La cultura misionera resiste desde la unión contra el DNU

“Si atacan a la cultura es porque quieren vernos tristes”, “La idea es vestir uniforme y no resistir”.

Las frases que corresponden  Richard Cantero y Veroka Fedeli, respectivamente, son sólo algunos de los conceptos que los trabajadores de la cultura deslizaron ayer al mediodía en reunión con el diputado nacional Alberto Arrúa y el Secretario de Cultura Joselo Schuap, para manifestar argumentos a la oposición a la ley ómnibus que busca derogar más de 300 normas.

La reunión con diferentes referentes de los sectores culturales de la provincia se extendió durante dos horas y buscó, según planteó Schuap detrás de esta convocatoria, “que el mensaje se transmita con claridad a los legisladores nacionales”. Arrúa en tanto entendió que “la emergencia del país es financiera y económica. No hay necesidad de atacar a la cultura ”.

El ánimo inaudito de la normativa de arrasar con todo, devastando dinámicas que funcionan sin generar conflicto o gastos y abarcando cientos de rubros tan disímiles como clave, genera daño en todos los niveles de la vida cotidiana de los argentinos. Por eso, ayer también se destacó la necesidad de entender la cultura como parte del entretejido social y humano.

En ese sentido, Alexis Rasftópolo, doctor en comunicación, docente universitario y trabajador del Iaavim, destacó que sería estratégico “así como este gobierno está abordando desde la perspectiva compleja el capital humano, tratar de imbricar la esfera de la cultura -con esta relativa autonomía en materia institucional- vinculada a la educación, a la salud, a los derechos de la mujer y las diversidades, porque no está escindida de todo eso”.

En coincidencia, todos los presentes subrayaron el valor social de la cultura y por ejemplo Noe Moya desde Espacio Vórtix o la biblioteca popular Thay Morgenstern de San Pedro, explicaron -vía Zoom- que esos núcleos son vitales para acortar la brecha educativa en los jóvenes que no tienen acceso.

Además, desde el principio se desmintió el discurso de que estas disciplinas hagan mella en el tesoro o el presupuesto nacional y se destacó que los organigramas con cargos, muchas veces ad honorem (como en Conabip y el Inamu), permiten un desarrollo federal y honesto de las actividades.

Así, Daniel Caivano, teatrero desde Unidxs por la Cultura, señaló que el gasto del Estado en el sector es del 0,2% del PBI y el movimiento económico que genera es cercano al 1,8% del PBI. 

En esa línea, Lucía Veliz también referente teatral recordó claramente en su viva alocución, que el teatro es una industria que genera gran movimiento económico.

“Las cuentas están claras nos auditaron por todos lados. La suma simbólica es lo que le jode. Porque sumamos tanto, nos quieren dividir”, deslizó y más allá de remarcar que no hay gasto en estos sectores, recomendó “construir el andamiaje  social para seguir de pie después de la tormenta”. “Necesitamos salir con una política pública que nos haga necesarios en los barrios, en la costa, que la ciudadanía se apropie de este hacer. Necesitamos de la decisión política de forman artísticamente desde la escuela y eso quizás no es un gasto, ya tenemos los recursos”, marcó.

Como próximo paso se acordó armar una mesa para seguir coordinando acciones y no perder de vista la infinidad de vericuetos que la nueva ley plantea. Desde Misiones se ponderó el espacio ganado con los institutos creados y por su parte Schuap será uno de los primeros ministros de cultura en reunirse con su par nacional Leonardo Cifelli, el 29 para acercar todos los interrogantes que atañen al sector.