Día del Animal: la tenencia ilegal que preocupa

En Candelaria, entre la esperanza y la tragedia animal cotidiana, se encuentra el Parque Ecológico El Puma. Bajo el resguado del monte, Federico Castía, director de Investigación, Desarrollo y Promoción Educativa, nos sumerge en un relato donde los animales rescatados tejen historias de lucha y supervivencia.
“Contamos con unos 66 animales de planta permanente", comentó Castía. "Además, unos 16 seres alados y terrestres se preparan con esmero para regresar a la libertad que les fue arrebatada”, agregó.
Las razones que traen a estos seres a la rehabiliación son diversas, pero una sombra oscura se cierne sobre todas ellas: la tenencia ilegal de animales silvestres. La codicia humana, comprando criaturas para el lucro o la mera vanidad, es la que hace que el comercio ilegal aumente.
Argentina es uno de los tantos países del mundo que sufre la depredación constante de sus recursos naturales, se reduce así la biodiversidad, se provoca la pérdida de recursos naturales, se causa zoonosis y se ocasiona la muerte de 8 de cada 10 animales cazados para su venta ilegal.

El centro de rehabilitación El Puma es un mundo de cuidados intensivos y esperanzas renovadas. “Establecemos estrictos parámetros de salud y comportamiento para determinar si un ser vivo puede retornar a su hogar natural”, explicó Castía, cuyo relato refleja el compromiso con la vida salvaje.
Entre las criaturas que más padecen de la ilegalidad se encuentran las aves, como así también los monos, cautivados por la mirada del mercado negro de mascotas “exóticas”. “También recibimos tortugas terrestres, arrancadas de su entorno para satisfacer caprichos”.
“Recibimos muchos animales que vienen por accidentes o se golpean en los vidrios de las casas, o que la gente los golpea y vienen con problematicas graves al centro”, explicó y recordó.
“Una cuestión del cautiverio es que si el animal tiene mucho tiempo encerrado es bastante difícil sacarle esa impronta de estar en contacto con el ser humano, a veces se hace irreversible eso y quedan con nosotros, en el parque, como planta permanente”.
Pero no todo es sombrío. “Podemos cambiar este destino haciendo hincapié en la educación ambiental, en el conocimiento de nuestras especies y en el respeto a su derecho primordial: vivir en la naturaleza”, enfatizó.
Se trata de un llamado a la conciencia, a la solidaridad y a la empatía con todas las formas de vida que comparten con el ser humano el planeta.