Entrevista a la economista Mercedes D’Alessandro

Mercedes D’Alessandro: “No hay desarrollo económico sin igualdad”

Crítica de las medidas de Milei, reflexionó sobre la brecha de género, la desigualdad social y de su trabajo dentro del Ministerio de Economía de Nación. “Si no hay actualización de los salarios vamos hacia niveles de pobreza muy altos”, advirtió
miércoles 24 de enero de 2024 | 6:05hs.
Mercedes D’Alessandro: “No hay desarrollo económico sin igualdad”
Mercedes D’Alessandro: “No hay desarrollo económico sin igualdad”

A lo largo del tiempo se sucedieron conquistas que fueron empoderando a la mujer como sujeto de derechos y dándoles el lugar que siempre debieron tener dentro de una sociedad. Sin embargo, la brecha de género todavía existe y esto se ve en las estadísticas. Recientemente el Observatorio Argentinos por la Educación difundió su informe Brechas de género: desde la escuela al mercado laboral y da cuenta de que “las mujeres tienen salarios, en promedio, entre 22 y 27% menos que los varones. Además, en trece de las quince disciplinas analizadas, ellas reciben salarios inferiores”.

Ya en 2016 se publicó el libro Economía feminista: Cómo construir una sociedad igualitaria (sin perder el glamour), que cuestiona estereotipos y postula una reflexión profunda sobre las relaciones sociales.

Mercedes D’Alessandro, su autora, es misionera, nacida y criada en Posadas. Es doctora en Economía, docente universitaria, referente internacional sobre economía feminista y fue la primera Directora Nacional de Economía, Igualdad y Género en el Ministerio de Economía nacional entre 2020 y 2022.

Crítica y reflexiva sobre la actualidad política del país y consciente de los desaciertos del gobierno del que formó parte, D’Alessando charló con El Territorio sobre la economía feminista, las medidas del inicio del gobierno de Javier Milei, las desigualdades y del por qué eligió al feminismo como guía de su camino.

 ¿Qué es la economía feminista?

La economía feminista es un campo de estudio dentro de la economía que lo que busca es resolver las brechas de desigualdad entre varones y mujeres. Una de las de las más importantes o que para mí es la central dentro de ese campo de estudio es la redistribución asimétrica en las tareas de cuidado. Esto significa que en toda familia, en toda comunidad, en todo grupo que comparte un espacio de donde habita, hay tareas que hacer que son lavar, cocinar, planchar, hacer compras, ordenar la casa, la ropa, etcétera y además también cuidar personas, cuidar a los niños, cuidar a los bebés, cuidar a alguna persona adulta mayor, a alguien que tiene una discapacidad o que se enfermó.

Y estas tareas en los hogares mayoritariamente las llevan adelante las mujeres, no tiene una remuneración pero eso no significa ser gratis, en el sentido de que a muchas mujeres esto les lleva un montón de horas diarias. Esa cantidad de horas compiten con las horas de educación, de formación, de trabajo, de búsqueda de trabajo y entonces esto que sucede casi de manera natural al interior de un hogar tiene un impacto en todo lo que vemos en economía en el mercado laboral.

Vemos que a las mujeres les cuesta más salir a trabajar, les cuesta más una vez que trabajan hacerlo por ocho horas o tener una jornada completa, les cuesta también crecer en sus trabajos porque quizás tienen que salir corriendo del trabajo para ir a cuidar a alguien y no pueden quedarse a la reunión del networking o viajar, no pueden hacer una maestría, una formación o un taller.

También tienen menos tiempo libre, que tiene que ver con la salud mental y la salud física.

Para mí ese es uno de los temas centrales de la economía feminista, hay muchos otros, pero esto nos muestra que si podemos abordar eso con más espacios de cuidado, guardería geriátricos, espacios de contención, una mayor oferta de servicios hospitalarios, infraestructura de cuidados, licencias de maternidad y de paternidad más extendidas, podríamos mejorar muchos fenómenos que vemos en el mercado laboral y que hacen que las mujeres trabajen en peores condiciones y además ganen menos.

Dentro del Ministerio de Economía estuviste en el área de género ¿cuáles considerás que fueron las conquistas desde ese espacio?

Ese espacio se crea en el 2020 para que las políticas económicas tengan perspectiva de género. Esto es, que entiendan lo que hablábamos antes, que las mujeres tienen una carga simétrica en las tareas de cuidado, que el Estado tiene cosas con las que contribuir a esto, que además como ganan menos y trabajan en peores condiciones, entonces hay mucho para hacer desde ese plano y se crea con ese objetivo.

Uno de los objetivos era poder hacer visible todo esto, es decir, generar un sistema que muestre, porque entendemos que hay que tomar decisiones en base a la evidencia. De hecho cuando lo pudimos mostrar, había mucha gente que no tomaba dimensión de estos problemas o que no los podían leer asociados. Quizás para una mujer es fácil de entender que si tenés ocho horas de trabajo doméstico en tu casa, después te cuesta salir a buscar un trabajo o si tenés tres hijos te va a costar tener un trabajo de ocho horas de corrido y si sos madre soltera ni hablar. Pero muchas veces se toman decisiones que las afectan sin ningún tipo de entendimiento del problema.

El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) fue una medida que se hizo durante la pandemia, que estaba orientada al sector de trabajadores informales donde nosotros mostramos desde el principio que eran mayoritariamente mujeres los trabajadores informales y además había muchos trabajadores que tenían cierta formalidad, entre comillas, pero que iban a quedarse sin empleo en la pandemia como era el sector de las trabajadoras de casas particulares, las empleadas domésticas.

Luego, en conjunto con el Ministerio de las Mujeres, el Ministerio de Trabajo y la Afip, creamos un programa que se llama Registradas, que también apuntaba a contribuir a que vuelvan a trabajar estas mujeres pero que además lo hagan en condiciones de formalidad, es decir, que tengan obra social, tengan ART, tengan aportes patronales para su jubilación, etcétera.

Otra cosa que, a partir de esta visibilización de datos que te decía, logramos conseguir fue mostrar primero que la mayor parte de las personas que se jubilan con la con la mínima son mujeres y tiene que ver con esto de los cuidados. Conseguimos, por ejemplo, primero sostener las moratorias, un proyecto de ley de pago de deuda previsional que favorece que se puedan seguir jubilando quienes adeudan aportes, obviamente pagando. También se hizo una jubilación por cuidado.

Estuvimos participando de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional para incluir a las mujeres como un sector que había que cuidar dentro de los sectores económicos, así como de las personas travestis y trans.

Esta área dentro del Ministerio de Economía no existe más…

No existe más, de hecho la última semana de la gestión anterior estuvimos hablando con Sol, que fue quien me sucedió en el cargo, resolviendo qué hacer y gran parte de lo que veníamos trabajando ahí se va a continuar en las provincias y las otras estaremos esperando para cuando nos toque volver porque seguro vamos a volver a estar en ese lugar.

Este laburo te valió ser considerada una de las personas más influyentes según la revista Time ¿qué valor le das a los reconocimientos en tu vida?

La verdad que estos reconocimientos me gustan porque, si bien son personales, a mí lo que me gustó es que lo que reconocen es un espacio pionero, no sólo en el país sino en América Latina; un espacio así que se animó a trabajar políticas económicas con perspectiva de género, eso no es muy común y me gustó que Argentina quede expuesta de esa manera.

Ver reflejado el trabajo que viene haciendo no sólo mi equipo, sino también el debate feminista en Argentina posicionado y visto por el resto del mundo, eso es un motivo de orgullo. Esto de que las feministas argentinas somos realmente una referencia a nivel internacional por la lucha por el aborto legal, por el Ni una menos, pero también por los debates económicos que pudimos dar.

Me han llamado de muchos otros países, equipos de gobierno para intercambiar esta experiencia que tuve. Estoy hablando con gente de Brasil, el año pasado estuve trabajando con el Ministerio de Hacienda de Chile, ahora me estoy yendo a Colombia y ya venimos hablando hace tiempo con muchas diputadas y senadoras colombianas para ver cómo reproducir alguna de las políticas que nos hicieron bien.

La suba de los servicios, del gas, de los alimentos, de la salud ¿cómo impactan en las desigualdades ya existentes?

Hay tres hitos desde la asunción de Milei, los diez anuncios de Caputo de la primera semana, luego la presentación del mega DNU y la discusión de la ley ómnibus en el Congreso. Es difícil priorizar cuál de todas es peor, yo tengo una visión muy negativa, pero no por una cuestión ideológica nada más -que obviamente estoy en una vereda muy opuesta a la de Javier Milei,  sino también por el impacto que está teniendo y si tuviera que elegir una, sería la megadevaluación que se hizo ni bien asumió este gobierno. Devaluación hemos tenido un montón a lo largo de la historia de la Argentina, pero fue una devaluación muy fuerte, pisando el acelerador y sin ningún tipo de contención para los sectores que ya venían muy empobrecidos, no llegando a fin de mes, peleándola para surfear la ola.

El gran problema es que tenemos una devaluación muy grande, con un gran traslado a precios y que se siente mucho ya en la caída del consumo. Eso creo que lo vamos a empezar a ver con más fuerza en febrero porque ahora quizás todavía quien tenía algún colchoncito de ahorros lo puede usar, el que recibió el aguinaldo se cubrió un poquito. Lo cierto es que si no hay ningún tipo de actualización en los salarios de los trabajadores formales, en los de los trabajadores informales, en los ingresos de los jubilados, de la Asignación Universal por Hijo etcétera, vamos hacia unos niveles de pobreza muy altos.

Y la pobreza no es un número nada más -a mí eso hay veces que me atraviesa- la pobreza es tener que comer peor, comer menos veces, estamos hablando de un país que ya venía mal,  pasamos una pandemia, una guerra, una sequía con todos los defectos que tuvo eso y la verdad que la Argentina empeoró mucho sus indicadores de pobreza durante el gobierno del que yo formé parte. Pero esto lo va a empeorar mucho más radicalmente y no tenemos tanto margen para seguir empeorando esta situación.

¿Qué implica esto?

Además estamos poniendo en riesgo toda una generación, a los pibitos  que no están comiendo bien les va a ir mal después en la secundaria, no van a poder quizás mucho de ellos terminar sus estudios, van a ser una fuerza de trabajo mal alimentada, más precarizada, más pobre, con menos herramientas intelectuales y de oficios para poder llevarse adelante, con menos estímulos también en lo creativo, en lo deportivo, porque seguro van a tener que ayudar en sus casas de diversas maneras, ya sea cuidando a los hermanitos o teniendo que salir a buscar trabajo.

Ese tipo de cosas me preocupa como una dimensión social que tiene lo económico y que creo que es de gran crueldad no haber tirado un salvavidas a ese sector de la población y sobre todo es de mucha crueldad cuando el propio Milei siempre se mostró como alguien que tenía sensibilidad, de hecho gran parte de sus votantes son de sectores populares y de ingresos bajos que han confiado en él esperando que les dé una solución a su falta de expectativas de futuro, de poder tener una vida mejor. Entonces él está traicionando a la base que lo votó y además también prometió agarrárselas con la casta entendida como la casta política, también con las elites que viven a costa de estos pobres. Hoy por hoy no vemos ninguna de las medidas que ha tomado que vayan a recortarle salarios a los políticos.

¿Sigue existiendo la clase media en la Argentina?

La clase media se ha achicado, es cada vez más pequeña, se está dando un proceso de amplificación de la desigualdad que nos pone más en relación con países latinoamericanos clásicos, es decir, si uno mira Latinoamérica en profundidad, México o Brasil son países en los que hay gente muy rica y gente muy pobre y donde la clase media es una franja muy pequeña. Ese un peligro, que vayamos a una amplificación de esa brecha desigualdad donde hay algunos sectores que pueden comprar propiedades, viajar, tener estos autos de lujo, mientras hay otros que apenas llegan a fin de mes.

Después hay una pequeña franja que hoy no tiene capacidad de ahorro o no tiene motivación ahorrar y que es la que uno mira que llena los restaurantes, que se va de shopping, mucha juventud que quema la plata y vive el día sin capacidad de proyección hacia adelante, que también es un problema porque vas arrastrando ese vivir al día y si sos monotributista y mañana te enfermaste, te quiero ver.

Últimamente se está acrecentando esta distancia entre los más ricos y los más pobres. Con los salarios planchados sin ninguna actualización, la clase media pierde todos los ahorros porque los tiene que salir a gastar para poder mantener su nivel de vida y el pobre se queda sin cobertura.

¿Qué orientación política tenés? ¿Por qué?

Soy una feminista que lucha por la justicia social. Daba clases en la universidad y estos temas siempre estuvieron fuera de agenda, con el tiempo el movimiento feminista lo fue poniendo cada vez más en el debate público y eso tiene una visión económica, una visión política y una visión conceptual.

Yo daba clases de epistemología de la economía en la Universidad de Buenos Aires hace mucho tiempo y Milei se autodenomina de la Escuela Austríaca, que está en las antípodas del feminismo, ya que demanda que el Estado intervenga para contribuir a cerrar las brechas de desigualdad que son múltiples en nuestra sociedad. Es decir, si nos hubiésemos conocido con Milei hace veintipico de años hubiésemos estado tirándonos tizas en algún aula.

En Davos, Milei dijo que el feminismo es un obstáculo para el desarrollo económico. Las feministas pensamos que no hay desarrollo económico sin igualdad y para lograr la igualdad necesitamos del Estado. Esto, por supuesto, es 100% contrario a su agenda.

¿Qué es lo que necesita la Argentina para salir de esta situación? ¿Cuál sería el camino?

Creo que una cosa que quedó muy clara de este último período, de estos últimos cuatro años es que no se puede gobernar sin un proyecto y un programa económico claro, creo que hubo un gobierno en el cual había ciertos lineamientos pero mucho de trabajar en el día a día con lo que estaba pasando y ese es un problema porque realmente cuando hablamos de cuestiones productivas, de tomar decisiones, de planificar, se necesita un horizonte y hay que trabajar para hacer ese horizonte.

Creo que un programa político y un proyecto económico son fundamentales, Milei lo tuvo en la campaña, no es el que a mí me gusta, pero lo tuvo, lo expuso y logró conquistar a la población con que eso era viable y posible. Yo particularmente no lo creo, creo que además es un mal programa económico que nos va a llevar a una situación peor, pero bueno, él tenía algo y del otro lado estuvo muy desdibujado.

Considero que no hay una sola opción, Milei lo plantea de esa manera, dice “si no me dejan hacer lo que quiero hacer vamos a una hiper (inflación), vamos a una pobreza del 90%, etcétera”, creo que con todo lo que él quiere hacer puede suceder eso también y si él realmente quisiera atacar a la casta podría implementar un impuesto a las grandes fortunas -como se hizo ya en la Argentina y como está haciendo ahora Lula en Brasil-, se podría poner un impuesto a la herencia, aumentar las alícuotas de bienes personales, hacer un revalúo de las propiedades, seguir poniendo los impuestos a los bienes de lujo; hay muchas cosas que se podrían hacer que realmente irían contra la casta y no lo que él está haciendo, que está atacando a las personas que básicamente usan el gas, la electricidad o un colectivo.

¿En qué andás ahora?

Estoy en un montón de grupos de debate en foros latinoamericanos sobre todo, pero también en internacionales, trabajo haciendo consultoría económica, algunas cosas las hago por trabajo y otras cosas las hago porque son parte de mi red de referencia política e intelectual.

Ahora me voy a Colombia a un encuentro de líderes latinoamericanos en donde va a haber gente del equipo de Boric, pero también del equipo de Petro, del equipo de Lula, de Bolivia. Nos juntamos a intercambiar cuáles son las experiencias y también pensar cuáles son los desafíos que tenemos como región y cuáles son las herramientas que podemos impulsar entre todos y todas. Estoy dando clases también en la universidad, de todo un poco.


Perfil

Mercedes D’Alessandro
Economista
Doctora en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Economista reconocida internacionalmente. Primera directora nacional de Economía, Igualdad y Género en el Ministerio de Economía de Argentina (2020-2022). En 2015, fundó la ONG Economía feminista; en 2016 publicó el best-seller ‘Economía Feminista. Cómo construir una sociedad igualitaria (sin perder el glamour)’.

Actualmente dirige la Carrera de Economía de la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (Umet). Está incluida en la lista de Líderes Emergentes 2021 Time100-Next de la revista Time.

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