Reino Unido: pánico y violencia por la escasez de combustible

El Reino Unido ya atraviesa su sexto día de crisis de combustibles y en las estaciones de servicio ya se empezaron a ver escenas violentas y enormes colas en busca de una gasolina que es insuficiente, ya que no hay suficientes choferes de camiones cisterna. Ante la situación límite, el gobierno británico ya alertó que podría desplegar efectivos militares para calmar las aguas.

El enorme pánico en la población británica viene después de que se difundiera en los medios la escasez de conductores del transporte de carga, que dejaron de llegar al Reino Unido en principio por el Brexit (la mayoría venía de la Unión Europea( y después por la pandemia del coronavirus (Covid-19), que limitó fuertemente la inmigración.

La situación está afectando también a las cadenas de suministro de diversos bienes y servicios, lo que ha dejado las estanterías de los supermercados vacías de algunos artículos y hace temer que haya escasez durante la Navidad, tal como ya está pasando en China.

Preparan militares

El secretario de Transporte, Grant Shapps, intentó transmitir ayer algún viso de esperanza al indicar que hay “indicios tentativos” de que la crisis se calme, aunque admitió que ello “no se reflejará” en la situación actual. De hecho, ya hay hasta 150 conductores de camiones cisterna militares se prepararán para realizar entregas en las estaciones de servicio que se ‘secaron’ debido a las compras de pánico.

Mientras tanto, en lo que en el Reino Unido se llama “compras por pánico”, hubo ayer enfrentamientos y peleas entre automovilistas en las estaciones de servicio de todo el país, de las que se estima nueve de cada diez distribuidoras ya no tienen combustible.

En Welling, al sureste de Londres, un hombre sacó un cuchillo para atacar a otro mientras esperaba dentro del automóvil en una larga fila para cargar combustible, una escena que terminó con el atacante arriba del capó tras ser empujado por el automovilista agredido.

También en una estación de servicio Esso, en la localidad de Sidlesham, cerca de Chichester en West Sussex, al sur de Inglaterra, dos grupos de hombres se enfrentaron violentamente durante la espera, según consignaron algunos medios locales.

Ante este escenario, el gobierno es acusado de no hacer lo suficiente para aliviar la situación y de descartar hasta la posibilidad de que sea el ejército el que brinde ayuda, al menos para cumplir con el abastecimiento de los servicios esenciales como las ambulancias, los automóviles de los médicos y de los docentes.

Para paliar la crisis el gobierno anunció que otorgará 10.500 visas a choferes y trabajadores de camiones en el extranjero, a quienes se les permitirá trabajar en el Reino Unido hasta la víspera de Navidad.