Una mirada sobre la energía atómica y su aceptación

El consumo energético es un tema que concentra siempre el interés, debate e interrogantes. Para Rebak, quien apunta a la energía atómica como alternativa, “la industria está creciendo” al igual que la población y el consumo en áreas no tan desarrolladas. “El consumo está yendo para abajo porque las lámparas consumen menos, eso está relacionado con el cambio climático. Queremos que el consumo de energía sea de fuentes que no sean fósiles”, precisó. Destacó que las naciones europeas, las más chicas y más socialistas, los bálticos, son los más avanzados. Todos prometen que en 20, 30 años, las fuentes de electricidad van a venir de energía limpia, esto es viento, el sol y la nuclear.

¿Hay rechazo a la energía nuclear?

Sí, los políticos le meten miedo a la gente. Como no entienden, creen que hay una cosa siniestra. Por ejemplo, hablando de las cocinas a gas, son nocivas. Tenés una llama quemando dentro de la casa y está cerrada. No sólo eso, libera dióxido de carbono, sino también el nitrógeno que parte del aire se oxida y libera ácido nitroso y nítrico y eso se mezcla con la humedad y eso es corrosivo, malo para los pulmones. Hay un cambio, la gente entiende pero cuestan los cambios. (En la empresa) fabricamos el reactor y vendemos a una compañía eléctrica. Ahora los más avanzados son los chinos, coreanos, rusos.

¿Y en Argentina?

Acá se usa bastante, la eólica, solar, hidroeléctrica y hay tres reactores nucleares. Es casi como un milagro acá, porque fuimos una de las primeras naciones en tener energía nuclear.

Sobre la energía nuclear, recalcó que da charlas en apoyo como “fuente de energía limpia” para minimizar el cambio climático. “Hoy hay mucho debate y concientización, nosotros damos la opinión a través de congresos, publicaciones. Todos los gobiernos tienen expertos en cada área. Escuchan mucho a los científicos”, destacó el misionero.

Contextualizó que “son pocos los países con energía nuclear y el que más usa es Francia, el 75%. Lo que pasó después del accidente de Fukushima fue que algunos países decidieron cambiar, todo es política. Por ejemplo, Alemania se deshizo de los reactores pero compran toda la energía a Francia, que es energía nuclear”.

Se definió como un “experimentalista”, porque “observo, hago un ensayo de un material, tomo los datos. Yo estudio cómo los materiales se degradan y vuelven a ser minerales, hay toda una ciencia”.

Repasó cuando en Indiana, las aleaciones que “fabricábamos se vendía a la Nasa” y que hubo cosas que “aprendí de la Nasa”.

“Uno tiene que cambiar para adaptarse al mundo”, se sinceró y amplió el concepto: “Uno no sabe lo que va a descubrir, es el mayor desafío”. 

El científico que cultiva la esencia de la sierra misionera y conquistó Estados Unidos