La huerta, trabajo paralelo a las clases convencionales

martes 26 de febrero de 2019 | 1:00hs.
La huerta, trabajo paralelo a las clases convencionales
La huerta, trabajo paralelo a las clases convencionales
Mauro Parrotta

Por Maricela Rotela interior@elterritorio.com.ar

En las distintas estrategias de enseñanza no hay límites y la Escuela 835 de la ciudad de Posadas es un claro ejemplo. El establecimiento, que cuenta con jornada extendida, dicta una serie de talleres y uno de ellos es la puesta en marcha de un criadero de lombrices californianas tanto con fines educativos como comerciales.
“Los maestros preparan talleres alternativos, creativos que ayuden en la parte de las materias que los chicos tienen dificultades que generalmente son lengua y matemática. Los talleres por lo general están enfocados en que los alumnos puedan asimilar estas materias de distinta manera, por ejemplo, en el Taller de Jardinería trabajan con medición, estudian el terreno, ven el crecimiento de las plantas, variedades y la estadística en cuanto crecimiento y tiempos para la plantación y también la confección de narraciones y oraciones en relación con el trabajo que están realizando”, remarcó en diálogo con Acá te lo Contamos por Radioactiva la directora del establecimiento, Laura Morínigo.
Además, sobre el trabajo que se realiza en las huertas, la directora comentó que los productos son utilizados en el almuerzo de los chicos, “después seleccionan los residuos con las cáscaras de las verduras para comenzar con el abono. Lo que nos dimos cuenta es que la tierra era muy tosca, porque estaba muy compactada y cuesta el trabajo en la huerta, necesitábamos por otra parte el abono y cuesta comprar, fue ahí que pensamos esta posibilidad”.
“Siempre pensamos en el rédito económico para la institución porque se necesita mantenimiento y con todo lo que eso conlleva tenemos que ver la estrategia para conseguir todos los elementos. Pensamos en que sirva para embellecer la escuela, para nuestra huerta que va a ser utilizada en los almuerzos y que también los chicos tengan una visión para tener una salida laboral en contacto con la tierra y la naturaleza”, remarcó.

Trabajo en equipo
Morínigo manifestó que los niños necesitan realizar distintos trabajos para de alguna manera escapar de la realidad en la que viven: “Los alumnos pertenecen a barrios carenciados y vienen a la escuela con problemas de drogas, de maltrato, otros con sobreedad y este es el momento de contenerlos, de que se animen, que trabajen”.
“Siempre son ellos los que piden notas para pedir a los viveros plantas para embellecer la escuela, traían las palas desde su casa y nosotros queremos tener fondos disponibles para invertir en el trabajo de la huerta, es muy lindo ver el entusiasmo de estos chicos, de sentirse importante formando un grupo de trabajo que van rotando cada dos meses”, detalló.
“Durante el receso de verano  -añadió- se fueron turnando para llevar los alimentos a las lombrices, además conseguimos que una familia viniera a quedarse en la escuela para que no sucedan cosas como acostumbrábamos en años anteriores, después los alumnos también, el personal de servicio, fue un trabajo totalmente programado en cuanto las fechas”, aclaró.

Lombrices californianas
Ramiro López, técnico y especialista en compostaje, describió en qué consiste la tarea que llevan a cabo los alumnos: “El compostaje es una actividad linda que se aprende sobre clasificación, porque no toda materia orgánica sirve, no cualquier lombriz sirve, se utilizan las californianas por las características que tienen. Hay que preparar el terreno, ver qué se les da de comer, es un trabajo lindo porque aparte los chicos aprenden a cuidar el medioambiente”.
“El compostaje es pasar de tener ya sea cáscaras de verduras, pasto u otras cosas a tener un mejorador de suelo, no llega a ser abono pero es un mejorador de suelo. Si tenemos un suelo que no es muy fértil, le vamos tirando materia compostada que se ve como tierra negra y ésta tiene más nutrientes, propiedades físicas, entre otras”, explicó.
El especialista indicó que la lombriz californiana tiene la capacidad de reproducirse rápidamente, no le genera estrés el estar hacinada y tiene mucha capacidad de consumo y esa es la mayor diferencia que tiene con la miñoca, “que es la que tenemos acá y que si se ponen muchas juntas, se estresan y comienzan a enfermar”.
“Los chicos reaccionaron bien con este trabajo, por ahí primero no las querían tocar, pero después se prendieron, les gustó. Próximamente queremos comprar composteras de plástico que se utiliza para otro producto que es para regar las plantas y así seguir creciendo con este trabajo”, finalizó.