La panadería 9 de Julio
Frente a la panadería 9 de Julio, el chico detuvo la marcha de la bicicleta, la acomodó de manera casi perpendicular con la obvia intención que en la imagen quede plasmada la leyenda que tiene pintada en el cuadro. miró a cámara. Quizás quien se ubica en el centro de la escena, sea José Jabaloyas, el propietario del comercio que abraza a un niño. Él aparece en la Guía General del Territorio de Misiones de 1943, nombrado en el listado de almacenes de la ciudad frente al edificio del negocio que lleva como nombre la patriótica fecha se observa toda una dinámica.
Carros de reparto tirados a caballo cuyos conductores se sitúan en éstos excepto ese muchacho que pareciera estar parado sobre uno de los equinos y se transforma en el eje de la foto por ser el elemento más alto de la imagen, dividiéndola en dos. Como si recién llegara, el conductor asoma el cuerpo desde la cabina del viejo camión colmado de bolsas que podrían contener la materia prima para la panadería que cada día llenaba la cuadra de olor a pan recién salido del horno ahí por la calle San Luis entre Belgrano y Alvear, en Posadas. “9 de julio Panadería Almacén Comestibles” reza en la parte superior del frente. La imagen es aproximadamente de los años 40 del siglo pasado. Algún memorioso refiere que en tiempos un poco más próximos a la actualidad fue panaderia de la familia Piró, y que en ese local se fabricaban unos exquisitos alfajores que eran un manjar difícil de rechazar, además de ser un objeto que el visitante o turista debía llevar a los que no tuvieron la suerte de visitar la provincia.
Hoy ya no existe el negocio, pero la fachada se yergue atrayendo aún por su forma y colores. a veces se transforma en escenario de fotos de aspirantes a modelos, a veces hace suspirar cuando el viento arrastra un olor a pan recién horneado, a veces dicen que la cuadra se llena de un rumor a cascos de caballos y relinchos, gritos infantiles y pasos en un tiempo en que los supermercados ni siquiera eran un sueño.
