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Mil personas coparon la calle para pedir justicia por Víctor en Santa Ana

miércoles 28 de agosto de 2019 | 6:01hs.
Mil personas coparon la calle para pedir justicia por Víctor en Santa Ana
Mil personas coparon la calle para pedir justicia por Víctor en Santa Ana
Carlos Cardozo

Por Carlos Manuel Cardozo fojacero@elterritorio.com.ar

Más de mil personas salieron a la calle ayer para pedir justicia por el asesinato Víctor Fernando Márquez Dos Santos (16), quien fue ultimado el fin de semana en la localidad de Santa Ana. Con carteles, cánticos y palmas, la población marchó desde la plaza hasta la comisaría local. 
Además de reclamar por un pronto esclarecimiento del hecho, muchos vecinos solicitaron más móviles y presencia policial. Al respecto firmaron un petitorio que fue elevado a las autoridades policiales locales y que será entregado, dijeron, al Ministerio de Gobierno de la Provincia. 
“Estamos convocados para pedir justicia porque estamos muy tristes con lo que ocurrió. Queremos que se dé con la persona que hizo esto, que no caiga ningún perejil”, señaló Griselda Avellaneda, una de las presentes. “La Policía tiene muy poco personal acá, no ha tomado la dimensión del crecimiento de la población de este pueblo”, agregó otra vecina, Marta Martis. 
Verónica (25) expresó que la situación es “desesperante porque es la primera vez que pasa esto acá. Yo tengo hermanos de la misma edad -que la víctima- y por eso me sumé para pedir justicia por todos. Yo no lo puedo creer, estamos tratando de entender”. 
Todos los entrevistados coincidieron que están con miedo y señalaron que ante este homicidio no quieren salir a la noche o dejar a sus hijos que hagan actividades normalmente, como ocurre en los pueblos. “Acá hay focos muy calientes y otras fuerzas deben ayudar”, expresó otra de las presentes. 
“Somos un pueblo chico, con familias que viven hace muchos años. Santa Ana era un pueblo muy tranquilo donde todavía usábamos de dejar la llave puesta en los autos y las casas abiertas, pero últimamente esto ya no ocurre. Lo que pasó nos tomó con gran sorpresa, porque sobrepasó todos los límites”, describió Carina Gómez Pieres, docente en la escuela a la que asistía el joven asesinado. 

Habló el jefe de Unidad
Frente a la multitud, el comisario mayor Humberto Rodríguez, jefe de la Unidad Regional XIII de San Ignacio, manifestó que “la Jefatura de la Policía de Misiones puso a disposición todas las herramientas y divisiones que están abocadas a la tarea investigativa del hecho. Quédense tranquilos que el hecho lo vamos a esclarecer.” Agregó que están trabajando sobre pistas firmes bajo directivas del juez Fernando Verón y que “van a ir detrás del autor del hecho”. Esto último en referencia a los pedidos de que no se detenga a personas sin las pruebas suficientes. 

La investigación
Como viene informando este medio, el asesinato del adolescente Víctor Fernando Márquez Dos Santos (16) ocurrió durante la madrugada del último sábado, en una calle terrada frente a la Escuela de Comercio 10 de Santa Ana. Al joven lo mataron de un balazo 9 milímetros cuando estaba de rodillas, según reconstruyó la autopsia. 
Si bien nada puede descartarse al momento y son varias las líneas investigativas, hasta ahora la principal hipótesis de los investigadores policiales es que su muerte ocurrió en medio de una trama narco. Al detalle, se cree que el joven estaba incursionado en la venta al menudeo de estupefacientes y esto le generó conflictos. 
El teléfono de la víctima -comprado recientemente- no fue hallado, por lo que todo indica fue llevado por el o los asesinos. Ya se pidieron los informes pertinentes a la empresa telefónica. De todas formas, los pasos del joven fueron reconstruidos hasta las 22, debido a que a esa hora Víctor tenía que darle los medicamentos a su padre. Su última conexión de WhatsApp, en tanto,  se dio antes de las 3.
Por otro lado, la versión sobre unas amenazas de una ex pareja de una joven con la que tenía una relación está casi descartada. 
Efectivos policiales de la Dirección de Homicidios e Investigaciones Complejas, en colaboración con dependencias locales, avanzaron sobre más pistas y testimoniales ayer y anteayer, aunque no hay mayores elementos al momento. La lupa se centra por ahora en su entorno, más que en bandas que se disputan un terreno de acción.“Puede ser que le querían dar un susto y se le fue la mano”, especuló un investigador.

El contexto
Más allá de eso, Santa Ana fue señalada como “muy jodida”,  por el tráfico de estupefacientes y mercaderías de contrabando. El problema es que “todos saben todo, pero cuando preguntás no saben nada”, señalaron fuentes de Prefectura Naval Argentina y la Policía de Misiones consultadas . Esto en relación a las complicaciones que se presentan a la hora de investigar los delitos federales y este homicidio en particular, respectivamente. 
Al respecto, se señaló que muchas personas y sobre todo jóvenes son utilizados para el traslado de los cargamentos una vez que ingresan al país desde Paraguay por el río Paraná y por esta razón el aporte a los investigadores es muy poco. La pesquisa, en este sentido se encuentra trabada, pero seguirán insistiendo. 
De todas formas, no deja de sorprender el homicidio del joven, casi con sello mafioso. No hay antecedentes de que la violencia llegue a estos niveles. 
El caso más cercano que fue relacionado con esta problemática ocurrió hace exactamente dos meses, en el barrio 49 Viviendas, cuando el vehículo de un prefecturiano se quemó por completo. El oficial ayudante de 24 años escuchó ruidos a las 3 de la madrugada y cuando salió afuera su Peugeot 208 ardía.
El fuego avanzó casi en la totalidad del vehículo pese a que los Bomberos Voluntarios sofocaron las llamas. El joven denunció que se trataba de un hecho intencional e incluso aportó pruebas a los investigadores, pero no se informó sobre sospechosos detenidos. 
Un dato que alimenta esa teoría es que el lugar donde se concretó el crimen, sobre la calle Vicente Rinaldi -a media cuadra de la avenida San Martín- es considerado por los pobladores como neurálgico para los negocios ilegales. 
“En esa esquina se hacen transas, los negocios criminales del pueblo se concretan ahí y las autoridades saben perfectamente eso”, aseguró un poblador que no quiso revelar su identidad. 
En contrapartida, familiares y cercanos señalaron que “era un muchacho bueno, estudiaba, iba a la iglesia y rapeaba en nombre de Jesús. No era de salir. Era disciplinado y gozaba de un buen concepto. Es imposible que se haya relacionado con eso, por eso creemos tiene que haber otro trasfondo detrás de este caso y lo vamos a descubrir.”