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La capilla y la santa, patrimonio barrial

domingo 31 de marzo de 2024 | 6:00hs.
La capilla y la santa, patrimonio barrial
La capilla y la santa, patrimonio barrial

El barrio Santa Rosa de Lima tiene identidad costera, emplazado muy cerca del arroyo Zaimán. También guarda la memoria de los desplazados, ya que por los trabajos complementarios de la represa y por la suba de la cota del río, muchos pioneros fueron relocalizados y obligados a migrar en diferentes etapas desde fines de los 80.

Lo que hace 50 años fue una barriada en expansión, de la mano de la laminadora, que empleaba a los hombres y de las olerías, que daban la materia prima para las casas, en la actualidad es un conglomerado de unas 200 familias que luchan por no perder la pertenencia.

En este batallar contra el olvido y la pobreza, la capilla Santa Rosa, que da  nombre al puñado de calles en el sur capitalino y es patrona del lugar, es un símbolo de vecindad y esfuerzo colectivo. La iglesia tiene una fachada original y llama la atención de quienes transitan por la ruta 12, desde donde se observan sus arcos y campanario al pie de una cancha de tierra colorada.

Es el corazón del barrio, la  capillita que nació con la colaboración de todos los vecinos. Hoy es un patrimonio de ellos porque lo que se hizo fue producto de la voluntad popular y de la fe.

En la actualidad

El estilo arquitectónico podría definirse como neocolonial. Este movimiento en la Argentina aparece en 1920 como inspiración de lo colonial que estuvo presente hasta 1810. Este edificio es de la década del 60 y es uno de los pocos en este estilo que vemos en Misiones y que se encuentra más en provincias como Salta, Jujuy o Catamarca. La fachada tiene en el acceso un arco trabajado en varios niveles y una espadaña, que es el lugar donde antiguamente se situaba la campana.

La piedra fundacional se colocó en 1965. La edificación fue la respuesta a una necesidad de la creciente comunidad, que acudía a misa y catequesis en un oratorio que estaba en el patio de una vivienda.

Al atravesar el imponente portal, el interior de la iglesia se llena de la luz de día que ingresa por los ventanales, el altar está hecho en madera y no hay lujos, sí una limpieza absoluta y un aire solemne en honor a la santa.

La escalera que lleva a un primer piso donde se trunca. Una abertura es la promesa de que algún día los peldaños conducirán hasta el tercero, donde está el campanario.

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