Negacionismo
Carlos García Socio del Club Político Argentino
Se llama así a una corriente destinada a “negar” la existencia de hechos reales ocurridos en el pasado, en especial el holocausto; en la Argentina hoy lo practican el peronismo y los libertarios de Milei y Villarruel. Niegan simbólicamente el juicio a las conducciones de Juntas Militares, Montoneros, ERP, tres A, que culminó en sus condenas. No participaron en la Conadep ni en ninguna acción de derechos humanos posterior al 30 de octubre de 1983 para deslegitimar los avances del Gobierno de Raúl Alfonsín y de la Justicia en esta materia. Este negacionismo siguió con el indulto de Menem a las Juntas Militares y a los subversivos sentenciados y detenidos que, como Firmenich y López Rega, cumplían su condena en distintas cárceles.
Los Kirchner profundizaron esta negación continuando juicios a viejos militares jubilados, descolgando cuadros en la Esma, cambiando el prólogo del ‘Nunca Más’ y escondiendo lo realizado por Raúl Alfonsin y la Cámara Federal en el único juicio señero en el mundo del derecho. Propio del “populismo de izquierda”. Ahora Villarruel y Milei pretenden dar otro golpe a la política de Estado alcanzada en derechos humanos por el gobierno de Alfonsin, negando el “terrorismo de estado” probado de las Juntas Militares y los hechos criminales de los jefes de la subversión civil, olvidando el indulto de Menem a Firmenich, Videla, Massera y compañía y resucitando el tema de los “muertos por el terrorismo de izquierda”. Se trata de crear nuevas grietas sesgadas, romper consensos creados por sentencias constitucionales en Tribunales democráticos y procesos transparentes. Al negacionismo falso del populismo de izquierda se le agrega la negación oculta del populismo de derecha . Ambas formas buscan un mismo fin: deslegitimar el avance de la democracia argentina en materia de derechos humanos durante el gobierno de Alfonsín, ocultando y falseando consensos logrados sobre hechos que costaron miles de vidas y sufrimiento a la población argentina. Se impone respetar el dolor y los consensos logrados y no someterlos al tironeo político de nuevas grietas que se pretenden crear.
