2021-11-30

Oberá: el avance del delito y el vandalismo por consumo

Hace tres semanas, Blanca Smal (22) denunció que desconocidos desvalijaron su casa, en el barrio Gunther, de Oberá. La joven cría sola a su hija y trabaja en tres casas como doméstica para poder mantenerla.

Según la damnificada, los autores del hecho serían jóvenes del mismo barrio que delinquen para sostener sus vicios.

“La marihuana ya es como el cigarrillo común, y lo que hay cada vez más es el jale de pegamento. Es impresionante cómo los chicos están con eso. Roban para comprar el pegamento ese que jalan”, comentó la joven.

El pasado 17 de noviembre, don Carlos Alberto Núñez (76) y su esposa Mercedes González (72) fueron víctimas de un violento asalto en kilómetro 10 de Oberá.

El hombre sufrió múltiples lesiones, ya que los delincuentes no se conformaron con amarrarlo de pies y manos, sino que usaron una cadena para amordazarlo y arrastrarlo, lo que lastimó su boca.

Cuando la Policía inició la investigación del hecho varias voces apuntaron a un grupo de jóvenes conocidos por el consumo de drogas y bebidas alcohólicas, quienes intimidan y roban a vecinos de la zona. Horas después detuvieron a uno y recuperaron una motoguadaña de Núñez.

Y la situación del consumo de drogas y la violencia que muchas veces trae aparejada se prolonga por la gran mayoría de los barrios obereños.

Por su parte, Carlos Acuña, presidente del foro de seguridad de Villa Kindgreen, trazó un duro panorama. “Duele mucho reconocer que en nuestro barrio la droga ganó por goleada. Nuestra plazoleta fue tomada por los que venden y los que se drogan. Y con la droga casi siempre está el alcohol y ahí es un descontrol absoluto. Es increíble al grado de impunidad que llegamos, donde los chicos no pueden jugar porque los faloperos se adueñaron la plazoleta. Los chicos ni vienen, tienen miedo”, lamentó.

En diálogo con El Territorio, el reconocido dirigente vecinal obereño se mostró abatido por el cuadro de situación que impera en su barrio y zonas aledañas, como Villa Blanquita, donde las sustancias ilícitas y la violencia también hacen estragos.

“La verdad que siento mucha impotencia y mucha bronca. Con la comisión hicimos grandes esfuerzos para construir la plazoleta, pero después vienen y destruyen cada ladrillo que ponemos. Es zona liberada”, indicó.

Restos de botellas de vidrio, latas de cerveza y blísters de pastillas componen el desolador paisaje de los alrededores de la plazoleta, un ámbito impensado para el sano desarrollo de los niños.

El reclamo del referente vecinal de Villa Kindgreen coincide con el pedido de dirigentes de otros barrios, donde proliferan las drogas y el delito está en alza.

Según datos de la Pastoral de Adicciones, dependiente del Obispado de Oberá, las drogas no sólo hacen estrago en la ciudad sino que ya llegaron a las colonias rurales.

 

Preocupan los crecientes delitos asociados al consumo de droga Pedra, la que somete a los jóvenes en Puerto Iguazú

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