“Ahora él es mi mundo, mi centro, todo gira alrededor de él”

domingo 09 de febrero de 2020 | 5:00hs.
“Ahora él es mi mundo, mi centro, todo gira alrededor de él”
“Ahora él es mi mundo, mi centro, todo gira alrededor de él”
María Elena Hipólito

Por María Elena Hipólito sociedad@elterritorio.com.ar

Andrea Núñez (41) siempre consideró que la base de una familia está en el amor, en el respeto y en el cuidado mutuo. La maternidad estuvo entre sus proyectos desde la adolescencia pero nunca llegaba la persona con la cual hacer realidad ese sueño y tomó la decisión de hacerlo sola. Fue así como llegó Alejandro (2) a su vida para cambiarla por completo.
“Soy de las que se crió con las películas de Disney y el príncipe azul no llegaba y en un momento decidí tomar responsabilidad por mi deseo; yo quería una familia y no era necesario que llegara el príncipe azul o del color que sea. Si quería, lo podía hacer”, cuenta Andrea, que abrió las puertas de su casa, ahora llena de juguetes, a El Territorio.
El proceso de adopción de ‘el Ale’ -como lo llama- se inicia en 2017 cuando Andrea se inscribe en una de las oficinas que tiene el Registro Único de Aspirantes a la Adopción Misiones (Ruaam) en el centro de Posadas. No obstante, con ella se da un caso excepcional por la rapidez con la que se sucedieron los procesos de la adopción.
Así lo relata: “Me llamaron el 23 de julio de 2018 para decirme que había un bebé, yo me había anotado pidiendo una criatura hasta los 3 años, sin elegir sexo, y aceptaba a uno con alguna enfermedad transitoria y por eso me llamaron. El 31 volví a una entrevista con la jueza de Eldorado y llega la familia y lo entrega porque no lo podía tener más”.
Y continúa: “Me preguntan si lo podía llevar ahí en ese momento y dije que obvio. Entonces con mi bebé en brazos terminamos de hacer los papeles, me subieron al colectivo con sus bolsitas. Temblaba de la emoción y del miedo de que se despierte y no sepa quién soy. En San Ignacio se despierta, me mira y me hace un sonido con la boca. Ahí ya supe todo”.
Alejandro tiene un retraso motriz y por ello a sus dos años aún no camina. Gracias a las sesiones de kinesiología y las clases de natación ya gatea y se anima tímidamente a pararse cuando encuentra algo firme para sujetarse. Es por esto que fue diagnosticado prematuramente con autismo, pero ya fue descartado por los profesionales que lo tratan.
“Al mes de nacer se tuvo que apartar de la mamá, estuvo en un hogar de Montecarlo porque nació en esa localidad. Y en el hogar, si bien le dieron de comer y lo cuidaron, no hay una persona que lo esté motivando o estimulando. Hasta los 8 meses estuvo ahí y un mes con una familia que lo alojó un tiempo y lo llevó a las sesiones de estimulación temprana porque no se movía”, recuerda Andrea.
“Llegamos a ser familia cuando tenía casi 10 meses y ahí empezó todo, como siempre digo, mi ombligo salió de lugar, ahora él es mi mundo, mi centro, todo gira alrededor de él”, añade feliz.
Alejandro tiene cuatro hermanos, todos ellos institucionalizados. Los dos varones ya son mayores de edad y Andrea no sabe nada de ellos. No obstante, sí mantiene una buena relación con las dos adolescentes, que fueron adoptadas por una familia de Buenos Aires.
“Las nenas estaban en el mismo hogar que Ale y fue muy duro para ellas cuando las adoptaron porque pidieron que él vaya con ellas pero la familia no se sentía capaz y por eso es que estamos vinculados. Por suerte hay una parte de su historia que le van a poder contar ellas”, se alegra Andrea.
Sentados en una alfombra llena de colores y juguetes desparramados, Ale balbucea “mamá”, y Andrea no puede evitar sonreír. Pero el pequeño no se ganó sólo su corazón sino el de la cantidad de tíos, primos y abuelos que tiene ahora, hasta de Cacique y Pitanga, los perros que entre pasada y pasada le regalan un lengüetazo amistoso.
Andrea prepara desde ahora a Ale para cuando llegue el momento de contarle la verdad porque la mayor responsabilidad que tiene como madre es ser una mejor persona para transmitirle esos valores a su hijo.
Así lo reflexiona: “Creo en una vida anterior y siempre le digo que desde antes de nacer sabíamos que yo iba a se su mamá y él iba a nacer de otra pancita pero iba a ser mi hijo. Es importante que él sepa su historia y pueda ir a buscar sus orígenes si lo necesita”.