Comenzó a funcionar la fábrica de quesos en Pozo Azul

La cuenca lechera es un anhelo que se torna realidad después de varios años de esfuerzo y compromiso por parte de los productores que forman parte de la Cooperativa  Agropecuaria y Forestal de Paraje Polvorín, en Pozo Azul. Con la planta industrial montada, realizaron con éxito la primera prueba y aguardan el segundo desembolso por parte del Programa para el Desarrollo Rural Incluyente (Proderi), a fin de ejecutar la etapa final y poner en pleno funcionamiento la industria. 

Para poner en marcha el significativo proyecto, que viene a poner en valor la producción lechera y la labor de la mujer en el campo, los socios realizaron un enorme sacrificio para que los fondos financiados -que en parte ya fueron desembolsados- sean suficientes para la compra del equipamiento considerando la inflación, que les jugó en contra. Sin embargo, supieron redoblar horas de trabajo para concluir la primera etapa, que consistió en la construcción de la sala industrial y el equipamiento.

El proyecto en una primera instancia beneficia a 30 familias y serán cinco las personas que se ocuparán del proceso de elaboración de cuatro tipos de quesos. 

Que en la primera prueba todo haya trascurrido de forma perfecta resulta sumamente importante para los socios. “Fue una fase de mucho esfuerzo tanto de los socios como de los técnicos de la Secretaría de Agricultura Familiar de Nación, que brindaron la tan necesaria asistencia técnica. Cuando salieron los primeros quesos, sentimos un alivio, porque fue muy sufrido, muchas puertas golpeadas para llegar hasta esta etapa. Ahora estamos con ansias esperando el segundo desembolso, que sería destinado para la compra de una camioneta”, indico a El Territorio Erico Senger, desde la cooperativa de Polvorín.

Este utilitario es fundamental para el correcto funcionamiento de la cuenca, porque será empleado para la recolección de la materia prima de los tambos de los socios, que brindarán los litros necesarios de leche para la producción. 

En este punto existe una enorme preocupación porque temen no poder adquirir el móvil adecuado por el aumento de los precios, y requieren un monto un 10 por ciento superior al del segundo desembolso. 

“Estamos más que agradecidos por la financiación de nuestro proyecto, pero esperamos que en lo posible revean lo de la compra de la camioneta, sería muy triste poder llegar tan cerca y quedar sin dar una respuesta concreta a esas familias llenas de esperanza en cambiar el futuro de sus hijos misioneros”, señaló con inmensa preocupación Senger. 

Los socios aportaron la mano de obra y una parte de los materiales de construcción. Y el Proderi financió los recursos para las aberturas, terminaciones, electricidad y equipamiento, mientras que por parte del programa Creer y Crear consiguieron otra parte de materiales y algunas de las maquinarias.