Cotorra número 5

domingo 11 de abril de 2021 | 6:00hs.
Cotorra número 5
Cotorra número 5

La tarde no ayudaba, una llovizna despareja caía con el único fin encomendado que tienen las gotas delgadas. Molestar.

El barro, antes desapercibido, ahora se vestía de actor principal en un césped que se desmaquillaba como el afamado billar que contaban los fundamentalistas del club.

José Marcelo “Cotorra” Kupiaski robó una pelota en medio de un contraataque que amenazaba con ser gol cantado. Emocionado por la arenga del gentío, se fue sacando pecho con el balón y cruzó la mitad de cancha con las cejas enarcadas como si estuviera su foto en la terna del Martín Fierro.

A su cruce heroico salieron con los tapones de punta los mellizos Pernalongo, que tenían fama de hacheros y jamás habían talado un paraíso.

Cotorra evade a uno con un quiebre de cintura digno de un enganche jujeño, pero al otro no supo escaparle y como quien recibe la noticia del patalana se dio cuenta que medio botín del mellizo Carlos Pernalongo estaba haciendo estragos en su canilla derecha.

El “uhhhh” de la gente, luego el silbato del referí, la tarjeta roja y posterior amontonamiento de jugadores reclamando al árbitro, jugadores levantando a Cotorra, jugadores discutiendo a saliva danzante el patadón del mellizo, hicieron del encuentro un cholulaje olvidable como asado quemado.



Hubo tarjetas amarillas por las protestas y algún que otro empujón. Pero el tiro libre frente a la medialuna del área se hacía sí o sí. Cotorra, ya recuperado toma el balón y lo acomoda, manos a la cintura miraba el ángulo lejano del arquero mientras que éste acomodaba la barrera a los gritos “¡¡Pipa Pipaaaaa!!!, izquierda Pipa!!!”.



Kupiaski comenzaba a pensar si entraba el gol como lo iba a festejar, si se besaba el antebrazo, si se tiraba contra los carteles, si hacía algún bailecito de barrio...



En toda esa nebulosa imaginativa, el número 10, el enganche, el poeta, el hábil “Guirnalda” Borreza, levanta el esférico, besa el cuadro donde está el pico y lo vuelve a posar (de manera diferente) en el suelo embarrado.

Cotorra lo miró como quien se encuentra con la suegra en tanga, pero Borreza ni reparó en mirarlo siquiera, tiró un escupitajo a 4 metros de distancia como preámbulo de lo que sería aquel envío lleno de magia pagana que cual cometa endiablado se metería en el arco contrario.

Kupiaski, lejos de resignarse se acerca al árbitro y le dice “espero el silbato jefe” y corre la pelota un poco más atrás, la pisa con el botín comprobando si estaba bien inflada la bocha.

- ¿Qué hacés Cotorra? dijo Guirnalda uniendo las cinco yemas de su mano derecha

- Y a vos que te parece, estoy por patear. Contestó Kupiaski.

- No Cotorra, vamos perdiendo 1 a 0, acá lo empato.

- El foul me lo hicieron a mí, lo pateo yo, y si te fijás en mi brazo derecho ahí está la cinta de capitán.

-La cinta de capitán te sirve para elegir si sacamos o elegimos cancha, los tiros libres lo pateo yo, así que correte. Dijo Guirnalda y le dio un leve empujoncito en el pecho al capitán y señor número 5.

-Con esa cinta de capitán me levanté a tu hermana. Dijo Kupiaski y se puso en guardia.



-Bueno van a patear el tiro libre o quieren que postergue la fecha para el domingo que viene. La paciencia del árbitro demostraba ausencia en la llovizna.

-Cobre nomás que yo pateo... y a mi hermana siempre le gustó la carne de chancho. Dijo el número 10.



El árbitro se acerca a la barrera, corrige a gritos a los jugadores que querían adelantarse a la línea hecha con lanza nieve. Hizo sonar el silbato y Guirnalda salió despedido a patear el tiro libre, mientras, Cotorra rezaba internamente que vaya a la tribuna el disparo.

A continuación, fragmento del relato ecuánime del viejo y querido tano Anacleto Relatutti.



“Ataca Atlético Andresito, esto es gol señores, si la hacen bien es gol, se la lleva el Colo Feltran, ¡¡¡pero Cotorra!!! Cotorra en el medio campo rescata la pelota con una jerarquía de selección, avanza Kupiaski poniéndose el equipo al hombro, ahí va Cotorra, le salen al cruce los mellizos, ¡Cotorra que engancha, foul! ¡¡Ah no!! ah NO!! Señor Ramírez esto es roja y limpieza de vestuario con un cepillo de dientes, así no se puede jugar. Kupiaski se revuelca en el barro como si le hubieran extirpado un riñón sin anestesia. Se va expulsado Carlos Pernalongo y lo de siempre, empujones, tumulto de jugadores, es el fútbol de hoy señores. Seguimos por AM 3030 “pasión por la globa”, Atlético Andresito pierde 1 a 0 contra Trincheras FC. En medio de esta llovizna desagradable, el árbitro al fin decide que se patee el tiro libre. Pareciera que hubo una leve discusión entre Cotorra y Guirnalda, pero lo cierto es que Borreza se quedó con la posición para el disparo.

La barrera logra que Ramírez se saque la garganta a gritos para que respeten la distancia.

Suena el silbato, ¡se adelanta Guirnaldaaaaaa se resbaló! se resbaló Guirnalda!, Cotorra aprovecha el error y corre como un tren hacia la pelota, le pega con la fuerza que lo caracterizaaaa, ¡¡¡Cotorra... COTORRA!!!, vos sos número 5 hermano, lo tuyo es manejar el medio campo, quedate ahí Cotorra, para colmo de males es la única pelota en esta cancha, dónde están los dirigentes en este momento. Algún techo ahora mismo debe estar muerto de la risa sosteniendo la pelota del encuentro. Ah, lo que faltaba, se pelean a puño limpio Cotorra y Guirnalda, nadie los separa, tampoco la pavada muchachos, es un tiro libre, pelean como si fueran cuñados, déjense de embromar, Ramírez ni se te ocurra separar a estos dos locos, te va a quedar la trompa como una flor. Así es esto queridos amigos que escuchan por AM 3030, “pasión por la globa”. Y ustedes chicos que siguen esta transmisión, se los dice un viejo, cuando llueve, mejor quedarse en casa”.

El relato es parte de “El libro de la pieza oscura”. Joves es oriundo de Oberá y reside en Posadas. Fue seleccionado por la Editorial Dunken para una antología.

Alejandro Joves

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