Una recorrida por los puntos calientes de Iguazú

El contrabando en tiempos de fronteras cerradas

El cierre de fronteras potenció y reconfiguró una problemática histórica en Misiones. Lo que ingresa y sale en “aduanas paralelas”. El drama de algunos, los millones de otros
domingo 19 de septiembre de 2021 | 6:08hs.
Por Jorge Posdeley
El contrabando  en tiempos  de fronteras cerradas
El contrabando en tiempos de fronteras cerradas

El lector se preguntará ¿otra vez contrabando? Y sí. Lamentablemente sí.

El contrabando es una de las problemáticas más arraigadas en Misiones. Nadie descubre absolutamente nada con esta afirmación. Es una cuestión histórica, presente en diversos puntos de la provincia y atravesada por una multiplicidad de factores, pero nunca antes por una pandemia, con sus restricciones y sus ya conocidas consecuencias, principalmente, económicas.

Como en todo el mundo, la medida inmediata para contener el avance de la pandemia en Argentina fue el cierre de sus fronteras, luego vinieron las restricciones de circulación y la suspensión de una gran cantidad de actividades. Un combo que generó una crisis casi sin precedentes, en la cual hubo -y aún hay- vencedores y vencidos.

Pero el cierre de fronteras, particularmente, modificó por completo el panorama de Misiones, una provincia con el 90% de su territorio con límites internacionales y con un fluido tránsito vecinal tanto con Paraguay como con Brasil, como características excluyentes. Con esto, no sólo acabó el comercio fronterizo, sino también el constante cruce de personas con familiares o trabajos al otro lado del río.

Todo ello potenció, pero a la vez reconfiguró el contrabando, con sus vencedores y sus vencidos también. Y sobre eso trata este nuevo informe de El Territorio.

De esta forma, lugares donde habitualmente se registraban maniobras de contrabando en “modo hormiga” hoy alcanzan niveles de “aduanas paralelas” -según la opinión de especialistas consultados- con cruce diario de grandes cargamentos de mercadería, por ejemplo. O el servicio de paseros, que ahora hasta se ofrece por redes sociales e incluso existen paquetes armados  cual agencia de viajes para el paso de personas de un país a al otra.

En este contexto, entre los vencedores podrían ubicarse los grandes empresarios detrás de los envíos de convoy cargados de granos que son cruzados ilegalmente y evadiendo impuestos al Brasil a través del río Uruguay, dejando ganancias multimillonarias, corrompiendo fuerzas y exponiendo a los más vulnerables.

Los datos del Ministerio de Seguridad de la Nación marcan un salto gigantesco en relación a años anteriores. Por ejemplo, en el primer semestre de 2021 se hicieron 171 procedimientos de incautación de granos destinados al comercio ilegal en el país, frente los 40 realizados en el mismo período pero en años anteriores.

Sin ir más lejos, hasta agosto la Policía de Misiones llevaba contabilizado más de 85 camiones interceptados por evadir controles tributarios.

Entre los vencidos, por su parte, podría estar Fernando Teles (20), un joven de Puerto Iguazú que hasta antes de la pandemia se ganaba la vida como albañil y a mediados de agosto falleció ahogado en el río, empujado al contrabando por la crisis y perseguido luego por un operativo de la Policía brasileña.

“Mi hijo se dedicaba a la construcción antes de la pandemia, hoy la situación no es la misma que cuando la ciudad estaba bien, antes de aislamiento había plata y obras en todas partes. Mi hijo iba con sus primos y sus tíos a trabajar en las obras, pero cuando todo terminó la única forma fue dedicarse al contrabando. Es horrible lo que tengo que contar, pero no hay muchas opciones de trabajo en la ciudad”, graficó en su momento, con crudeza, la madre del muchacho.

Justamente, Iguazú, una de las ciudades más golpeadas por la pandemia y el freno del turismo internacional, es hoy uno de los puntos más calientes del tránsito fronterizo ilegal, tanto de mercaderías como de personas.

Un equipo de El Territorio recorrió las zonas costeras de Iguazú, en límite tanto con Paraguay como con Brasil, develando las características y mecanismos de los cruces, como así también sus costos: 150 reales cuesta el pase de una persona en canoa, más 30 reales por bulto o equipaje.

Todo ello, sumado también al contexto de la frontera seca con Brasil en zonas de Bernardo de Irigoyen y San Antonio, donde el contrabando de costosos vinos argentinos es permanente y donde los malentendidos en las negociaciones se pueden pagar con sangre, fue relavado, detallado y expuesto en este informe, con estadísticas y voces especializadas. 

 

Informe de domingo

En Iguazú, por 150 reales, se pasa ilegalmente de una costa a la otra

Nando Teles, el joven que se ahogó mientras huía del Ejército del Brasil

El contrabando de soja, un negocio millonario que corrompió a las fuerzas

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