Un pasaporte para ir a una tierra que yo considero que es nuestra, que fui a defender”.

Pero regresar a Malvinas también fue necesario para López Meza, quien hace años es parte del grupo de la Tierra Colorada que dice, año a año, presente en las Olimpíadas de Veteranos, una terapia necesaria para que los excombatientes sigan adelante.

¿Que opinión tenés sobre esta nota?