Asalto, muerte y sicariato, los tristes antecedentes
La muerte de Pimentel y la trama del contrabando lastimosamente no es situación nueva para los ciudadanos de Bernardo de Irigoyen, puesto que este millonario negocio deja tristes consecuencias, con al menos tres hechos de sangre, además de varios asaltos a mano armada de camiones y depósitos.
El jueves 18 de noviembre Rafael Antúnez de Olivera (45) fue asesinado por presuntos sicarios en la avenida principal de la localidad cuando esperaba en el semáforo con su Chevrolet Montana junto a un familiar. Rápidamente se supo que tanto la víctima como sus cercanos se dedicaban a comercializar vinos de primeras marcas.
Al menos una persona que se movilizaba en una motocicleta se paró al costado del vehículo y efectuó dos precisos disparos que apagaron de forma inmediata con la vida de la víctima. Luego el asesino huyó de la escena y hasta ahora no pudo ser encontrado.
Meses antes, el 15 de marzo, también se registró un crimen similar. El asesinado en este caso fue un abogado entrerriano identificado como Juan María López (50). Ocurrió de día, cerca de las 12.55, sobre una calle interna del barrio Santa Rita. López circulaba al mando de su camioneta Ford Ranger Limited hasta que una motocicleta con dos ocupantes se les cruzó enfrente.
Fue en esa instancia que el sujeto que iba como acompañante en la motocicleta extrajo un arma y sin mediar palabras abrió fuego en varias oportunidades. Los atacantes huyeron y desaparecieron, presumiblemente con destino a Brasil, y tampoco fueron hallados hasta ahora.
Más allá de estos dos crímenes, este año los habitantes de la frontera también lloraron la muerte Ariel Camargo de Lara, de apenas 19 años. El joven fue encontrado asesinado y enterrado en cercanías de un camino vecinal del paraje San Roque, en las afueras de la localidad, el 9 de febrero.
Camargo de Lara llevaba desaparecido varios días, desde el 4 de febrero. Según la denuncia, recibió un llamado y salió de su casa, pero nunca más volvió.
Por ese hecho está detenido Nicolás Eduardo Lara (18), acusado de darle muerte con un arma de fuego.
Si bien no se sabe con certeza el móvil, lo que se reconstruyó es que la víctima fue llevada bajo engaños en una camioneta hasta el lugar y, una vez ahí, Nicolás y el conductor le dijeron que se había pinchado un neumático.
La víctima se bajó y entonces fue asesinado a traición.
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