Keko Sotelo seguía en grave estado anoche tras la balacera del jueves

El laberinto y las sospechas sobre los 3 ataques a tiros que sacuden Posadas

Cristian Sotelo fue asesinado de un disparo en el corazón tras una lluvia de balas en el barrio A 3-2, hecho que tuvo dos secuelas durante enero, con heridos y un prófugo.
domingo 30 de enero de 2022 | 1:55hs.
El laberinto y las sospechas sobre los 3 ataques a tiros que sacuden Posadas
El laberinto y las sospechas sobre los 3 ataques a tiros que sacuden Posadas

Tres enfrentamientos, un muerto, dos heridos y una persona que lucha por su vida. El tiroteo del jueves en pleno centro es el hecho más reciente, pero existe una mezcla de temor y certeza que no será el último. Y una sensación ocurre con el crimen de Cristian “Casimiro” Sotelo (40) en el barrio A 3-2, fue el primer y el más violento de los episodios de esta trilogía, pero lo seguro es que no es el inicio de la disputa que tiene en vilo a Posadas.

Investigadores policiales con muchos años en la calle y autoridades de dos juzgados tienen claro quiénes son los protagonistas, sus antecedentes, relaciones y códigos. Y, mediante eso, conviven con el hecho de que posiblemente el trasfondo de esta violenta seguidilla nunca sea develado.

Es que esos protagonistas, por esos mismos antecedentes y códigos, no hablan, no colaboran, minimizan todo. “Uno espera que en un hecho de homicidio alguien se quiebre, diga algo, pero ellos no aportan nada”, dijo un investigador judicial; “como resuelven sus cosas entre ellos, no quieren decir nada”, expresó en la misma sintonía un pesquisa de la Policía de Misiones que los conoce bien.

Como si fueran un gueto, una alta fuente de la fuerza dijo -palabras más, palabras menos-: “El problema es que trajeron sus conflictos al centro, donde hay tranquilidad”. Los problemas atañen en principio a dos bandos. Uno es el de la familia Sotelo, mientras que como referente de sus antagónicos aparece Elio “El Garrafero” Castillo (28), hoy con prisión preventiva por el crimen de Casimiro.

Garrafero está señalado como uno de los que generó una lluvia de balas contra tres casas de la manzana 19 del barrio A 3-2 la madrugada del domingo 13 de junio del año pasado. La víctima recibió un tiro en el corazón, mientras que Maximiliano Sotelo (24) también fue herido de bala y estuvo varios días internado.

Marcos David Sotelo (32), el nombre central en esta trilogía, también estaba allí y se salvó de milagro porque se escondió detrás de un árbol. Fue él quien llevó a los heridos en el Ford Ka celeste que quedó registrado en las cámaras el jueves.

Los testimonios de Marcos David y Maximiliano en sede judicial apuntaron directamente a quienes están hoy detenidos con prisión preventiva: Garrafero, Juan Carlos “Pitoka”, Germán “Belco” I. (25) y Diego “Cafú” T.

“Diego Cafú se arrodilló a disparar. Son una banda que se cree la gran cosa, no sé exactamente a qué se dedican. A Diego Cafú le conozco, andan en la droga, pero en la grande. Si vos preguntás, ellos estuvieron presos por robo de autos”, dijo Marcos en una entrevista periodística hace unos meses.

Lo que se reconstruyó sobre esa noche es que antes había habido un conflicto en una fiesta que se estaba haciendo en la casa de Garrafero que involucra por lo menos a Marcos. Sin embargo, los pesquisas creen que eso no pudo haber sido el cortocircuito principal, sino que había un grave conflicto desde antes.

Hablan de un trasfondo ligado al narcotráfico o el contrabando de cigarrillos, posiblemente una deuda, aunque muchos apuestan sus fichas a una mejicaneada de una carga, por el perfil y los antecedentes de asalto de los Sotelo. Incluso algunos señalan a un camión con droga que apareció abandonado, empantanado y con orificios de balas hace unos años.

También se destacó que Maximiliano había salido poco antes de la cárcel por un hecho de robo calificado. ¿No será que lo estaban esperando y era el verdadero destinatario de la agresión?

El que sí estaba preso entonces por una seguidilla de robos calificados es Keko Sotelo, quien hoy lucha por sobrevivir a tres disparos en el Hospital Madariaga luego del tiroteo del jueves. El hombre tiene varios hechos delictivos en su contra y está asociado a una banda presuntamente liderada por un ex policía que simulaba allanamientos para robar.

Al respecto, fue uno de los detenidos por el asalto a una pareja de comerciantes en una vivienda de la calle Vicente Casares, en cercanías de la Placita del Puente en julio del 2016.
En esa oportunidad, un grupo de delincuentes llegó en una Volkswagen Amarok diciendo que eran gendarmes y que estaban allanando, hecho por el cual se llevaron 50.000 pesos y varias mercaderías. Keko cayó en un allanamiento en su casa en A 3-2.

Lo que se reconstruyó hasta el momento es que Keko iba en el asiento de acompañante del ya conocido Ford Ka que ingresó a la avenida Roque Sáenz Peña y se detuvo en medio de la calzada entre las esquinas de Salta y Tucumán, justo enfrente a la parroquia Sagrada Familia.

Allí se bajó y, sin mediar palabras, abrió fuego hacia la plaza del lugar, donde estaba una pareja de un hombre y una mujer. Ambos salieron corriendo, momento en el cual el sujeto también extrajo de sus prendas un arma de fuego y repelió la agresión.

Keko recibió tres disparos, el más grave en el pecho, y llegó al Hospital Madariaga minutos después, llevado por Marcos. Cuando fue abordado por los Policías, éste expresó que su hermano había llegado a su casa en A 3-2 malherido y por eso lo trasladó hasta el hospital, historia que incluso fue avalada por sus familiares cuando una comisión llegó al lugar. Sin embargo, los tiempos no cierran para nada y quedó detenido hasta el viernes, cuando volvió a su casa debido a que la parafina dio negativo. Por el contrario, se comprobó con esta pericia que su hermano sí disparó, por lo que está en UTI con custodia policial.

Marcos señaló a Joel Pereyra (40) y a otro hombre como los responsables de esos disparos, añadieron que ellos mismos lo habían atacado a tiros en su casa en los primeros minutos del miércoles 19 de enero, hiriéndolo en una de sus piernas. En esa oportunidad, los agresores se movilizaban en un Volkswagen Up blanco que, según su testimonio, pasó varias veces por la manzana hasta que bajó el vidrio y se escuchó una ráfaga de nueve tiros.

Pero sólo Pereyra, o al menos sus rasgos, fueron identificados en las cámaras de seguridad, por lo que desde el jueves es intensamente buscado, así como un Chevrolet Cruze en el que habría huido. El hombre reside en Ñu Porá, de donde fue detenido por el crimen de Casimiro el apodado Cafú. Además, también fue señalado como ladero de Garrafero.

Tiene antecedentes penales, destacándose que en su casa incautaron en julio del 2020 el arma reglamentaria de la sargento Romina Rodríguez (35), quien fue asesinada en su casa del barrio Nuevo Garupá el 2 de junio de ese año. El hombre no habría participado del homicidio, pero la 9 milímetros -parte del botín de los asaltantes que le dieron muerte a la funcionaria- llegó a sus manos en los días posteriores.

Con todos estos elementos queda claro el peso de los involucrados y también que esta disputa esté lejos de haber llegado a su fin.

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