Abandonaron su patria y hoy son los mejores alumnos de la escuela

Mi padre solía decir que no cambiaría Argentina por ningún país. Él, como otros, llegó escapando de una dictadura. En estas tierras trabajó, estudió, se casó, tuvo descendencia, amó profundamente la cultura nacional. Pero por sobre todo experimentó el aire a libertad. Por mi parte siempre sentí orgullo por la apertura hacia “todos los hombres que quieran habitar el suelo argentino”. La misma que experimenté al escuchar a la madre de Sara al contar sobre el exilio. Eso de dejar la tierra de uno para incorporarse a una nueva realidad es también en parte dejar de ser lo que se era y transformarse en otro. Adonai y Sara no vienen a sacarnos nada. Vienen a dejarnos sus modos de ver y concebir el mundo. En esas diferencias es que buscamos similitudes y complementos. Y se hace actual, una vez más, la canción que entonaba Moris: “ayer nomás, en el colegio me enseñaron que este país es grande y tiene libertad”.