Ponen fin a una estremecedora historia de violencia de género

jueves 06 de junio de 2019 | 6:00hs.
Ponen fin a una estremecedora historia de violencia de género
Ponen fin a una estremecedora historia de violencia de género
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

Solamente tres días pasaron de la última marcha del #NiUnaMenos para que en Posadas el flagelo de la violencia contra las mujeres vuelva a mostrar su peor cara con otro grave caso en el cual una madre llegó a permanecer 12 horas encerrada y amenazada por su ex pareja, quien la asediaba y maltrataba desde hace un largo tiempo.

El reciente hecho tuvo lugar entre la noche del lunes y el mediodía del martes en el barrio A-4, aunque todo recién se supo ayer, cuando la mujer pidió ayuda a la Policía para volver a su casa.

Y la intervención policial no fue para nada sencilla, ya que al llegar al lugar se encontraron con el hombre armado y dispuesto a oponerse al procedimiento a como dé lugar. Muestra de ello fue que alcanzó a apoyarle el arma en el cuello a un uniformado e incluso lo despojó de su pistola reglamentaria. 

Madrugada de terror

De acuerdo a lo que pudo reconstruir este matutino, el violento se llama Jorge Gastón F. (35) y desde hace un largo tiempo asedia a su ex pareja -con quien tuvo ocho hijos-, pero en las últimas horas llevó la situación al extremo.

Fuentes consultadas señalaron que el último episodio comenzó el lunes a la noche, cerca de las 23, cuando el implicado llegó a la casa en la que convivía con la víctima en completo estado de drogadicción y en compañía de un amigo con el cual se instalaron a beber en la vereda del inmueble. 
Allí permanecieron durante algunos minutos, hasta que el sujeto le llevó a su amigo a su casa, pero al cabo de aproximadamente media hora volvió y desató una madrugada de terror para la mujer, quien también tiene 35 años y su identidad se mantiene bajo reserva por la delicadeza del caso.

En la denuncia radicada con posterioridad, la mujer expresó que al regresar, el hombre entró a la casa y manipulando cuchillos y portando además una botella de vidrio comenzó a recorrer el inmueble en forma amenazante y en busca de un sujeto que supuestamente había visto detrás de la casa, cuando en realidad no había nada.

La damnificada recordó que estuvo aproximadamente nueve años en concubinato con el ahora detenido, pero que éste luego cayó en las drogas y se convirtió en adicto al paco, lo que lo tornó agresivo, maltratador y con escenas de delirio, como en esta oportunidad. 
La denunciante continuó contando lo sucedido esa madrugada. El hombre siguió revisando cada sector de la casa, abriendo ventanas, roperos y levantando colchones en busca de esa supuesta persona que adujo haber visto.

Y lo peor vino después, cuando el sujeto decidió encerrarse junto a la mujer y al bebé de ambos en una pieza, donde incluso revisó el pañal del menor y le desnudó a ella para revisar sus partes íntimas.

Como si todo eso fuera poco, después juntó a la muchacha y a todos sus hijos en una misma habitación y los dejó encerrados, trancando la puerta desde afuera con un ropero. “Sólo nos trajo un balde por si queríamos orinar”, se detalla en la dramática denuncia. 
Así permanecieron las víctimas hasta el martes al mediodía, cuando la mujer comenzó a rogar para que los dejara salir porque los chicos tenían hambre, aunque obtuvo respuestas negativas y sólo fue liberada para calentar la comida. Luego volvió al encierro.

Finalmente, después de varios minutos, el hombre depone de su accionar y le dijo a la mujer que junte todas sus cosas para irse del lugar. Fue en esa instancia que ella tomó a sus hijos y se refugió en la casa de una familiar, hasta que acudió a la Policía a pedir ayuda para recuperar sus pertenencias que habían quedado en el inmueble. 

Intervención tensa

La intervención policial se hizo efectiva ayer al mediodía y también estuvo cargada de tensión y drama. 
Es que cerca de las 12.30 los efectivos de la Comisaría de la Mujer de Itaembé Miní se dirigieron a la vivienda en cuestión, dando cumplimiento a lo ordenado por el Juzgado de Familia que tomó conocimiento del hecho.

Una vez en el lugar, uno los efectivos ingresó al inmueble para verificar si el hombre continuaba allí y al revisar una de las habitaciones se encontró con el sujeto oculto entre frazadas.

Al constatar que se trataba del violento denunciado, lo intentaron aprehender pero el sujeto extrajo de su campera un revólver con el cual amenazó a los efectivos y el grado de la amenaza fue tal que en determinado momento logró apoyarle su arma de fuego en el cuello al primer uniformado que ingresó a la casa.

De esa forma, el sujeto llevó al policía hasta la puerta e incluso alcanzó a quitarle su arma reglamentaria, pero el uniformado allí inició un forcejeo a partir del cual pudo reducir al violento y despojarlo de su revólver, pero no así de la pistola por lo que nuevamente se trenzaron.

Fue en esa instancia que el policía mordió al sujeto y éste emprendió una fuga por la parte trasera de la vivienda, por lo que los uniformados irradiaron la alerta a las demás dependencias de la zona y en un operativo cerrojo lograron capturarlo.

Allí se iniciaron los procedimientos de rigor y en el lugar se secuestró el arma que tenía el violento en su poder: un revólver marca Italo.
El sujeto quedó detenido y a disposición de la Justicia, mientras que la mujer continuó recibiendo asistencia del gabinete multidisciplinario de la fuerza provincial y especialistas de las Línea 137. 

Golpes y ataduras, los antecedentes

Lo sucedido ayer no fue el único hecho de violencia sufrido por esta indefensa madre, sino que los episodios de este tipo se venían registrando desde hace tiempo. Según indicaron fuentes consultadas por este medio, un último antecedente se dio hace dos meses, cuando el hombre pidió que la mujer le acompañe hasta Garupá. En su denuncia la mujer recordó este episodio y señaló que primero fueron hasta la casa de una hermana del sujeto, donde tomaron un motocicleta y fueron hasta un campo de la zona. Ahí empezó el calvario. El hombre montó una escena para bajar del rodado y de repente tomó del cuello a la mujer con un cinto y la arrojó al piso. La víctima señaló que el sujeto quería un chip de teléfono y ella en primera instancia se negó, por lo cual fue maniatada de pies y manos con un cable y cinta negra. Ella suplicó que no la hiciera nada, pero la respuesta fue escabrosa: "Ya no me importa nada. Si yo te tengo que matar, te voy a matar no más. Nadie va a encontrar tu cuerpo".Fue luego de eso que ella cedió, le prometió que iba a hacer todo quería con tal de que no la haga daño y desde allí la mantuvo amenazada constantemente.