Invisibles
- Buen día señora, ¿me compra naranjas? Por dos mil le doy la bolsa, tengo tres docenas.
El joven, menos de 20 años, está parado en el portón de la casa. Luce desaliñado. Sus ropas están sucias. Calza unas ojotas rotas, los pies están negros; de la tierra y de los días que acumula sin lavarse. Pero lo que más impresiona es su mirada: triste, vacía.
La vecina entra a la casa a revisar su billetera para ver si le queda dinero. En un rincón de la cocina ya hay una bolsa con naranjas, probablemente del día anterior.
Regresa con los billetes en la mano. -Aquí está la plata, hijo -le dice y le da los 2 mil pesos-. La bolsa de naranja cambia de manos.
- Son chicos acá del barrio. Adictos a la pedra. Todos los días pasan a vender algo.
- Es muy barata la naranja ¿de dónde la sacan? -pregunta el hombre que está circunstancialmente en la casa-.
-Del monte, de las plantas que crecen entre los pinales o directamente las roban. Son agrias, solo sirven para jugo. Pero no puedo dejar de ayudarles. Son buenos chicos, nunca nos hicieron nada. Pero están así, como usted los ve, y me dan mucha pena.
La situación se dio en un barrio de Montecarlo. Pero se repite en muchas localidades de Misiones. La adición a sustancias ilícitas es un drama que no se detiene, y en chicos tan jóvenes, es una tragedia.
En los sitios web oficiales no hay. No abundan datos actuales sobre Misiones en los sitios web oficiales. Los últimos cargados corresponden al 2020, una encuesta que hizo el Sedronar en el instituto correccional de menores de Posadas. El 49,3 por ciento de los chicos encuestados admitió consumir drogas ilícitas: marihuana el 24,7 por ciento; cocaína el 12,3 por ciento; tranquilizantes 6,2 por ciento; otras sustancias 3,7 por ciento y crack y pedra el 2,4 por ciento. El 51 por ciento de los chicos encuestados aceptaron que comenzaron a consumir entre los 12 y los 14 años, lo que muestra claramente una edad crítica, entre el fin de la primaria y el inicio de la secundaria.
De ese dato va a atado la siguiente respuesta. El 45,7 por ciento de los encuestados no terminó la educación primaria y el 42.9 no concluyó la educación secundaria.
El informe de Drogas Peligrosas de la policía de Misiones (2020) confirma estos datos y amplía con números preocupantes, de allí estos dos párrafos.
"En lo referido a las edades de los pacientes atendidos, en los centros de toda la provincia, se puede observar que la edad de comienzo de consumo de sustancias adictivas se registra a los 12 años de edad, representando un porcentaje muy elevado comparado al total de la población, siendo de un 11%, pudiendo considerar que el inicio pudo haber sido con anterioridad al arribo a los Centros. También se puede observar que, entre la pre adolescencia y la adolescencia extendida hasta los 26 años, se producen el mayor registro de pacientes, representando el 46% del total de la población".
- ¿Y dónde consigue la droga?, pregunta el foráneo.
- Está en todos lados -dice la vecina- Acá mismo en el barrio, allá en el bajo. En todos lados… -agrega y se calla-.
Los datos de incautación de estupefacientes, de procedimientos policiales contra la venta, transporte o distribución de drogas, también brillan por su ausencia. El Ministerio de Seguridad de la Nación tiene datos cargados hasta el 2022 sobre procedimientos hechos en Misiones. Arranca en el año 2000 con 157 procedimientos, así sigue con aumentos progresivos, hasta el año 2019, cuando la cantidad de hechos se dispara a 1377. Para volver caer en los periodos siguientes: año 2020 un total 776 procedimientos, año 2021 660 hechos y en 2022 total de 664 intervenciones. ¿Qué sucedió en 2019? Probablemente un cambio en la política de seguridad para ese delito.
El chico de las naranjas no sabe de estos números. Las encuestas y muestras tampoco lo registran. Sin embargo, el dinero que consiga, de la forma que sea, irá a otra dosis. Y después por más cosas para vender y conseguirse unos pesos para más droga. Día tras día. Es que la ‘pedra’ es una de las drogas más adictivas y destructivas que existen.
A media mañana se lo ve en la avenida principal del pueblo. En el salón cultural hay un encuentro organizado por autoridades municipales y provinciales. Un funcionario de traje y corbata, aparenta ser uno de los disertantes, espera en la vereda, mientras adentro los maestros de ceremonia presentan a las autoridades.
El chico de las naranjas se acerca caminando por la vereda.
- ¿Me compra naranjas señor? Le dejo la bolsa a dos mil pesos.
El hombre de traje rechaza con un movimiento de cabeza, como si le molestara la pregunta. Está concentrado en su disertación que comenzará en segundos, en cuanto terminen las presentaciones. Será sobre "sensibilización sobre consumo problemáticos y adicciones".